28. Eterno

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Veronica

—¿De verdad no hay nada que pueda hacer para evitar que te vayas?— siento unos fuerte brazos rodearme por detrás, logrando pegar mi espalda a su pecho desnudo.

Me giro un poco sobre la cama para poder ver esos lindos ojos que invaden todos mis sueños y todos mis pensamientos. Sonrío al ver el pequeño, pero tierno puchero que Archie hace, como si con eso quisiera convencerme de no ir a ese viaje, y siendo honesta, fácilmente podría caer, luce como un pequeño niño que busca convencer a su mamá de que le compre un juguete o lo deje comer dulces, sin embargo, no siempre puedo caer ante los encantos de este hombre, de ser así, sería una especie de robot que hace todo lo que él me dice.

—Tengo que ir, ya quedé– veo como el suelta un bufido mientras afloja un poco su agarre– además de que ya compré el boleto de avión.— me acerco un poco más a mi lindo novio, y con suavidad tomo su mentón con mi mano, alzo un poco mi cara hasta que logro tocar sus labios con los míos.

—Podrías pedir que te lo cambien– alzo una ceja sin entender a que se refiere, él se acomoda sobre uno de sus antebrazos para quedar acostado de lado mientras su mano sostiene su cara para así poder verme a los ojos– podrías cambiar el viaje a otro lugar, no sé, a donde quieras, y podríamos escaparnos los dos solos este fin de semana.— sin poder evitarlo sonrío ante tal propuesta.

Archie y yo nunca hemos tenido una de esas escapadas, en las que sólo vamos los dos, lejos de todo el mundo. Muchas veces hemos ido de viaje, sin embargo, nunca lo hemos hecho solos, siempre vamos con nuestros mejores amigos, Betty y Jughead, y siendo honesta, la idea de un viaje entre Archie y yo solamente, es una idea tentadora que me encantaría llevar a cabo un día.

Siento como las manos de Archie se cuelan debajo de las sábanas de mi cama, y antes de que pueda hacer algo, siento sus cálidos dedos tocar mi vientre, logrando robarme un suspiro mientras siento como va subiendo sus caricias hasta que casi toca mis pechos desnudos, sin embargo, cuando siento las yemas de sus dedos muy cerca de mis pequeños montes rozados que exigen sentir el tacto de los dedos de Archie, él baja sus caricias a través de todo mi abdomen, hasta que llega a mis caderas, logrando robarme otro suspiro que termino conteniendo mientras me muerdo mi labio inferior al sentir como sus manos bajan por mis piernas, tocando mis muslos internos.

—Di que sí, imagina todo lo que podremos hacer los dos– siento como se acerca más a mí, así que por acto reflejo, termino cerrando mis ojos mientras abro la boca ligeramente, en busca de aire, al sentir una fuerte presión en mi vientre bajo, mientras un impresionante calor se expande desde la punta de mis pies hasta mi cabeza– solos.— él susurra en mi oído con voz ronca y tranquila, mientras sus dientes se adueñan del lóbulo de mi oreja, logrando que suelte un pequeño gemido impaciente.

Siento como una de sus manos sigue acariciando mis muslos internos, mientras que otra de sus manos ha subido hasta rozar uno de mis pechos, logrando que todo mi cuerpo se ponga alerta, a la expectativa de finalmente sentir todo lo que Archie me puede ofrecer, sin embargo, él no hace más, sólo continúa atormentándome con sus caricias mientras sus labios juegan con el lóbulo de mi oreja.

—Aunque me encantaría hacer un viaje así, sólo contigo– hablo jadeante, intentando buscar algo de aire que me permita hablar adecuadamente– debo decir que ya di mi palabra, ya confirmé mi asistencia a esa boda– escucho como el bufa en mi oído, aún así sigue con sus tormentosas caricias– y tú sabes que no me gusta faltar a mi palabra...

—Lo sé, pero tampoco creo que te guste dejar solo a tu novio, ¿o si?— vuelve a morder el lóbulo de mi oreja, mientras que esta vez pellizca ligeramente uno de mis pezones, provocando que suelte un ronco gemido, algo desesperado.

Hogar. [Varchie] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora