Sentimientos en custodia

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  No esperó respuesta por parte de Aioros,   simplemente ocupó el lugar junto al castaño.

Su corazón saltaba de alegría dentro de su pecho por haberlo encontrado, era la casualidad más hermosa que había tenido.

Luego de graduarse en la universidad de abogacía, Saga lo primero que hizo fue ir a Grecia en busca de su único amor. Sin embargo al llegar a su tierra natal, la familia Zervas ya no vivía allí.

Averiguó con todos sus conocidos, agotó todo los recursos y jamás supo que fue de su amado sagitariano.

La casa familiar había sido vendido apenas los hermanos terminaron la secundaria, fue lo único que supo de la boca de una vecina.

Con el paso del tiempo, el corazón del gemelo se pausó. Guardó en caja fuerte el gran amor que tenía por Aioros y cualquier sentimiento amoroso que pudiera crear por otras personas, prometiendo asi mismo y al recuerdo del chico Zervas que jamás amaría a nadie más que a él, dejando así en su interior solo la pasión y el deseo sexual por los demás.

Se enfocó en su trabajo y logró convertirse en un prestigioso abogado y socio para la firma que trabajaba a sus 36 años.

Esa tarde, luego de una reunión con un cliente, en aquel café, la caja fuerte se volvió abrir con solo mirar esos ojos preciosos que hicieron chillar su alma y doler el corazón.

Al fin lo tenía frente a él, podía escuchar su voz, olerlo, tocarlo, era algo real , tan palpable que hizo sus piernas temblar.

Aioros, el hombre que había amado por 20 años, estaba allí y no lo dejaría ir.

Saga no podía borrar la enorme sonrisa que la presencia del sagitariano le provocaba, su felicidad había vuelto al fin.

- Aioros, por fin nos volvemos a encontrar.

El geminiano extendió su mano por sobre de la mesa con la intención de tocar la mano del castaño, pero este al verla, saco su mano impidiendo el contacto. El gemelo frunció el seño al darse cuenta el rechazo del otro. Había pasado muchos años, muchas cosas y debía ir con cautela.

- Saga - el nombre escapó de sus labios en forma de susurro - Que gusto verte de nuevo.

Se movía incómodo en su silla, si algo tenía ese hombre, era que con tan solo su majestuosa presencia y belleza lograba ponerlo nervioso . Odiaba y amaba ese efecto en él.

El peliazul hizo una fuerza titánica para no besar sus labios en ese momento, hizo uso de todo su autocontrol al notar que, en los ojos del otro griego, no había señal del mismo anheló que sus esmeraldas destellaban en ese momento.

- ¿Que ha sido de tu vida? ¿Tienes esposo?

- Me ha ido muy bien, estudié arquitectura en la universidad de Columbia en Estados Unidos y no, no me he casado.

- Así que estuviste todos estos años en Estados Unidos - exclamó.

- ¿De que hablas?

- Te busque Aioros, luego de graduarme fui a buscarte a Grecia y ya no vivías ahí - explico desesperado - me dijeron que tu familia se había ido del país pero jamás supe a dónde.

- ¿Me buscaste? Saga yo ... - suspiró - pensé que te había olvidado de mí.

- Jamás mí amor, jamás haría tal cosa - volvió a intentar tocar su mano.

El teléfono de Aioros comenzó a sonar en llamada, era Shura.

Contestó la llamada frente a su ex pareja. Al gemelo se le revolvía el estómago al ver el sonrojó y las caras bobas que ponía el castaño al hablar. Suponía que era su pareja.

Gracias a ti #pgp2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora