Ranma y Akane: Antología

Por siempre

Su graduación es jodidamente aburrida, en varios niveles para Ranma. Por un lado, es gratificante saber que contra todo pronóstico logró graduarse, por otro, está el hecho de que está casi seguro de que las responsabilidades de "ser adulto" los absorberan por completo. No más soñar despierto.

Esta viendo a sus compañeras y compañeros en la pista de baile improvisada, cuando Akane se acerca sigilosamente a su lado. Casi de inmediato, lo olvida todo: lo molesto que está con ella por dejarlo ignorado la mitad de la noche, el peso sobre su pecho al pensar en el futuro... todo, por la extrañamente cómoda sensación de que su cerebro se quedaba completamente, completamente en blanco, acompañado de la habitual oleada de calor escalofriante. Frente a todo esto, todo lo que ella dice es "hola", plácida y aparentemente ajena a la discusión que tuvieron horas antes.

-Hola- responde estúpidamente. Trata de alejarse de ella cuando siente la mirada de sus compañeros posarse sobre ellos dos, y descubre que no puede, en cambio descubre que se está inclinando hacia ella. -¿Horrible fiesta, no crees?.

Akane hace un gesto y añade- Está bien, considerando todas las cosas- Titubea, golpea con los dedos la base de su copa de champán y le lanza una mirada de reojo. "Me ... me sentiría mejor si estuviera en un lugar mas callado ..." hace un gesto vago hacia la habitación, pero Ranma tiene la sensación de que aun esta disgustada. 

-Probablemente tengas migraña-duda antes de seguir-deberías irte. ¿Te llamo un taxi?

Akane se atraganta con su champán. -¿Hablas en serio?

Ranma se vuelve hacia ella, frunciendo el ceño. -¿qué?

-Oh, por Kamizama-, dice Akane escondiendo su rostro detrás de sus manos, los hombros temblando de risa, o tal vez de vergüenza. Todos los están mirando ahora, quizás con demasiada atención, y antes de que se de cuenta, Akane lo agarra del brazo y lo arrastra fuera del lugar. 

Toman un taxi, pero no vuelven a su casa. En su lugar, terminan en la playa, con la unica compañía del ruido de las olas meciendo suavemente la arena y entonces Akane se adelanta corriendo y mirando directamente a las estrellas. Él la mira por un momento desde el lado del auto, mientras paga el pasaje, la ve y es igual a la primera vez que la vio. Alegre, infantil y a menudo gruñona. Sonrie. Entonces el grito de Akane lo devuelve al presente:
-No quieres acompañarme?-grita mientras chapotea descalza en la orilla de la playa.

Ranma piensa en el hecho de que están un poco borrachos y luego en que lloviznaba hace unas horas. El agua debe estar helada. Cuando al fin esta cerca prefiere sentarse y mirarla un poco más antes de pedirle que venga a sentarse junto a él. Akane obedece, extrañamente, y viene corriendo pero en lugar de sentarse se deja caer de espaldas sobre la arena, agitando sus brazos y piernas.
-Qué se supone que haces?

-Angeles de arena!-responde con una sonrisa en los labios

Ranma se acuesta a su lado, Akane deja de revolotear cual mariposa en la arena. Han estado discutiendo, mas cansados que entusiasmados con su futuro.

-Hola- dice Akane después de unos momentos de silencio y se ríe como si no pudiera evitarlo, cerrando los ojos con fuerza. Por qué tan pronto como le das un nombre a algo parece como si todo fuera tan complicado?. Su corazón siente que va a explotar cada vez que estan juntos pero ultimamente todo lo que hacen termina en pleito; uno de sus hombros esta rozando el de él, pero quiere estar más cerca, quiere sentir su cabello contra su mejilla, ver el destello de luz en sus ojos, como la primera vez, lo desea tanto que su estómago se retuerce en nudos.

-papá y yo soliamos viajar por muchos lugares, sabes?- empieza a decir Ranma-Mi lugar favorito era la playa durante la noche por que podía ver tanta estrellas, como no sabía sus nombres les inventaba uno.

-Vaya-respondió ella, intentando contener su deseo por reconciliarse con él. Ranma era demasiado bueno, tanto que siempre disculpaba sus grocerias y su mal genio. Incluso cuando ella no tenía razón, él igual la dejaba ganar.

- Sabes, mas temprano, no debí decir eso es solo que...No estaba seguro de si debería haber aceptado todo esto-inhala bruscamente, la mira y se acerca un poco más a ella, su nariz roza la de él. “Akane ... ¿quieres esto? ¿me quieres, realmente?"

La pregunta es tan inesperadamente ridícula que la primera reacción que tiene es reír incluso cuando su rostro se arruga, porque por Kamisama. ¿cómo puede dudar de su amor por él? ¿Cómo no ha notado la forma en que solo sonríe cuando  él está cerca, la forma en que todo ella reacciona ante su presencia? ella comienza a sentarse y él le agarra la mano.

-Realmente no puedes decirlo?

Algo revolotea por su rostro: ¿es temor? ella se pone de lado.

-Decir qué?- Akane niega con la cabeza, todavía riendo.-Yo ... hay ... eres demasiado, no puedo ...- y luego se inclina hacia adelante y lo besa porque su cerebro está demasiado frito para hacer cualquier otra cosa y espera que él la entienda.- Tú...Eres, siempre seras mi respuesta- dice ella, sonriendo ampliamente, y él le devuelve la sonrisa.

Abre la boca para decir algo, pero luego extiende la mano, le roza el pómulo con el pulgar y las palabras mueren en su garganta.
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Por fin el camión de la mueblería a dejado el último de sus bienes, tienen apenas los básicos pero suficientes para empezar su nueva vida. Cuando se mudaron apenas tenian la cama y algunos utensilios de cocina. Ahora su casa luce realmente como un hogar.

Akane esta buscando el lugar correcto en donde colgar su foto matrimonial. Con jeans rotos, sueter blanco y una pañoleta roja cubriendo su cabello se mueve conpulsivamente por las paredes de la sala sosteniendo el marco dorado, ignorando las sugerencias de un cansado Ranma, desplomado hace media hora en el suelo, por venir a descanzar junto a él.

Casarse no es fácil, independizarse cuesta y ha decir verdad ambos aun son infantiles y tercos pero estar aquí se siente realmente bien. Es un nuevo comienzo. Su comienzo.

El celular resuena por primera vez después de exactamente dos semanas de su boda; al menos su familia tuvo la delicadeza de dejarlos solos ese tiempo. Akane responde, un poco tomada y medio riéndose de una de las estúpidas bromas de Ranma sobre su comida
-¿Diga?

-Holaaaaa-, grita Ranma. Su cabeza está en su regazo, y sus piernas solo están descansando sobre los cojines del sofá. Definitivamente está borracho. Su tolerancia al alcohol no mejora con los años.

-Hola- responde Nabiki más que divertida. 

-¿Nabiki, como estas?- Akane se encorva aún más, hundiéndose en los cojines del sofá; Ranma vuelve su rostro hacia su muslo y ella suspira, disfrutando del sol del mediodía. "¿papá esta bien?" 

-Si hermanita, solo, es Kazumi se preguntaba si quieres donar los libros que dejaste a la caridad.

Akane se distrae pasando sus dedos por el cabello de su esposo-Claro, puede tomarlos

Ranma toma el teléfono-nuestra casa es genial y acogedora. Ojala puedan visitarnos pronto. Bueno, no tan pronto

-Oh, gracias Ranma-Nabiki esta riendo aún más fuerte de lo que había estado. 

-Nabiki-susurra Akane volviendo a tomar el telefono-si necesitan algo...

-Eres feliz, hermanita? La vida de casada te sienta bien?

Ranma se gira en ese momento para sonreírle, las mejillas enrojecidas por el vino, los ojos arrugados en las esquinas y ella se queda sin aliento de repente. 

-Si. sí, estoy muy feliz

-Y Ranma?

-Él también.

-Entonces todos estamos bien también. Pero haz que llame a su padre ¿quieres? el hombre esta loco por saber cuando lo haran abuelo

-Bien, dile que estamos trabajando en eso-responde con una sonrisa atontada-pero que no espere uno demasiado pronto.

Nota de la autora

😑😑😑😑Bien, pues este es el fin de Ranma y Akane:Antología😑😑😑😑 Gracias por leer y seguir mi historia. Honestamente se siente mal terminarla ahora pero no queria hacer de ella una historia sin final con mil partes😊 Me ha llevado un tiempo bastante prudente y cuando la empecé no pensé que aun ahora estaría por aquí. Gracias por la atención y el apoyo. Besos😘