Me enamoré de un pandillero ||Mikey x lectora||

~ Capítulo 10 ~

Aun seguía en la habitación de Mikey.

El estaba hablando por teléfono con Draken mientras yo estaba tumbada en su cama.

Hina y Emma no paraban de mandarme mensajes preguntándome si estaba bien. Rápidamente les contesté para que no se preocupasen.

Mikey acabó la llamada con Draken y se volteó a mirarme.

Se quedó un buen rato mirándome de arriba a bajo por lo que reí nerviosa.

- ¿Que pasa?

- Esa camiseta te queda mucho mejor que a mi- dijo haciendo un puchero viéndose muy tierno.

Me sonroje un poco para luego reír.

- Por cierto, ¿que hacías hablando con Kisaki?- preguntó mientras se tumbaba a mi lado.

- ¿Eh? Bueno, no era nada importante.

- Entonces puedes decírmelo, ¿no?

Se acercó a mi haciendo que nuestros rostros estuviesen a centímetros. Sentí como sus brazos rodeaban mi cintura.

¿Me estaba chantajeando? Porque si era así estaba funcionando.

- El quiere que nos reconciliemos- dije suspirando- Pero no pienso hacerlo, él me hizo mucho daño.

- Ya veo.

Se quedó un silencio algo incómodo.

- ¿Tu de que lo conoces?- pregunté algo dudosa.

- Kisaki es bastante fuerte así que lo necesito en la Tokyo Manji- dijo serio- Pero eso no quiere decir que me caiga bien.

Asentí entendiéndolo perfectamente y él se quedó mirándome a los ojos un buen rato. Después sonrió haciendo que lo mirase confundida.

- Se como animarte.

- ¿En serio?

De repente se subió encima de mi haciendo que lo mirase confundida.

Me sobresalté al notar como empezó a hacerme cosquillas por mi barriga.

Rápidamente empecé a reírme como una loca, tenía una fuerte debilidad cuando me hacían eso. Me retorcí en la cama intentando apartarlo de mi.

- ¡Mikey para!- dije sin poder parar de reír.

- ¡Haru-chan tiene cosquillas!- dijo emocionado.

Yo me iba a quedar casi sin respiración.

- ¡Para por favor!

Al rato por fin paró. Cogí aire, no podía respirar de tanto reírme. Me volví a incorporar en la cama y el se recostó de nuevo a mi lado.

- Casi me matas- dije mirándolo con los ojos entrecerrados.

- Perdona- dijo riendo- Es que me encanta escuchar tu risa.

Le sonreí, realmente no podía enfadarme con él.

- ¿Que fue lo que hablaste con Draken?- pregunté curiosa.

- Estábamos hablando sobre lo de hoy- dijo mirando al techo- No creo que Hanma vuelva a hacer algo por un tiempo.

- Menos mal- dije suspirando aliviada- Ese tío daba mucho miedo.

El se volteó a mirarme serio.

- ¿Estas segura de que no te dijo nada raro?