Me enamoré de un pandillero ||Mikey x lectora||

~ Capítulo 29 ~

Al día siguiente me desperté con un fuerte dolor de cabeza.

Abrí los ojos lentamente y lo primero que vi fue el rostro de Mikey a centímetros del mío.

Él aun seguía dormido y se veía adorable.

Me percaté de que su brazo estaba rodeando mi cintura.

Me moví como pude para no despertarlo y cogí mi móvil que estaba en la pequeña mesa que Mikey tenía junto a su cama.

Nada más encenderlo, respondí a los mensajes que me había enviado mi madre diciéndome los buenos días y que no llegase muy tarde a casa.

Empecé a recordar más o menos lo que ayer había ocurrido. Mikey se había puesto triste y eso hizo que me entrasen ganas de llorar.

Él lo ha pasado realmente mal a lo largo de su vida y ha perdido a muchas personas que eran especiales para el.

Yo no quiero separarme de su lado y no lo pienso hacer.

Mi tono de mensaje me sacó de mis pensamientos.

Me fijé en quien lo había enviado y me tensé al ver el nombre.

Kazutora

Haru.

Lo siento.

Necesito hablar contigo.

¿Podemos quedar para vernos y hablar?

Mierda.

Al instante empecé a sentirme nerviosa.

Después de lo que le había hecho a Mikey el día de la pelea no tenía nada de ganas de hablar con él.

Así que decidí no contestar el mensaje.

- Haru-chan- me sorprendí al escuchar la voz de Mikey- Buenos días.

Se había despertado.

Apague mi móvil rápidamente y lo deje en la mesa. Lo último que quería en ese momento era que viese el mensaje de Kazutora.

Este me miró algo confundido por mi acto, pero por suerte no echó mucha cuenta al estar tan adormilado.

- Buenos días- dije sonriendo por lo tierno que se veía.

Le di un pequeño beso en los labios.

Se llevó la mano a la cabeza y soltó un quejido.

- Menudo día el de ayer- dijo suspirando.

- Ha sido de los mejores días de mi vida- solté eso sin pensarlo.

Pero era cierto.

Nunca antes me lo había pasado tan bien.

Mikey sonrió y llevó su mano a mi mejilla para empezar a acariciarla.

- Haru-chan, no deberías verte tan linda desde tan temprano- dijo acercándose y después fijó su mirada en mis labios- Voy a tener que besarte.

Me avergoncé por sus palabras.

¿Como podía decir que me veía linda?

Si estaba recién levantada y con mi pelo hecho un desastre.

Acto seguido, unió sus labios con los míos. El beso pasó a ser más intenso cuando se colocó encima de mi.

Se separó para dejarme respirar, por suerte Mikey sabía que no tenía mucho aguante.

Rápidamente llevó sus labios a mi cuello para depositar pequeños besos.

No pude evitar reírme, me hacía muchas cosquillas.