Todo está bien

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-Y eso fue lo que pasó.- Terminó diciendo Akane acomodando sus libros sobre su piernas, mientras miraba a los ojos al apuesto chico sentado junto a ella en la banca del parque municipal. - Ahora que sé lo que realmente sentías en ese momento, creo que he recuperado la confianza en mí totalmente. -dijo feliz apoyando su mano derecha en la pierna del joven.- De vez en cuando pensaba en ti, eras una anécdota divertida y feliz que recordar. Fue la primera vez que besaba a alguien- añadió sonriendo la joven

-Sí, pues no parecía- murmuró Ranma moviéndose incómodo en su lugar, aunque encantado con la cercanía de sus cuerpos en esa pequeña banca de madera y la atmósfera tan íntimamente romántica del lugar, solos ellos dos con la luna como su único testigo y el frío nocturno que los envolvía. 

-Que bobo, claro que no era mi primer beso!!- exclamó con falsa molestia ella dándole un ligero codazo- Dije que fue la primera vez que yo besé a alguien. Por eso eras un recuerdo triste, pensé que me había equivocado contigo y me arrepentí de lo que podrías pensar de mí. Pero también eras uno feliz y siempre que recordaba ese beso no podía evitar sonreír. - Respondió la chica con una sonrisa sincera en los labios

-Por qué, tan bueno fue?- indagó el chico de cabello trenzado acercando su rostro al de ella, arqueando una ceja, en modo seductor. 

Sus pupilas azules a través del cristal de sus lentes le hacían olvidar el paisaje nocturno del parque,  ocupado únicamente por bancas vacías y árboles mecidos por el ritmo del frío viento que soplaba. Quién podía mirar a otro lado teniéndolo a él tan cerca.

-Fue el peor-afirmó ella sin dejar de mirarlo- De haber sabido que estabas más asustado que yo...

-Eso fue antes, Akane ahora todo es distinto.- le interrumpió el chico- Y ahora que escuché la otra parte de la historia no tengo dudas...es cosa  del destino. 

Hubo silencio entre ellos, segundos que parecían una eternidad

-Dime, quieres repetirlo?. Probablemente te sorprendas- sugirió acercándose aun más a ella provocadoramente. 

-Repetirlo?, te...refieres a...ese beso?-exclamó la joven intentando asimilar la situación en la que se encontraba. 

No es que no lo deseara, era exactamente ese el problema. Lo deseaba, mucho, desde el día del torneo de voleibol, desde aquella noche cuando lo vio en la feria, desde la tarde en que chocó con él en el pasillo, desde que le pidió ser novios falsos y cuando le dijo que lo intentaran realmente como pareja. Deseaba besarlo tanto que si él lo hacía en ese momento, no sería suficiente solo con un beso. Sintió calor recorriendo su cuerpo y ni siquiera la briza podía calmarla. Tal vez esa noche...

-Sí, a eso me refiero. Akane, quieres repetirlo?- volvió a preguntar sin dejar de mirarla a los ojos.-Te prometo hacerlo bien esta vez- rió nervioso-Lo haré mejor!

-Bien- aceptó ella bajando la mirada. De inmediato sintió como su mano se colaba entre sus cortos cabellos y le hacia levantar nuevamente el rostro. Sus labios anhelantes se unieron suavemente. Sus dudas desaparecieron en ese instante.

No era igual al primero, sino mucho mejor. Fue un beso suave que se convirtió rápidamente en uno profundo y húmedo. Sus manos que otrora no encontraron lugar ahora se deslizaban bajo sus blusa sobre su piel, haciendo estremecer su cuerpo con el contacto de sus dedos y el frío del viento que se colaba entre sus ropas. No quería detenerlo, ni detenerse tampoco, ahora que ambos se sabían correspondidos solo querían disfrutarse el uno al otro. Esas sensaciones eran adictivas, las caricias, los besos. Cerró los ojos y respondió a la intensidad de aquel momento.

 Cerró los ojos y respondió a la intensidad de aquel momento

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-Ranma...-gimió, rompiendo el silencio del lugar 

Escuchar su voz en ese modo encendió aún más el deseo del joven. No podía pensar en nada más que no fuera en ella. En la hermosa chica junto a él, en las caricias dadas y ofrecidas, las suaves manos acariciando su cuerpo, los gemidos ahogados entre besos...

Un rítmico tono de llamada la hizo regresar a sus sentidos. Intentó separarse, pero las fuertes manos de su acompañante la sujetaron aún más contra él atrapándola entre la banca y su cuerpo y con sus labios se negó a dejarla ir. El calor de sus cuerpos contrastando con el frío viento del amanecer, sus manos diligentes buscando refugio bajo su amplia falda blanca. La sensación de sus manos en su piel, de sus labios, le hicieron olvidarse de todo y solo querer dejarse llevar.

El celular sonó nuevamente obligando a reaccionar

-Ran...ma...espera...uhm! suplicó Akane entre caricias y besos, empujándolo levemente

-Por qué, no te gusta?-respondió sofocado el chico escurriendose a besar el cuello de su joven amada

-No. No es eso...si quiero, pero...

-Estuve esperando este momento desde aquella noche en que me besaste-le interrumpió dejando de besar y acariciarla para mirar sus ojos

La melodía sonó por tercera vez. 

-Tengo que contestar, Ranma. Es mi hermana mayor, debe ser importante, Kazumi no llamaría sin razón-dijo la chica en tono conciliador dandole un breve beso antes de responder la llamada-Aló. Sí Kazumi, dime pasó algo?-inquirió mientras arreglaba la tela recogida de su falda-No, en realidad estoy con alguien, es decir, con mis compañeros... no, no tienes que preocuparte. Tomaré un taxi para ir a casa... Sí, lo siento, no me dí cuenta y olvidé avisarte que saldría... Descansen. Un beso.- Se despidió cariñosa de su hermana.

-Están bien?- preguntó el chico sentándose nuevamente junto a ella, luego de haberse levantado para dejarla hablar cómodamente.

-Sí, solo estaban preocupados por mí-respondió colocando su cabeza sobre el hombro de su novio y guardando el celular en su bolso.- Sabes que hora es, Ranma?-añadió ella

-Hora?, pues no lo sé-atinó a contestar el chico rascando su barbilla con el dedo índice

-Son las 3:25 de la madrugada, hemos estado fuera toda la noche, no les avisé que saldría y estaban preocupados-señaló incorporándose Akane- A esta hora no encontraremos fácilmente transporte, sería mejor quedarnos hasta que amanezca, no crees?

-Claro, por mí está bien-dijo feliz el apuesto joven esperando a que volviese a sentarse junto a él y continuar donde se quedaron.

-Tengo hambre-confesó sonriendo aun de pie la chica de corto cabello negro azulado y ojos color avellana- hay una tienda cercana que abre 24/7, quieres ir conmigo, yo invito.

-Aka...Akane yo, es decir, nosotros-respondió en un hilo de voz, sin dar crédito a lo que escuchaba

-Lo sé, pero no creo que debamos hacer esto aquí-murmuró la chica empezando a caminar. Luego de unos pasos giró a mirarlo y sonriente añadió- Dejarás a tu prometida ir sola a estas horas, Ranma?

Eso era todo. Su sonrisa lo convenció de acompañarla. Además tenía razón, ese no era el lugar apropiado para ella. Y no se estaba negando a él, solo al lugar. Suspiró. Con la confianza renovada se levantó y empezó a seguirla. Había esperado ya y esperar un poco más, si se trataba de ella, no era un problema.

-Akane, espérame!-gritó-Más te vale que me invites algo delicioso, me estoy muriendo de hambre.

A 50 pasos adelante Akane suspiró. Qué hubiera hecho si Kazumi no insistía en comunicarse con ella?.






Ranma y Akane: AntologíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora