CAPÍTULO 4

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Me quedé meditando durante toda la semana, sobre la pregunta que había dado por terminada la plática con Robert camino al mall. Hoy sábado estábamos a un lado de un bar dentro de un estacionamiento privado.

Los amigos de Trevor y Robert se habían reunido como cada fin de semana, su fiesta desgraciadamente terminó en una pelea de borrachos y nos echaron del bar por provocar disturbios y ahora estábamos dentro de un estacionamiento a un costado del local a la interperie.
Botellas de cerveza estaban en el suelo, estaba sentada en una pequeña caja de manera que hacía de banco, a mis pies veía como caían las colillas de cigarros, frunci el ceño mientras encendía uno.

Alguien tenía que limpiar este cochinero si no querían que nos multarán por invadir espacio privado.

Estaba a punto de llevarme a los labios el cigarro cuando uno de los chicos por accidente rompió el vidrio delantero de un Mercedes, al querer lanzar una botella hacía el otro extremo.

Todo ocurrió en un segundo; los cristales se esparcieron en el suelo y ahora un grupo de chicos de 23 años se acercaban corriendo a nosotros, me levanté de golpe y comencé a correr calle abajo, sin siquiera mirar atrás.

La adrenalina corrió por mis venas al dar la vuelta en una calle casi vacía, no sabía a donde me dirigía. Solo las farolas alumbraban las calles y mis pies contra el asfalto, y mi respiración entrecortada eran lo único que se escuchaba.

Escuche voces detrás de mí espalda y me obligué a correr de nuevo.

Los gritos siguieron y corrí de nuevo con más fuerza, adentrándome en una calle desconocida. Esperaba que nadie me encontrará y mucho menos que me golpearan ya que yo no había sido la causante de los vidrios rotos y admito que era un lindo auto. Lástima.

Mi cuerpo impacto contra algo blando interrumpiendo mi frenética carrera de escape. Me obligué a dar tres pasos hacia atrás tratando de nivelar mi cuerpo para no caer al suelo y fallé al querer dar un tercer paso, hice un traspié que me desequilibró y caí de senton al suelo lanzando un chillido de dolor.

-Mierda-replique entre dientes mientras miraba al suelo y apretaba mis dientes tratando de no gritar y lanzar maldiciones hacía la persona que había obstaculizado mi carrera.

Con la mano derecha hice mis cabellos hacía atrás y alce la vista para tener una mejor vision, encontrándome con unos ojos azules observandome con curiosidad.

Roger Taylor estaba delante de mi agarrándose el estómago, con los labios entreabiertos tratando de agarrar un poco de aire.

Lanzó un profundo suspiro y de nuevo me regreso a mirar mientras escuchaba su pesada respiración.

-¿Podrías fijarte por donde caminas?. No soy de plastico.-replico con molestia.
-Perdon Barbie.-replique mientras me levantaba y mantenía la vista fija en el cigarrillo ente mis dedos.

Estaba doblado y chueco, y se había apagado. Lo tiré al suelo y lo pise. Tenía que comprar ahora una cajetilla.

-¿Que haces aquí?-pregunto Roger. Dirigiéndole una pequeña mirada al cigarro ahora ya destrozado.

Lo regrese a observar evitando ver sus ojos, ( que siempre me volvían loca). Su rostro estaba pintado de curiosidad y extrañeza, él jamás me había visto sola a altas horas de la noche y lo peor con un cigarro entre mis dedos.

Para Roger yo era un bicho raro, siempre andaba junto a Bárbara en la universidad, era miedosa y tímida.

Tomaba de vez en cuando y había jurado que nunca fumaria un cigarro.

-Sali con Robert y Trevor a un bar, uno de sus amigos rompió el vídrio de un auto y entonces los dueños nos empezaron a perseguir. De echo tengo que irme, al parecer los perdí en la carrera. -Rei entre dientes ya que no sabía porque le estaba dando explicaciones al rubio, ¿Cómo si a él le importará?. Y me di la vuelta para comenzar a caminar de vuelta al estacionamiento, sin siquiera despedirme de el. Tal como el lo hacía conmigo.

𝑴𝑰 𝑰𝑴𝑷𝑶𝑺𝑰𝑩𝑳𝑬//𝑹𝑶𝑮𝑬𝑹 𝑻𝑨𝒀𝑳𝑶𝑹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora