Me enamoré de un pandillero ||Mikey x lectora||

~ Capítulo 4 ~

Pd: necesitaba poner esa imagen <3 TnT

Volví a mi asiento y noté la mirada de Takuya en mi.

- ¿Pasó algo?- preguntó preocupado.

- No, todo esta bien- dije sonriendo.

- Entonces, ¿por qué te ha llamado?

Un pequeño rubor apareció en mis mejillas al recordar el motivo.

- Tan solo quería hablar conmigo- dije riendo.

Otra vez se formó un silencio incómodo.

- Ya veo- dijo sonriendo.

Terminamos de comer y nos fuimos de allí.

- Siento que sea poco tiempo pero me tengo que ir- dije suspirando- Mi madre me dijo que llegase temprano.

- No pasa nada, me lo he pasado muy bien.

Le sonreí para luego irme pero me detuvo para darme un abrazo.

Me sorprendí por lo que hizo.

- Nos vemos mañana.

Después de decir eso se marchó dejándome aun confundida.

Llegue a mi casa y mi madre me recibió con una sonrisa, por primera vez estaba feliz de que hubiese llegado temprano.

Al entrar en mi cuarto me tire en mi cama cansada.

Escuche leves golpes en mi ventana. Sonreí esperando que sea Mikey.

Efectivamente, apareció con una sonrisa detrás del cristal. Abrí la ventana emocionada.

Pero rápidamente esa emoción se fue al traste al ver que tenía varios rasguños en su rostro.

- ¡¿Estás bien?!- pregunté preocupada.

Lo ayudé a entrar.

- Haru-chan, estoy perfectamente- toque uno de los rasguños que tenía y soltó un quejido de dolor.

- Lo siento- dije apartando rápidamente la mano- Ya se, te lo voy a curar, justo tengo un botiquín que me dio mi madre.

Lo saqué de uno de mis cajones.

- Haru-chan, realmente no hace falta.

- Si hace falta- dije molesta interrumpiéndolo.

Él suspiró y puso cara de enfado.

Empecé a curarle algunas de las heridas. Muchas veces se quejaba porque le dolía.

- ¿Que es lo que te ha pasado?- pregunté preocupada.

- Tuvimos algunos problemas- dijo mirando al suelo.

- ¿Los demás están bien?

- Si, no te preocupes, somos muy fuertes- dijo sonriendo- Nos atacaron desprevenidos.

- Ya veo...

- Son un par de cobardes- dijo molesto- Por eso quería verte...

Esto último lo dijo haciendo un puchero resultándome demasiado adorable.

No se si fue un impulso o que fue pero me acerqué a su mejilla para depositar un pequeño beso en el.

Él me miró sorprendido y algo sonrojado. Yo me tapé la cara rápidamente dándome cuenta de lo que había hecho.

- Y-Yo, lo siento- dije avergonzada.

- No te disculpes- dijo desviando la mirada- Me gusta que hagas eso.