Es el destino

576 42 2
                                    


-Estoy en casa-La menor de los Tendo se descalzó antes de entrar y dejó su portátil para observar su reflejo en el espejo. Su cabello había crecido un poco y ahora se debatía entre dejarlo crecer como antes o mantenerlo corto. Le gustaban ambos looks, pero se sentía más cómoda llevando el cabello corto. Suspiró. Su cabello era el menor de sus problemas. Desde hacía semanas que su relación con Ranma pasaba por un mal momento. Al principio él la buscó e intentó arreglar las cosas entre ellos, pero estaba demasiado ofendida como para disculparlo tan fácilmente. Pensó "castigarlo" y luego, pues, ya verían cómo arreglar aquello. Tonta. Ranma dejó de buscarla e incluso se ausentó los últimos días a clases. Bien, no es el alumno más brillante, pero tampoco es de los que se ausenta sin razón. Peor aún, sus amigos le enviaron mensajes durante su clase de redacción diciéndole que Ranma había estado deambulando por la zona de los bares durante días. 

-Akane-Kasumi apareció por el pasillo llevando las toallas dobladas, saludando a su hermana con una cálida sonrisa- Hay una visita esperando en la sala.

-Una visita?

-Si, dijo que quería hablar con papá. Llegó hace un rato ya, creo que se quedara a cenar-La mayor de las Tendo avanzó por el pasillo con su permanente sonrisa en los labios hasta subir el tercer escalón de la escalera- Tofu y yo también nos quedaremos para cenar-advirtio mientras seguia subiendo hasta el segundo piso de la casa. Aun casada, Kazumi era la señora de esa casa.

-Bien-murmuró arrastrando sin ánimo los pies hasta la sala donde el invitado esperaba junto a su padre

-Que buenos tiempos no es así, señor Tendo?

-Asi es, asi es, viejo amigo!! no puedo creer que hasta ahora nos volvamos a ver.

Las voces y risas de ambos hombres congelaron a Akane antes de entrar. La primera vez que escuchó una conversación similar tenía 16 años. El viejo maestro de artes marciales de su padre, Happosai, los visitó. Fue una plática amena y jovial, hasta que aquel viejo libidinoso sugirió tomar a una de ellas como su esposa. Que horror, y su padre estaba tan acobardado por aquel viejo que de no ser por la oposición de Kazumi se hubiera salido con la suya.

-Maldición, solo espero que papá no me comprometa de nuevo con nadie, no estoy de humor para sus tonterías

Hubo una segunda visita similar a la del maestro Happosai. Y de esa visita surgió su relación con el idiota de Ryoga. Fue un error aceptar salir con él, pero entonces no era posible ni imaginar que aquel chico de rostro inocente era capaz de traicionarla de tantas formas.

-Akane, si yo fuera tú no entraría a esa habitación-Nabiki se recostó a la pared mientras susurraba 

-Por qué no?-quiso saber la chica asiendo con la mano derecha la puerta, dispuesta a entrar

-Pues porque una vez que entres sellaste tu destino.-volvió a susurrar la mediana mirando hacia el estanque.-Kazumi dejó de ser una opción y yo no estoy interesada en casarme, ya sabes, supongo que tu tampoco.

-No puedo creerlo, otra vez?

-Ya sabes cómo es papá. Aún cree que es necesario un esposo para que sus hijas saquen adelante el negocio de la familia. Pensé que Tofu ayudaria, pero ya ves que es de lo más ajeno a todo. Es como si su mundo fuera solo Kazumi-Nabiki rodó los ojos e hizo un ademán con sus manos para que Akane se acercara más a ella-Alcancé a escuchar que entrenó con nuestro padre-le susurró al oído-Creo que tú y yo debemos unirnos y no permitir semejante abuso de papá.

-Por dios, ya estoy harta de esto!!-Akane abrió de golpe la puerta, su rostro denotaba la molestia que sentía-Papá!-Gritó ignorando al visitante-Se puede saber de qué se trata  esta vez?

Ranma y Akane: AntologíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora