Aniversario: Parte 2

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-Me duelen los pies, Ranma, abre rápido-pidió 

Finalmente él abrió la puerta, la vio deslizarse dentro con tanta seguridad que sus pies se movieron por sí mismos tras de ella. Cerró la puerta tras de sí. Era un lugar cómodo, a pesar de lo pequeño, y mucho mejor que donde se quedaba antes. Al menos tenía una pequeña cocina, aunque apenas había espacio para caminar ahí. 

-Aún no tenemos mucho, pero mejorará pronto- se disculpó Ranma de pie junto a unas cajas apiladas en la entrada- Es que aun no terminamos la mudanza y es un caos aquí jejeje.-río tontamente

-No tenemos?- reaccionó curiosa Akane volviendose para mirarlo

-Ah!, es verdad aun no te conté.-empezó a decir el joven de ojos azules quitándose las gafas. Era una estrategia que solía usar cuando estaba con Akane, se sentía más seguro sino podía verla claramente. - Desde que llegué a Nerima hasta hace poco estuve viviendo en una pequeña e incómoda habitación cerca de donde ahora estamos-continuó explicando el chico mientras se desataba el cabello- hace poco me encontré con un viejo amigo. Me dijo que tenía el mismo problema. Además nuestras rentas juntas podian permitirnos rentar este lugar. Es pequeño pero cómodo, no crees?-terminó diciendo desde la cocina

-Vaya, así que eso es. Por qué no me habías dicho eso antes, en mi casa hay muchas habitaciones vacías, podrías haberte quedado con nosotros- respondió la chica dando una larga mirada al lugar y a lo que en él había.

-En serio?. Pero no hubiera podido quedarme en un lugar donde tú también estás, no sin hacer una tontería-murmuró para sí, abriendo el pequeño refrigerador-Akane, quieres algo de tomar- gritó-Puedes escoger, agua, jugo de naranja rancio o cerveza.

-Qué clase de tontería?- preguntó la chica inclinándose hacia él con picardía

-Akane!. No pienses mal, me refería a que, es decir...No lo decía en ese sentido...-se apuró a disculparse, negando con sus manos a la vez que intentaba argumentar de forma clara

-Creo que tomaré agua- lo interrumpió la joven antes de acercarse para besarlo.

El tono de llamada de Ranma sonó en ese momento, él intento no contestar y continuar, pero Akane insistió, así que finalmente tuvo que hacerlo

-Sí, dime que pasa ahora...no, estoy en el departamento. Como que no sabes donde!! pues entonces toma un taxi!!-gritó molesto por la interrupción antes de colgar.

-Esta todo bien, amor?-preguntó Akane mirando los trofeos de artes marciales de su novio que estaban en una de las cajas de la entrada.

-Sí, no es nada. De hecho era mi amigo. Estará aquí pronto, creo. Eso si no se pierde otra vez-respondió acercándose para abrazar su cintura por la espalda.

-A qué te refieres con perderse- quiso saber la pelinegra, girando para verlo. Cruzó sus brazos en su cuello atrayéndolo hasta ella para besarlo rápida y suavemente. Su cabello suelto en su espalda, el masculino torso cubierto apenas por la delgada tela blanca de su camiseta. Quería besarlo más pero no quería parecer desesperada por él, aunque así se sintiera.

Se separó con delicadeza volviéndose para preguntarle sobre esos trofeos. Definitivamente no había nada que no le gustara de él. 

-Es que Ryoga es así. Lleva años en Nerima, pero siempre se extravia en alguna calle o callejón-

Una sensación fría recorrió el cuerpo de Akane. Acaso había escuchado mal?. No, no podía ser el mismo chico con el que había salido dos años y hasta recibió una propuesta matrimonial. No podía ser Ryoga Ibiki, su ex.  Aunque Ranma le gustaba y mucho, no sabia que hacer en tal situación. Decirle o no decirle y más que nada en qué forma hacerlo si Ryoga estaba ya de camino allí. Se arrepintió de insistir en visitar su casa. Definitivamente eso no era lo que estaba pensando cuando lo hizo. 

-Ryoga, ese es el nombre de tu compañero?- preguntó Akane intentando averiguar si se trataba de la misma persona o no.

-Si, Ryoga Ibiki, fuimos compañeros en la escuela y hace poco nos volvimos a encontrar y decidimos rentar el apartamento a medias. Está solo a un par de calles, pero no tiene ni idea de como llegar. Crees que debería ir por él?-meditó Ranma volviendo con un vaso de agua a la pequeña sala.

-No!-exclamó Akane

-No?-se sorprendió el chico de ojos azules por la respuesta de su novia

-No, quiero decir. No crees que es mejor para él que llegue por su cuenta?. Mejor para él, digo

-Sí tienes razón, supongo. Entonces...qué hacemos ahora?

-Vayamos a clases.

-Pero, Akane, hoy es...

-Sí, lo sé pero ya que tu amigo viene, no creo poder estar a gusto. Será mejor ir a clases o podemos ir al cine, dejaré que escojas tú, sí?-insistió la chica jalandolo por el brazo

-Bien, si eso quieres. Iré por mi camisa y nos vamos. Y esperó que de verdad me dejes escoger la película hoy-aceptó su novio mientras entraba a la habitación y empezaba a trenzar su cabello nuevamente

Tan pronto como salió de la sala el joven, Akane se dejó caer en el viejo sofá de la esquina. 

-Diablos, ahora que hago. Sí le digo si molestara, pero si no lo hago es peor-reflexionó en voz baja-Sí, será mejor que se lo diga de inmediato-resolvió finalmente

-Vamos Akane-comentó Ranma tomando las llaves de la mesita, listo para salir

 Escuchó la voz de su novio y  al mismo tiempo el sonido de la puerta de entrada al abrirse.





Ranma y Akane: AntologíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora