Tus ojos

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Nota: Le cambié el color de ojos a Mystoria. Se los puse violetas al igual que los tiene Degel.

Una vez ya con el pelirrojo de lo mano caminamos hasta la salida y ... Otra vez esos malditos turquesas mirándome.

Lo veo ahí parado esperándome, se veía tan bien. Su cabello rubio como el trigo resaltaban su piel ligeramente morena. Pero lo que más me impresionaban eran sus ojos. Pareciera que con su mirada intentaba meterse en lo más profundo de mí ser.

— Milo — me acercó a el y noto la presencia de otro niño — viniste — le sonrió.

— Por supuesto, te dije que pasaría y aquí estamos. El es mí hijo Shun — el niño de cabellos verdes me saluda agitando su pequeña mano.

— Hola señor.

— Hola pequeño, el es mí hijo Shijima.

Mí hijo es muy tímido y se esconde tras de mí abrasando mis piernas mirando con recelo a los niños frente a nosotros.

Me hago a un lado y me agachó para quedar a la altura del pelirrojo. Lo tranquilizó con una dulce mirada y una una caricia en su mano. Quiero trasmitirle confianza.

— Hijo ellos son Mystoria y Shun ¿Quieres saludarlos? — le pregunto bajito para que solo el me oiga. Nunca obligaría a mí hijo a nada.

El asiente con su cabeza. Miró a los 2 niños y les hago seña con mí mano indicándoles que se acerquen.

— Hola Shijima, me llamo Shun — el niño de cabellos verdes le regala una risa adorable.

— Y yo soy Mystoria — gritó el niño de ojos violetas, exaltado — me gusta tu color de pelo — el niño energético lo abraza y toma la mano de Shijima arrastrándolo con el — Vamos tío a tomar helado.

El pequeño pelirrojo me miraba con cara de terror por el atrevimiento del niño de ojos violetas. Ese color tan peculiar que solo  había visto en una persona. Persona que hace años no veía y extrañaba mucho.  De echo todo de ese niño me hacía acordar a el.

— ¡Mys espera! — grita Milo corriendo detrás de el y mí niño.

— Señor, será mejor que los sigamos, mí primo no se detendrá hasta llegar a la heladería que está en esta cuadra — mencionó el niño de cabellos verdes con aspecto delicado. No sé parecía en nada a su padre. Quizás sean los genes de su madre.

— Vamos Shun — tomo la maño del peliverde y caminamos tras los demás.

Una vez ya en la heladería, cada uno pidió su helado. Nos sentamos en una mesa tranquilos.

Yo no podía dejar de mirar los ojos de Mystoria, se me hacían terriblemente iguales a los de Degel. Por fuera ese niño era igual de delicado que mí hermano pero tenía un carácter y temperamento hiperactivo muy contrario a los Monnier.

Milo me saca de mí trance.

— Camus ¿ Estás bien? — pregunta mirándome preocupado.

— Si , si lo siento. Estoy un poco cansado por el trabajo.

— Así que estás atendiendo los pacientes de tu esposo — una mueca de desagrado adorna su rostro.

— Si, mientras el esté de viaje. Yo tengo mí oficina en Versalles. Ahí vivo ¿ Y tu, a que te dedicas?

— Soy profesor de música en una escuela y particular. Canto en el bar de hobbies. También tengo un viñedo en Amiens. A unas horas de aquí.

— Wow ¿Un viñedo? Que interesante.

Gracias a ti #pgp2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora