Me enamoré de un pandillero ||Mikey x lectora||

~ 𝗘𝘀𝗽𝗲𝗰𝗶𝗮𝗹: 𝗘𝗹 𝗰𝘂𝗺𝗽𝗹𝗲𝗮ñ𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗠𝗶𝗸𝗲𝘆 ~

Estaba estudiando tranquilamente en mi casa cuando de repente alguien llamó a la puerta.

Bajé lo más rápido posible para ir a abrirla, pero mi madre ya lo había hecho.

Abrí los ojos sorprendida al ver a Baji en la puerta.

- Haru, necesito hablar contigo- dijo el peli negro sonriendo.

- ¿Quién eres?- preguntó mi madre confundida.

Hablé antes de que Baji pudiera decir algo.

- Es Baji, un amigo de Mikey- dije riendo nerviosa- Voy a hablar con él fuera un momento.

Mi madre asintió no muy convencida.

Una vez fuera le pregunté a Baji.

- ¿Para que has venido?

- Veras Haru, debes saber que mañana es el cumpleaños de Mikey- dijo recostándose en su moto.

- ¡¿Mañana sábado?!- el asintió- ¡¿Por que nadie me lo ha dicho?!

El se metió las manos en los bolsillos para luego alzar los hombros restándole importancia.

- ¿Ahora que le voy a regalar?- dije entrando en pánico.

- De eso quería hablar, ayer se me ocurrió una muy buena idea- dijo sonriendo.

Lo mire confundida.

- ¿Qué idea?

- Podemos envolverte en papel de regalo y listo.

- Oh, ¡buena idea!- hice una pausa al procesar lo que había dicho- Espera, ¡¿que?!

- ¿Qué pasa?

- ¡No pienso hacer eso!- dije avergonzada.

- Tienes que hacerlo por el- dijo serio- Si te molesta lo del papel de regalo compraré con Chifuyu una caja grande.

No podía creerme lo que estaba diciendo.

- Baji, no lo haré.

- Haru, por favor, Mikey sería muy feliz, ¿no es eso lo que quieres?

Miré mis dedos nerviosa. Estaba claro que lo que estaba diciendo era una completa estupidez.

Pero no tenía ningún regalo para Mikey y no me gustaría defraudarlo...

- ¿Y bien?

Suspiré.

- Esta bien, pero no se si le gustará de verdad.

- ¡Bien!- dijo emocionado- Créeme, le va a encantar.

Me estuvo contando que todos estaban planeando hacer una fiesta sorpresa en su casa. Sería por la mañana y nos quedaríamos allí a comer.

- ¿Y como pretendes hacerlo?

- Draken se llevará a Mikey de compras y entonces nosotros entraremos en su casa a preparar todo- dijo sonriendo- Será divertido.

- Solo espero que salga bien- dije nerviosa.

Los dos intercambiamos números y citamos una hora para quedar. Me despedí de el para volver a mi casa y nada más entrar vi a mi madre de brazos cruzados.

- ¿Que te ha dicho ese chico?

Reí nerviosa.