Mientras el autobús continuaba en movimiento Devany se dedicó a observar por la ventana sin perder de vista el recipiente que llevaba en sus manos para evitar que se regara el líquido caliente.
Sonrió con alegría al recordar al chico rubio imaginándolo con la nariz roja, la voz enronquecida y estornudando a más no poder. Hace tres días había recibido una llamada por parte de Brian quien estaba cuidando a su compañero de banda y le había hablado a la chica en petición de Roger para que fuera a verlo. Devany indico que habría ido ese mismo día, pero como tenía mucho trabajo espero hasta desocuparse para ir a verlo unas cuantas horas.
Brian insistió en ir por ella, pero se dedicó a tomar el autobús que pasaba por una de las zonas más exclusivas de Londres y desde ahí tomar un taxi que la llevaría hasta la casa del rubio.
La chica se apresuro a tomar el taxi antes de que el caldo de pollo con verduras se enfriará, en menos de veinte minutos había llegado a su destino. Helena, la asistente de Roger se encargó de recibirla con una sonrisa amable y la guío hasta la cocina donde saludo amablemente a la cocinera y la ama de llaves.
—Traje caldo de pollo para Roger–replico la castaña en cuanto entraron a la cocina.
—En un momento se lo subimos Devany. Solo hay que esperar.
—¿Está muy mal?–pregunto mordiéndose los labios.
—¡Oh no! Solo que está con su madre, su hermana y Bárbara.–agrego Helena poniendo sus ojos en blanco visiblemente exasperada.
—¿¡Bárbara!?–chillo la castaña aterrada.
—Tranquila. No puede hacerte nada. Doña Winifred nos dirá cuándo puedes pasar. Está emocionada porque ya pronto Roger irá a Truro para navidad. Pero verlo enfermo fue su excusa perfecta para venir. -Helena rio. —Acompañame Devany, vamos a llevarle eso a Roger antes de que se enfríe.
La chica asintió nerviosa.
—Me incómoda que este Bárbara. La última vez que nos vimos no fue bonito.
—Lo se. Roger me contó. Pero si se atreve a hacerte algo el rubio la saca a patadas. Supongo que ahora ya la mando derechito al infierno.
La chica suspiro cansada. Lo que menos quería era pelear de nuevo con ella y mucho menos que Bárbara hiciera un show ahí mismo delante de la familia del rubio. Suficiente tenía con lo que publicaban los medios de comunicación.
En silencio subieron las escaleras, mientras ella acepto gustosa llevar la charola dónde se encontraba el caldo aún caliente.
—Espera aquí. –replico Helena alzando un dedo y entrando a la habitación.
Se asomo de nuevo por la puerta y anuncio que podía pasar.
La chica entro con cuidado saludando timidamente a todos los que se encontraban dentro.
—¡Devany!–la voz ronca del rubio estaba teñida de emoción y alivio. Se acercó a su cama y lo observó. Sus ojos hinchados y su nariz roja no le daban buen aspecto, su cabello parecía un nido de paja todo revuelto. A pesar de eso ella lo encontró hermoso. ¿Cuántas noches había querido cuidarlo cuando se encontraba enfermo?
—Hola Meddows. ¿Cómo estás?–se acercó a la cama presa de la emoción, si por ella fuera se hubiera acurrucado ahí junto con el.
—Del carajo. –prosiguio el rubio mientras tomaba la charola y la ponía en sus piernas. Dió unas palmaditas en la cama invitandola a qué se sentará junto a el. Ella se sentó timidamente en la orilla de la cama. Haciendo caso omiso a la mirada de indignación de la pelirroja quien estaba en un rincón de la habitación.
—Me da gusto que estés aquí. –replico el rubio emocionado con una sonrisa en sus labios. Y prosiguió a comer un poco.
Ella lo observó con una pequeña y timida sonrisa asomándose en sus labios.
—No sabe a nada.–se quejo el rubio.
Devany sonrió divertida.
—Mamá ¿Te acuerdas de Devany?
Winnifred asintió junto con la mirada interesada de Clare. Ambas se acercaron mientras la morena fruncía cada vez más el ceño, atenta a la plática.
—Es un gusto volver a verte linda.
—Gracias señora.
—¿Y bien qué día llegan a Truro?, si no mal recuerdo pasaremos el año nuevo juntos.
Devany observó la boca abierta de la pelirroja y su asombro era evidente.
—Aun no se, pero será justo después de Navidad. Tengo un concierto.
—Oh está bien hijo. Será bueno conocer a más personas. –observo interesada a la chica junto a Roger.
Winnifred estaba emocionada, ella era una mujer observadora y sabia ahora que la interacción de Roger con esa chica de la que sólo había tenido interacción una vez estaba poco a poco metiéndose en el corazón de su hijo, sin que él se diera cuenta y por parte de ella aunque cautelosa era sus sentimientos por el rubio se leían perfectamente a través de sus ojos. Estaba profundamente enamorada de Roger.
Winifred sonrió cuando Roger miro con la boca abierta a la chica quién le había preguntado algo, su mirada de bobo lo delataba. Clare igual estaba que daba de botes en el piso emocionada.Las dos mujeres salieron de la habitación dejándolos solos con la pelirroja pisándole los talones. Ellas evitaron hacer un comentario al respecto, pues con Bárbara podría ser un arma de doble filo.
—¿Se va a quedar a cenar Winifred?–pregunto curiosa la chica en un tono demandante.
La mujer se volteó y la observó con sorpresa, nunca le había agradado Bárbara, y sin embargo ahí seguía pegada como mosca a la miel justo después de lo que Roger le había platicado. Y después de haberse peleado el año pasado en Navidad, la chica se había ganado un puesto en la lista negra de los Taylor.
Para suerte Helen llegó en su auxilio.
—Señora Winifred la cena estará en unas horas, gusta ir al centro comercial y regresamos.
—Oh si. Tengo que comprar el regalo de Roger. –Le dedico una mirada a Clare y apretó los labios en señal de incomodidad por Barbara quién no les quitaba la vista de encima.
—Vamos a esperar afuera.
—Creo que será mejor que te vayas Bárbara, Roger está en buenas manos. –la pequeña rubia le lanzó una sonrisa amable y ambas mujeres salieron sin volver la vista atrás.
Una vez en el pequeño auto ambas soltaron un suspiro al ver como la chica subía a un taxi y se alejaba de la mansión.
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𝑴𝑰 𝑰𝑴𝑷𝑶𝑺𝑰𝑩𝑳𝑬//𝑹𝑶𝑮𝑬𝑹 𝑻𝑨𝒀𝑳𝑶𝑹
Любовные романы''Se había robado mi corazón por completo, soñaba el momento en que yo fuera aunque sea una de sus conquistas. Pero yo no tenía lo que Roger buscaba, por lo tanto era imposible. Mi imposible.''