Deseo, amor y desconfianza

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-Yo...-La voz de Akane sonaba amable, demasiado amable y calmada-no te odio, Ryoga.

-Maldición, qué diablos está pasando aquí!- Ranma abrió de golpe la puerta. Frente a él, su amigo permanecía tomando de los hombros a su novia, con la habitación a media luz.  Sintió que le brotaba una vena gruesa en la frente. Akane parecía sorprendida al verlo, Ryoga sin embargo se veía tranquilo, como si estuviera esperando su llegada. Y claramente habían bebido. Eso no era bueno sabiendo como se ponía Akane al beber. Qué era lo que había sucedido en su ausencia entre esos dos?.-Pregunté qué diablos pasa aquí?!-su voz resonó como un trueno en la pequeña habitación

-Ranma, no es lo que parece-Akane apuró las palabras al tiempo que deshacía el agarre de Ryoga-Puedo explicarlo, de verdad- O eso quería, pero el alcohol no la dejaba pensar con claridad. Intento sonar calmada, pero conociendo lo celoso que podía ser Ranma no pudo evitar sentirse angustiada. Trató de recomponer los eventos que la habían llevado a estar allí ahora con Ryoga, a solas.

Ryoga permaneció en silencio durante ese tiempo, sin quitarle la mirada a Akane. Si dejaba que se fuera en ese momento, la perdería para siempre. Si Ranma le proponía matrimonio era el fin de su historia. Tenía que evitarlo. Akane, no podía perder a su Akane. Por que fue suya antes que de nadie, y ella acababa de admitir que no lo odiaba y dudó al responder si amaba a Ranma. Ryoga peinó su cabello con sus dedos y dio una mirada breve alrededor. La cama estaba revuelta, porque él había estado dando vueltas un largo rato ahí, mientras Akane estaba en la habitación contigua a la suya. Las botellas de sake estaban dispersas por el suelo junto con los cojines que usaron para sentarse a tomar, la luz permanecía tenue por el daño de las bombillas principales y en resumen la habitación parecía el escenario de una escena comprometedora para ambos. 

-Estoy esperando. Qué pasa aquí, ninguno dirá nada?. Y ven para acá, Akane.

-Ya te lo dije, es una confusión Ryoga y yo solo estábamos...-Akane avanzó hacia Ranma brindando su mejor sonrisa e intento tomarlo de la mano. Lo hizo, pero él no correspondió. Ni a su sonrisa ni a su tacto, seguía mirando a Ryoga como si lo quisiera matar.

-Estábamos resolviendo las cosas entre nosotros.-La interrumpió el ojiverde de repente

-Ryoga que dices!?-La mirada de la joven de ojos cafes recorrió ambos rostros masculinos en la penumbra. Qué era lo que planeaba ahora ese tonto de Ryoga. Si esa era su idea de una broma...- Ranma, salgamos. Te explicaré todo afuera, ya sabes como es él, salgamos por favor.

-Supongo que prefieres no saber, Ranma.-Ryoga se jugó su última carta. Si aún tenía una oportunidad, por pequeña que fuera, quería agotarla. Y qué mejor que provocar la inseguridad de Ranma

-Si tienes algo que decir, dilo ahora-Ranma caminó hacia él, lo tomó por la camiseta y le dio puñetazo directo en la cara haciendo brotar una leve línea de sangre del labio inferior de Ryoga, ambos se preparaban para iniciar una pelea pero Ranma se detuvo al sentir el agarre de Akane

-Ranma, salgamos. Te juro que no paso nada, creeme. Estaba en la playa y cuando salí no estabas tú y entonces Ryoga dijo que no tardabas y luego subimos y bebimos un poco y...pues, después...

-Suficiente, Akane. Cuantos y más piensas decir. Toma tus cosas que nos vamos.-Las explicaciones de Akane siempre eran desastrosas, sin importar si bebía o no. Por un momento estuvo dispuesto a confiar en ella.  A ignorar todo aquel desastre de noche y seguir con su propuesta de matrimonio. Ya después ajustaría cuentas con Ryoga.

Akane suspiró aliviada. No es que no quisiera darle ella misma una paliza al idiota de Ryoga, pero ahora le parecía más importante hablar con Ranma

-Ella y yo estuvimos juntos-Ryoga limpió la sangre con el dorso de su mano y sonrió sabiendo que con esa sola frase podría iniciar un verdadero pleito entre la pareja

-Qué!!, pero que estas diciendo idiota, atrevido!. Jamás estaría con un... No puedo creerlo, eres un degenerado...qué se supone que ibas a decir-Akane seguía insultando y lanzando objetos al ojiverde mientras Ranma permanecía en silencio en la entrada

-Te acostaste con él?-No quería preguntarlo porque no podría escuchar una respuesta afirmativa. Qué iba a hacer si realmente ellos dos...le hervía la sangre solo de pensarlo

La pregunta era sencilla pero el silencio fue su única respuesta. No es que no pudiera responder es solo que hasta la duda era ofensiva. Cómo podía dudar de ella?

-Tengo que volver a preguntarlo?

-Ni siquiera debiste pensarlo, Ranma. Quien crees que soy?

-No, ahora no te hagas la ofendida, que yo sé bien cómo te pones cuando bebes, y respóndeme lo hiciste?!

-No-Una lágrima se escapó de sus ojos. Estaba triste pero también molesta por su estúpido comentario. 

Al beber... era la única forma en que no se sentía ridícula por pedirle a su novio que siguiera besándola o que la tocara de cierta forma. Aunque había salido por todo ese tiempo con Ranma el avance podría ser muy lento a veces si se lo dejaba en sus manos. Él también la deseaba pero siempre se contenía o se detenía en el mejor momento. Y ella siempre tenía que dar el primer paso. O en todo caso el paso más arriesgado y motivarlo a seguir. No es que ella fuera así con cualquiera, es que él provocaba todo eso en ella.

-Toma tus cosas-Ranma dejó caer los hombros al ver las lágrimas en el rostro de Akane, quizás se había excedido-Volveremos a Tokio y hablaremos ahí. Toma tus llaves, Ryoga, y ni siquiera pienses en volver al departamento.-Pusó las llaves del auto sobre el mueble de madera junto a la puerta sin mirar atrás y tomó del brazo a su novia para salir de aquel sitio 

-No puedo creer que le hayas creído-Akane se soltó de su agarre ya en el estacionamiento mientras esperaban el taxi que los llevaría de regreso a la ciudad

-Lo sé, sé que me pasé un poco, pero...

-Un poco? 

-Akane, por favor entiéndeme. Tenía otros planes para nosotros hoy-Ranma busco en el bolsillo del pantalón el anillo

-Me importan poco tus planes para hoy

-Akane

-En serio crees que beso a cualquiera cuando bebo? Debes haberte hecho una idea muy mala de mi.

-Akane yo...estaba celoso, si?, los escuché hablar y Ryoga insinuó que ustedes...De verdad lo siento

-Yo lo siento más, Ranma. Tomaré este taxi. No me llames, no creo que quiera hablar contigo por lo pronto.-Akane subió al auto amarillo y partió sin siquiera mirar atrás

El chofer del taxi miró por el retrovisor el rostro de su pasajera. Estaba llorando aunque sin el menor ruido, pero las lágrimas caían abundantemente.-Disculpe señorita, tome

Akane abandonó sus pensamientos y tomó la caja de pañuelos que le ofrecía el amable hombre, intentando sonreírle en gratitud. El auto siguió su trayecto hasta Tokio.








Ranma y Akane: AntologíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora