Verano

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-1, 2, 3 vamos jóvenes! levanten las piernas, 4, 5, 6 aun nos quedan unos minutos, vamos!-gritó el apuesto instructor de yoga al grupo de universitarias.

-Demonios Akane, te dije que no quería hacerlo-exclamó casi sin aliento el pelinegro

-Ranma eres un llorón!-se burló su novia sacándole la lengua

-Vamos, vamos. No se detengan-ordenó el instructor

-No puedo hacer esto. No sé ni por qué estoy aquí.

-Yo sí. Es por que eres un celoso-rió divertida la chica 

-No es cierto. 

-Akane, podrían prestar atención a la clase tú y tu novio o tengo que ir a corregir sus posturas otra vez?

-No!-gritó Ranma a punto de perder el equilibrio-No se acerque, quédese justo donde está, no lo necesitamos!

Eso por supuesto no era cierto, la asana que intentaba realizar era la pose de la grúa: agachado como si se fuera a saltar, ambas manos en el suelo, codos doblados, con el peso en la punta de los pies e inclinado hacia adelante para equilibrar el cuerpo y que las manos se encargaran de sostenerlo, las rodillas debían ir a la parte posterior de los brazos y una vez equilibrado, estirar los brazos y mirar hacia adelante. A Akane se le daba muy bien, pero para Ranma era otra historia.

-Madura Saotome, yo soy un profesional, jamás le faltaría el respeto a mis estudiantes-respondió el instructor Taro 

-Eso ni tú te lo crees-bufó el chico de ojos azules

-Ya basta, Ranma. Lo sentimos mucho Taro, continúa-se disculpó sincera. El instructor le dedicó una coqueta sonrisa y continuó con los ejercicios -Por qué te comportas así, Ranma?-Le susurró sin perder el equilibrio

-No quiero que se te acerque. Punto.-respondió ya en el suelo

-Osea que estas celoso?

-Si, crees que no debería?

-No deberías. Pero dime Ranma porque no reaccionaste así con lo de Ryoga. Taro es solo mi instructor

-Eso fue diferente. Los conozco a ambos y confió en ti. Además...olvidalo

-Si confiaras en mí no vendrías a padecer solo para vigilarme. Eres el único novio aquí

-Confio en ti, pero no en él-dijo el ojiazul señalando al instructor

-Bien jóvenes, van muy bien todas. Esta asana es una de las más difíciles, pero noto que han progresado, incluso Tachibana hoy lo hizo excelente, lastima no poder decir lo mismo de nuestro "visitante".-interrumpió el guapo instructor mirando fijamente al "visitante", Ranma Saotome.- Por hoy terminamos nos vemos en la siguiente clase.

El grupo de chicas se relajó empezando una animada conversación con su instructor. A decir verdad Ranma tenía algo de razón, la mayoría de las alumnas estaban ahí solo para coquetear con el tal Taro y el muy sinvergüenza no perdía ocasión para atreverse a tocar el cuerpo de su Akane. Por eso a pesar de todo se las arreglaba para asistir con ella. De ese modo lo mantenía lejos de su mujer. 

-Akane, por favor ya no vengas-suplicó

-No y no insistas-respondió con firmeza al salir del edificio la chica de corto cabello negro-Por qué te comportas como un niño, de verdad que no te entiendo

-Te gusta?

-Claro, por qué crees que lo hago

-Eso no, que si te gusta ese idiota

-Me gusta un idiota, pero no es mi instructor. Deja ya de portarte como un loco, quieres

-No me digas que no ves como te mira y como intenta tocarte!

-No intenta tocarme, me corrige igual que al resto. En serio, Ranma, no te he demostrado ya que te amo lo suficiente?, acaso intenté ocultar mi pasado con Ryoga, si te quisiera engañar lo habría hecho entonces

-No prefieres practicar otra cosa?

-Cómo qué

-Pues...no lo sé. Natación, yo mismo puedo enseñarte, que dices

-Ranma, sabes que no se me da nadar.

-Por lo mismo. Te prometo, te juro que te convertirás en una sirena

-Quieres que deje de hacer yoga y me convierta en una sirena?

-Si

-Aunque en la clase de yoga solo somos chicas y en la playa hay hombres de todas las edades?

-Eso, me encargaré de eso. Además no dejaré que se te acerque ningún idiota en la playa. En cambio el tal Taro siempre está intentando tocarte. No puedo soportarlo.

-Bobo.-Akane se acercó y le dio un beso en la mejilla- Intentémoslo, pero si no funciona dejarás de insistir, de acuerdo?. y que conste que es solo por que aun no he pagado la siguiente cuota.

-Akane, eres la mejor novia del mundo, te amo.-celebró el chico de cabello trenzado levantando a su novia para besarla

-Ya vámonos, tonto.

Tal cual como ambos lo planearon el fin de semana se encontraban los tres de camino a la playa. Los tres por que Ryoga insistió en acompañarlos.

-Vamos Akane, está todo en el pasado. Voy solo a buscar algo de sol. Mira mi piel, me enfermaré y moriré por falta de vitamina D, eso quieres?

-Por mí puedes morirte. Ranma! se suponía que iríamos solo los dos

-No nos molestara, lo prometo. Aparte consiguió el auto de sus tíos

-Bien, pero que no me hable

-Por qué, aun no me superas?-interrumpió el ojiverde

-Debí darte una paliza en ese entonces

-Se la daré yo mismo, Ryoga no insistas o te dejaremos en la playa.

-Era solo una broma, Ranma, ese mal carácter que tienes Akane. Vamos, supongo que te sentaras atrás Akane.

-Por qué lo haría?

-Porque yo manejaré, quieres recorrer 25 km conmigo al lado?

-Eso si que no. Si dejo que manejes tú quien sabe a donde iremos a parar. Dame las llaves y siéntate tú atrás

-Bien, mejor para mí

-Desde cuándo eres tan despistado Ryoga?-preguntó Akane subiendo ya en el hyundai azul

-Tuvo un accidente hace un año. Creo que su sentido de orientación se afecto entonces-se adelantó a responder Ranma

-Vámonos!-gritó con entusiasmo el ojiverde cómodamente acostado en el asiento trasero-La playa nos espera




Nota: Perdí las notas de mi celular sobre esta idea, pero tengo aun los borradores a lápiz incompletos así que tal vez pueda darle un final decente a la historia, y no ser como la cruel Rumiko Takahashi que nos ha dejado con ganas de un final para el manga y la serie. 















Ranma y Akane: AntologíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora