Hogar. [Varchie]

41. Oxígeno

Veronica

Sigo en un estado de completo asombro los próximos segundos. Incluso tener frente a mí al pelirrojo mientras me mira ansioso como si esperara que que yo dijera o hiciera algo, no me permite salir de mi asombro.

¿Qué hace él aquí?

¿Por qué no me dijo que vendría?

¿Es real?

Por alguna extraña razón, necesito comprobar que es real y que no es producto de mi imaginación, así que me acerco un poco a él y pongo una mano sobre su mejilla. Él me mira algo extrañado cuando siente como mis dedos tocan su piel, incluso juegan con ella como si se tratara de alguna masa como la plastilina, incluso le doy una pequeña bofetada y cuando veo su rostro lleno de sorpresa e indignación logro comprobar que es real. Él está aquí. No es un producto de mi imaginación. Él de verdad está aquí, frente a mí.

—Creo que agradecería más un beso o mínimo un abrazo como saludo– él lleva su mano a su mejilla que estuve agarrando hace unos segundos– la cachetada no era necesaria.— me mira ligeramente mal mientras soba su mejilla.

—Lo siento, necesitaba comprobar que eres real.— me excuso algo apenada.

—No creo que estés tan loca como para que ya me imagines de la nada– lo miro mal cuando escucho que dice que estoy "loca"– soy de carne y huesos, no soy una simple alucinación.— se señala a sí mismo.

A este punto ya logré entender que es real. En realidad desde que lo vi afuera de la puerta lo supe, pero algo en mí quería comprobarlo. Hoy ha sido un día muy difícil, bueno, en realidad los últimos días lo han sido. Ayer ni siquiera supe en que punto me desperté, algo me decía que seguía durmiendo y que todo era un terrible sueño, pero haber recibido la advertencia de que se nos acababa el tiempo me hizo darme cuenta que no estaba durmiendo, y que realmente todo lo que ocurría era real. Así que por eso necesité comprobar que Archie es real, no podría soportar que alguien como él fuera sólo producto de mi imaginación, al menos no ahora que lo necesito más que el oxígeno que me permite seguir respirando.

Una vez que logro procesar toda la información y asimilo todo lo que está ocurriendo, me es imposible no esbozar una pequeña sonrisa que en seguida es acompañada por las lágrimas que he estado reprimiendo desde que todo esto pasó.

Archie frunce un poco el ceño y me mira confundido, sin embargo, pese a que siempre me gusta que él me vea fuerte, no puedo mantenerme así, necesito sacar todo esto que me está lastimando; todo esto que no me deja respirar bien; todo esto que no me deja vivir tranquila, por lo que me acerco a él llena de lágrimas, dejo que cada una de las lágrimas que me estuve conteniendo estos días, salgan, las dejó salir como si fuera una cascada.

—Ronnie...— veo la prueba clara de la preocupación en su rostro. Me estudia a profundidad el rostro y logro ver un fuerte destello de preocupación y dolor al verme en este estado, lo que sólo provoca que quiera llorar más, como una niña chiquita, así que al sentirme algo avergonzada porque me está viendo en este estado; lo abrazo, lo abrazo tan fuerte como si quisiera aferrarme a él como si eso de alguna forma hiciera menos real todo lo que estoy viviendo.

Archie enseguida corresponde a mi abrazo. Siento como sus fuertes brazos me rodean mientras que mis débiles brazos se aferran a él y a su playera, como si temiera caer. Él parece darse cuenta de eso por la forma en que mi cuerpo tiembla, pues su agarre se vuelve más firme, no me lastima pero si es lo suficientemente fuerte como para darme estabilidad y seguridad al mismo tiempo, mientras dejo que todas las lágrimas mojen su camisa y todos mis sollozos inunden sus oídos.

Él acaricia con suavidad mi espalda mientras escucho como susurra cosas tranquilizantes a mi oído, lo que me provoca querer romperme por completo de una vez. Al fin siento que ahí está mi pilar que me sostendrá, quien recolectara todas mis piezas unas vez me desmorone, él que volverá a armarme con paciencia y amor.