55.

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Eran pasadas la una de la madrugada cuando el constante movimiento a su lado interrumpió sus sueños, poco a poco sus ojos comenzaron a abrirse hasta que lo hicieron de golpe al oír un quejido por parte de su pareja.

Sin dudar se sentó y prendió su lámpara, girandose hacia el moreno quien murmuraba cosas sin sentido y no dejaba de moverse.
— ¿Zaynie? ¿Amor? — habló, pero un quejido más fuerte interrumpió sus llamados. — vida mía, despierta.

El azabache se removió un poco más hasta que sus lloriqueos se hicieron más audibles, lo primero que se le ocurrió al ojimiel fue tocar su frente y ahí fue cuando se dio cuenta que su bebé estaba volando en fiebre.

El toque hizo que el menor se despertará abruptamente, alejándose hasta que entendió que era Liam quien lo había hecho.

— M-Me duele, Li. — se quejó apretando sus sienes pero al instante las quitó cuando su cuerpo vibró por un escalofrío.

Payne se levantó con prisa y rodeó la cama para acercarse al interruptor, encendiendo la luz posteriormente, cosa que hizo que el moreno soltará un agudo grito al sentir la luz dar repentinamente en sus ojos.

— ¡Apagala, apagala! — chilló cerrando los mismos con fuerza. Liam así lo hizo.

— Cariño, tienes fiebre, debo hacer que baje, ¿Bien? Aguanta, ya vuelvo.

Informó, antes de salir de la habitación y correr escaleras abajo hasta la cocina en donde encontró un bowl y lo lleno de agua fría; volvió a la habitación en un santiamén y tomó una de las pequeñas toallas que se encontraban dobladas en el cambiador.

Acercándose nuevamente a la cama, colocó las cosas sobre el buró y se sentó a un lado de Malik.

— Escucha, mí amor. Voy a ponerte esto en la frente ¿Si? — señaló la toalla para luego humedecerla.

— No, no. Eso va hacer que tenga más frío. Tengo mucho frío, Liam  — negó derramando lágrimas.

— Bebé, debo hacer esto. Confía en mí, por favor. Necesito bajar esa fiebre.

— No, Liam-...

No lo dejó terminar cuando colocó la toalla sobre su frente haciendo que el azabache soltará un chillido bastante fuerte, intentando alejarse del castaño.

— ¡Liam!

— Shhh, esto te hará mejor, mí amor. Aguanta solo un poco más, por favor. — pidió lo más calmado posible. Si el se alteraba, haría que el contrario también lo hiciera.

La puerta de la habitación se abrió y una muy preocupada rubia entró en pijama y su bata.

— ¿Que ocurre, dulzuras? — preguntó acercándose a ellos.

— Zayn tiene fiebre. — espetó el castaño.

Karen se puso delante de su hijo y observó al menor quien lloriqueaba e intentaba alejarse del agarré de su novio.

— Zaynie, tranquilo, cielo. — habló dulcemente la mujer. — Voy a prepararte un té con miel y limón, ¿Si? Eso te hará sentir mejor, te traeré pastillas para que ayuden a que te recuperes. ¿Quieres que llame a tus padres?

— Q-Quiero hablar con mamá, si. Por favor.

— De acuerdo, cariño.

La mujer abandonó el cuarto solo por un momento hasta que estuvo de vuelta con su teléfono sobre su oído.

— Te pondrás bien, vida mía. — Payne acarició con ternura la caliente mejilla de su novio y este, inconscientemente buscó más el contacto acercando su rostro a la mano ajena.

¿puedo abrazarte?. (ZIAM MAYNE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora