Depresión

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Depresivo, confundido y decepcionado era como Camus se sentía en ese momento.

Su mente se había detenido en él tiempo, pero el mundo a su alrededor seguí con su curso normal.

Sin embargo él no abandonaba su cama, todo a su alrededor era de color gris.

La vida cotidiana que conocía desde hace años, se había terminado y de una manera tan dolorosa que se sentía perdido.

Estaba decepcionado de la persona que había admirado y estimado gran parte de su vida. Ya no estaba seguro de lo que habían vivido juntos realmente fuera amor verdadero.

Cada beso, cada caricia, cada momento de intimidad, cada sonrisa y cada te amo fueron compartidos con alguien más.

Ese era el problema, todo su matrimonio había sido una mentira. No era una simple amante, una aventura, era toda una familia entera.

¿Cuál se todos esos momentos habrá sido real? Esas duda lo arrojaban al abismo.

"Eso ya no importa Camus" se repetía a si mismo como un mantra "Eso ya no importa".

¿Que había echó mal? Se preguntaba. Era un esposo atento, servicial. Sentía que había echó todo por el bienestar de la familia y por la comodidad laboral de Surt... Aún así le pago de sa manera... Con engaños.

Ya todo había acabado, pero aún no quería ver la luz del sol, no quería ver rostros sonrientes, no quería salir al mundo real y afrontar con la frente en alto su separación y todo lo que eso conlleva.

No, no se sentía listo.

Cogió su celular que descansaba en la mesita de luz. Tenía incontables llamadas y mensajes por parte de Milo, Shura y su hermano.

Había escuchado los insistentes golpes, en su puerta de entrada, por parte de Milo. Pero él, nunca lo atendió.

Shura lo había amenazado por mensaje con tirar la puerta si no lo atendía.

Afrodita fue el único bienvenido en la casa por Camus. Después de una semana que el galo se había aislado, lo llamó para que lo ayudará con limpieza de la casa.

Brigitte se había llevado al pequeño pelirrojo a su casa mientras la depresión de su hijo duraba.

Rascó su cabeza alborotando su cabello, que llevaba días sin ser lavado. Apestaba, lo sabía. Definitivamente le hacía falta un baño.

Habían pasado varios días ya de su auto confinamiento. Era momento de volver al mundo real, de afrontar la vida y sus problemas.

Tenía que comenzar con el divorcio, eso era lo primordial. También quería vender su casa e irse a vivir a París nuevamente.

Muchos cambios vendrían de ahora en adelante.

- Cam ¿ Te encuentras bien? - preguntaba Afrodita del otro lado de la puerta de la habitación - hice el desayuno ¿Bajas?

- No - fue su simple respuesta.

El sueco, hartó ya de ver tirado al francés en una habitación oscura, rendido a la depresión.

Está vez ingreso a la habitación sin llamar a la puerta.

Se sorprendió al ver tanto la habitación como el hogar entero sucio. El cesto de la ropa sucia repleto, platos que llevaban días sin lavar. Todo el lugar era un completo chiquero.

- ¿Qué haces? - pregunto el galo enfadado.

El pisciano lo ignoro y procedió a abrir de par en par las cortinas de la hedionda habitación.

Gracias a ti #pgp2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora