Me enamoré de un pandillero ||Mikey x lectora||

~ Capítulo 20 ~

Me quede petrificada al leer el mensaje.

Volví a levantar mi vista y Hanma me miraba con una sonrisa. Confirme mis sospechas cuando vi que tenía su móvil en la mano.

El me había mandado ese maldito mensaje.

¡¿Es que no pensaba dejarme en paz?!

Estaba harta.

Ninguno de los chicos se percató de que Hanma estaba en la playa. No quería arruinar el día de hoy diciéndoselo así que decidí no contarles nada.

No pensé bien lo que hacía en ese momento, pero le levanté el dedo a Hanma haciéndole un corte de manga. Su sonrisa se esfumó al instante.

Me tense cuando noté que se estaba empezando a acercar.

- Haru, Akito se ha quedado dormido- la voz de Mitsuya me sacó de mis pensamientos- Es tarde, deberíamos volver a casa.

Esas palabras me salvaron.

- Tienes razón- dije riendo nerviosa mientras me ponía rápidamente mi camiseta- Debemos irnos.

- ¿Tan pronto?- dijo Mikey haciendo un puchero.

En un movimiento rápido recogí casi todo, incluso lo de los demás. Me volví a fijar en Hanma pero ya no estaba.

Me pensé si contárselo a Mikey pero después recordé que llevábamos a Akito con nosotros, sería muy peligroso si empezásemos a pelear.

- Chicos- todos pusieron su mirada en mi- Tenemos que correr.

Me miraron confundidos sin entender nada.

Con Akito en brazos dormido, cogí la mano de Mikey y salí corriendo de allí. Por suerte, él ya se había puesto la ropa.

- ¿Que es lo que pasa, Haru-chan?- preguntó preocupado.

- He visto a Hanma- dije sin parar de correr- Hice algo que no debí haber hecho.

- Espera, vamos a por el.

- Ahora mismo no podemos, llevamos un bebé- dije nerviosa- Es muy peligroso.

Mikey pareció comprenderlo ya que rápidamente se puso a correr.

- ¿Los demás estarán bien?- dije recordando que se habían quedado atrás.

- Seguro que si- dijo sonriendo haciendo que lograse calmarme un poco más.

Llegamos a mi casa y por suerte no había rastro de Hanma. Al parecer habíamos logrado escapar.

Llamamos a la puerta y mi tía fue quien abrió.

- ¡Hola!- dijo emocionada al ver a Mikey a mi lado- ¿Este es el chico del que tanto hablas?

Sentí mis mejillas arder al instante.

- ¡Cállate!- dije avergonzada- Y no hables muy alto, Akito está dormido.

Ella se echó a reír para luego asentir. Cogió en brazos a mi primo pequeño y lo tumbó en su carro.

- Muchas gracias a los dos por cuidarlo, seguro que se lo ha pasado muy bien- dijo sonriendo- Es un placer conocerte Mikey.

- Igualmente- dijo este devolviéndole la sonrisa.

Suspiré aliviada al ver que mi tía se iba con mi primo sano y salvo.

- Bueno, debería ir a avisar a los demás.

- Iré contigo.

El me abrazó.

- No, ya es muy tarde, deberías ir a descansar- dijo mientras besaba mi frente- Además, mañana es la excursión.