Un poco de mi

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Me desperté temprano, habían pasado ya 3 días de su partida, y hoy me tocaba atender a los pacientes de Surt. Siempre hacíamos eso, el viajaba y yo lo cubría en las consultas.

Ese era nuestro acuerdo desde que Shijima nació, aunque amara mi trabajo y profesión como cardiólogo, prefería al menos los primero años de vida de mi pequeño ocuparme de él, pensaba que cuidar de él en las primeras etapas era lo mas importante y no iba a relevar esa responsabilidad a mi madre o una niñera. Solo era hasta el pequeño pelirrojo comience el jardín de infantes, ahí si tendría mas tiempo libre para ocuparme de mis propios pacientes. Encendí la cafetera para mientras ir despertarlo y preparando a mi pequeño pelos de zanahoria, así lo llamábamos. Me dirigí hacia la habitación del pelirrojo para despertarlo y alistarlo para llevarlo a la casa de mis padres donde se quedaría mientras yo estaba trabajando. A él le encanta ir con ellos ya que lo malcrían mucho.

—Vamos arriba mi niño, tienes que levantarte para ir a casa de tus abuelos— le ordenaba mientras le depositaba un dulce beso en su frente. Ese niño es mi vida entera, si no fuera por él me la pasaría en soledad o hundido en trabajo mientras Surt no esta.

— Un ratito mas papá—me dijo con voz adormilada— es muy temprano.

—Vamos Shijima levántate así tienes tiempo a desayunar algo antes de salir— le ordene moviéndolo un poquito para despabilarlo— vamos zanahoria arriba que no puedo llegar tarde a las consultas— dije mientras abría las cortinas de la habitación para que la luz del día entrara, quizás al menos así se despierte.

—Yo no soy zanahoria, ese es papi— me dijo un poco molesto mientras se tapaba la cara con la sabana para que la luz del sol no le de en la cara.

Vaya pero que niño perezoso, eso no lo saco a mi. Me reí internamente al ver las actitudes de mi hijo de tan solo 4 años.

—¿ Ha si? ¿ Y como eres tu?— le pregunte aun riendo e intento despegarlo de la cama.

—Yo soy pelirrojo y mi pelo es mas lindo que el de mi papi— no puedo con las ocurrencias de mi niño.

Sinceramente no se a quien salió. Una vez que logre despertar al perezoso pelirrojo, procedí a vestirlo y bajamos las escaleras para adentrarnos a la concina a desayunar.

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Mis padres viven en el centro de Versalles. Yo en cambio vivía a las afueras de la ciudad, en un barrio muy tranquilo ideal para familias, lejos de la excentricidades de la ciudad.

Estacione el auto en la mansión de mis padres, ellos son dueños de una agencia de autos de media y alta gama. Es una agencia bastante reconocida en la ciudad. Tiene años en el rubro así que se supieron posicionar y gracias a eso viven con cierta comodidad y lujo. Pagaron mis estudios y cubrieron mis gastos hasta graduarme. Mi padre no estaba muy contento con la idea de casarme con Surt tan joven, contaba con 25 años, en cierta manera si era joven pero lo amaba con todo mi ser y estaba seguro que el era el hombre de mi vida. Nos conocimos en la secundaria, fuimos amigos durante todo ese periodo. Me enamoré desde el primer día que lo vi, de su sonrisa, su cabello de color zanahoria, de sus ojos color magenta y de su personalidad fresca. El era todo un casanova, conquistaba a todas las chicas con el simple hecho de sonreír. Gracias a eso tuvo varias conquistas escolares pero nada serio.

Éramos tal para cual ambos, los mismos gustos musicales, forma de vestir, y hasta la carrera que queríamos estudiar, cardiología.

Todo cambió en la universidad, ya tenía la suficiente confianza para declarar mis sentimientos hacia él, aproveché en una fiesta y lo encaré. Nos besamos y desde ahí no nos separamos mas.

Gracias a ti #pgp2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora