La cálida luz de la mañana atravesaba las ventanas de la casa Tendo. Un cielo azul, claro y despejado, muy distinto del que había ofrecido el clima de las últimas semanas, se exhibía radiante.
Las aves cantaban en las ramas de los árboles ya que el sol, por fin, había decidido salir. La mayor parte de los integrantes de la casa Tendo permanecía dormida aún.
A pesar de que era temprano, la luz y el sonido que provenía de la cocina anunciaban que Kazumi, hija mayor de los Tendo se encontraba ya realizando las labores que desde la muerte de su madre había asumido. Realmente no es que a ella le encantara estar siempre disponible para cocinar, pero sabía que sin ella su familia entraría en un caos alimenticio, o eso se decía cada día. Sin embargo después de tantos años de cocinar forzoso y próxima a casarse con el doctor Tofu, su novio de siempre, Kazumi estaba pensando en si debía abrir su propio restaurante, después de todo, siempre recibía elogios tanto de su familia como de las personas del pueblo, quienes llegaban siguiendo el aroma de sus deliciosos platillos. Sería independiente económicamente y se aseguraría de que su familia siguiese bien alimentada.
Mientras probaba el desayuno, Kazumi desarrollaba más la idea de su futuro restaurante y todos los deliciosos menús que podría crear.
-Sí, así parece que está bien- sonrió triunfal
En otra de las habitaciones, estirándose perezoso estaba Soun Tendo, patriarca de su familia y viudo desde joven, mientras meditaba sobre sus tres hermosas hijas a las que había criado tan bien como había podido. Kazumi, tan laboriosa, diligente y amable como su difunta esposa; Nabiki, la confiable, capaz e independiente segunda hija de su corto, pero feliz matrimonio; y por último Akane, su pequeña bebé, que era la viva imagen de su madre
-Mi pequeña niña-lloriqueo el hombre de largo cabello negro y espeso bigote- heredó todo de ella a excepción de su buena mano para cocinar. -Inmerso en sus pensamientos estuvo a punto de quedarse dormido, pero sintió el delicioso aroma del desayuno golpeando su nariz, y terminó por levantarse y caminar hacia el comedor
-Familia, el desayuno está servido- se escuchó la dulce voz de la hermana mayor, obligando a levantarse y reunirse en el comedor al resto de la familia.
-Buenos días, Papá- dijo mientras entraba Nabiki con el rostro medio cubierto por su castaño cabello corto- Kazumi
-Buenos días Nabiki- contesto Soun sin mirar, y continuó leyendo su periódico
-El desayuno Papá.- sonrió amable Kazumi ofreciendo el plato de su padre y su hermana a la vez
-Gracias hija mía- contestó el hombre y se dispuso a comer al igual que sus hijas
-Nabiki, sabes donde esta Akane? Parece que se perderá de nuevo el desayuno...-susurró Kazumi a su hermana menor.
-Ay Kasumi, está bien, iré por ella- devolvió sin el mínimo interés en el tema
La cálida luz del sol que entraba por su ventana había despertado a la menor de los Tendo hacía ya unos minutos. Sin embargo no tenía ganas de levantarse, repaso los eventos de la noche anterior junto a aquel chico. Pensó en gesto de sus compañeros. En la odiosa llegada de Shampoo. En él. En ella. En lo que dijo antes de bajar del tren.
-Estoy loca- suspiro con fuerza mientras se cubría el rostro con la sabana-Estoy loca!!
-Eso ya lo sé, Akane-se escuchó la voz de Nabiki -Párate Kazumi te está esperando-dijo fríamente mientras se marchaba.
El día transcurrió con la normalidad esperada, las clases, los profesores, los comentarios de sus compañeros. Les había confirmado que estaban comprometidos y por tanto tuvo que aguantar sus bromas. Ranma la había mirado y sonreído con timidez durante el día, pero no habían tenido ocasión de hablar ellos solos.
-Bien jóvenes eso es todo por hoy- tosió el profesor de turno.-No se vayan, la profesora Inako y yo tenemos el mismo grupo, ella vendrá en un momento.
Akane se estremeció al escuchar el nombre de Miss Inako. La noche anterior había hecho todo menos el perfil de Ranma, ni mucho menos él el suyo. No había opción
-Ranma, ven rápido- dijo la joven tomando del brazo a su prometido en medio de las burlas y cánticos.
-Pero, y la clase?-dudó el chico
-Olvídalo, no me quedaré. Les dije a todos que estamos prometidos- susurró Akane- Pero no sé nada de ti, ni tú de mí, vámonos- chilló
-Buenas noches jóvenes-se escuchó la voz de Miss Inako al entrar- Bien continuemos donde nos quedamos...
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Ranma y Akane: Antología
RomanceCondiciones distintas para el amor entre Ranma y Akane al conocerse en la Universidad. Esta vez ninguno tendrá miedo de amar. Pd:pido disculpas de antemano algunos detalles y por el final (o las últimas partes, más bien🙃), en mi defensa estaba ment...