TRECE: PRUEBAME

1.9K 175 69
                                    

La mañana siguiente a la noche de colapso de la humana, Sesshomaru custodió su camino hasta que ella estuvo completamente a salvo dentro del hospital donde trabajaba. Ella había evitado sus ojos, notando que no quería tener que tocar el tema de la noche.

Desde ese punto en adelante las cosas habían cambiado por completo, y debía pensar rápidamente como iba a moverse para mantener a salvo a esa humana.

Era su compañera, desde ahora en adelante.

¿Se sintió de la misma manera, desesperante y necesitada, su padre en el momento en que comprendió que había tomado a una humana?

Toga no pareció en lo absoluto perturbado, y se sorprendió al notar que el tampoco lo estuvo, en ningún momento. Le bastaron apenas unos días para comprender que la humana, que contaba con una valentía casi peligrosa y una esencia que lo llamaba, era la forma que había tenido la vida de decirle que siempre fue un completo imbécil.

Se había convertido en un ser que el mismo antes hubiera llamado patético, intentando proteger en vez de destruir, movido por la inmensa necesidad latente, extraña y abrazadora que tenía de mantenerse cerca de la mujer. Y no se sentía ni una fracción de lo que creyó se sentiría con ello.

Se sentía, por el contrario, con una fuerza inimaginable.

Entró en su despacho, teniendo frío conocimiento de que dentro habían demonios esperando. Entendiendo que este paso iba a cambiar absolutamente toda su vida.

Caminó tranquilamente y sin mirar a ninguno en la saca, pasando de forma aburrida a sentarse mientras la energía demoniaca en la estancia comenzaba a tensarse al punto que se podría cortar como un triste hilo en el viento. Los ojos estaban sobre él, reconociendo el descontento que lo traía sin ningún cuidado.

-Lord. -Lo llamó uno de ellos. Levantó la vista sin verlo realmente, pensando que llevaba cientos de años acompañado de esos seres, y en ese preciso instante ni siquiera era capaz de reconocer sus nombres.

-¿Qué es exactamente lo que está pasando? -Un demonio mucho más alterado se alzó por sobre sus compañeros, acercándose mientras mostraba los colmillos de forma patética. Un demonio halcón. -Apesta, Su Señoría.

La última palabra, apelando a su título, sonó claramente cargado de sarcasmo. El lo miró fijamente, tentando una sonrisa fría y mortífera en su rostro.

-¿Lo hago? -Levantó una ceja de forma retórica, los otros dos seres comprendiendo de inmediato que no era una buena idea ir contra él.

El demonio frente a él recriminándolo, por el contrario, hirvió más.

-¿Estas revolcándote con una asquerosa humana? Que maldito asco, Rey.

Al fondo del lugar estaba sentado Kai, quien miraba con los sentidos alerta en caso de que fuera necesario moverse.

Era curioso cómo podía cambiar en un lapso tan ínfimo de tiempo.

Su cuerpo ardió al mismo instante en que Rin salió a colación en la conversación, teniendo que calmar el palpitar errante de una vena en su cuello, reprimiendo el impulso de enterrar sus garras en el maldito ser que lo miraba con altanería.

Se mantuvo con el rostro completamente sereno, provocando aún más la ira del ser frente a sus ojos.

-¿O es que tienes pensado compartirla con nosotros, Rey? Su cuerpo debe de apretarte demasiado bien como para que cayeras tan bajo, ¿Podremos nosotros saborearl...

Sesshomaru lo vió todo rojo, perdió por completo las palabras del demonio en sus oídos en el mismo instante en que sentía que su cuerpo se dividiría en dos si no se movía contra él. Un gruñido completamente ajeno a si mismo salió de su boca, notando levemente como los demás se tensaban cuando su cuerpo voló tomando por el cuello al maldito ser insolente que estaba hablando de ella.

Predestined - Sesshomaru y Rin [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora