Sueños...

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Llevábamos media hora de viaje y la azafata nos había venido a preguntar unas cinco veces si Luck necesitaba algo, estaba totalmente ciega en él.

-       ¿Necesitas unas mantas? – pregunto a Luck

-       Si, tráenoslas si así nos vas a dejar tranquilos un rato, ya te llamaremos nosotros si necesitamos algo. – la espete.

Luck me miro sorprendido por mi reacción, pero con una sonrisa extraña.

-       ¿Celosa princesita? – sonrió

-       ¿Pero tú estás viendo cómo te está mirando? Por dios si te está comiendo.

-       Guarda tus uñas gatita, tú ya sabes que eres especial para mí – me agarro la mano y me guiño el ojo, le sonreí y me relaje en el asiento, pero otra vez esa estúpida voz se hizo presente rompiendo nuestro momento

-       ¿Perdona es que no llego a coger las mantas, podrías venir a  ayudarme?

-       Claro – dijo Luck perdiendo el culo, juraría que llevaba tres botones abrochados de menos, y unas cuantas tallas menos de camiseta y falda.

Se levantaron y se perdieron detrás de las cortinas, podía oír la risa asquerosa de esa perra, asique fui a ver qué pasaba, y me encontré a la maldita rubia abrazada a Luck, pero él no la estaba rechazando precisamente, la tenia bien cogida de la cintura besándola. Me aclare la garganta y los dos se separaron inmediatamente.

-       ¿Cuánto llevas ahí? – me pregunto Luck sorprendido, podía ver como la azafata se reía.

-       El suficiente – las lágrimas amenazaban con salir así que cerré las cortinas y me fui al baño a llorar, a los pocos segundos alguien llamo a la puerta.

-       Vete a la mierda Luck – le grite

-       Abre la puerta Nicki y deja de hacer una escenita de las tuyas – dijo tan normal

-       ¿Escenitas de las mías? ¡La estabas comiendo la puta boca Luck!

-       ¿Pero y qué? Tu y yo no somos nada!! – grito dando un golpe a la puerta.

Esto tenía que ser una pesadilla, tenía razón no éramos nada pero es que Luck es tan sumamente confuso.

Salí del baño y pude ver cómo estaban Luck y la azafata sentados en el sillón de dos plazas comiendo fruta, MI FRUTA con nata, era terriblemente asqueroso y no tenía más vistas que esas porque de noche en un avión poco puedes ver, así que intentaría dormir.

LUCK.

Vale, a lo mejor liarme con la azafata había sido un error, pero por favor a mi me pueden las mujeres fáciles, eso sí besaba como la mierda, hacia cosas muy raras con la lengua, seguramente eso ella lo veía sexy pero yo lo veía asqueroso, a mi me gustaban los besos de Nicki, despacio, con cariño, sexys, no se… con amor. Espera, ¿Qué cojones estoy diciendo de amor? Esa palabra yo nunca la había dicho, ni sentido y no sé porque  estoy a punto de follarme a esta tía, y estoy pensando en la niñata.

-       ¿Vas a dejar de mirarla? – esa voz irritante me saco de mis pensamientos.

-       ¿Perdona? – le dije

-       ¿Qué si vas a dejar de mirar ya a esa niña de papa? – me jodió que hablara así de ella, porque yo era el único que me metía con ella.

-       Mirare a quien me dé la gana, además solo quería saber si está bien.

-       Obvio que está bien, y tú vas a estar mejor – dijo poniéndome un poco de nata en el cuello y bajo a chupetearme todo lo que había tirado encima, pero mis ojos encontraron con los de Nicki, y juro que se me olvido por completo que tenia a una tía buena haciéndome mil guarrerias por el cuerpo.

-       Oye mira, yo paso de estar así contigo, no me haces caso – dijo poniéndose delante de mi cara y haciéndome un puchero.

-       Si tienes razón esto no ha sido buena idea, yo no suelo repetir con nadie. – iba a darme un beso pero le hice una cobra bastante bonita.

-       ¿Tampoco repites en besos? – dijo chillando y atrayendo la atención de Nicki.

-       Si repito un beso con alguien es porque esa persona me está empezando a importar. – dije mirando a Nicki.

-       Pues lo demuestras de puta pena. – Soltó por su pequeña boca.

-       Sois insufribles los dos, a lo mejor los que necesitáis follar sois vosotros dos, porque se nota claramente la tensión  que tenéis. si queréis algo os lo buscáis solitos por el avión. – y se fue colocándose las falda y abrochándose los botones desabrochados, mire a Nicki y me enseño el dedo mientras se acomodaba para dormirse, con una sonrisa victoriosa.

NICKI.

Luck seguía sentado en el sillón con los brazos abiertos apoyados en el respaldo y con las piernas totalmente estiradas en el suelo, no lo podía aguantar, hubiera matado por ser yo quien estuviera chupándole el cuello con la nata y mis fresas. Si lo sé la pido la fruta y no las mantas.

Me levanto de mi asiento y me dirijo hacia él, me siento a horcajadas en el pero todavía no abre los ojos simplemente nos quedamos abrazados, me levanto un poco para poder llegar a sus labios y  los beso. Nos separamos para tomar aire y me da un poco de fresas con nata, pero antes de que me lo quite de la boca me ataca con la suya, y como si me hubiera leído los pensamientos me da el tarro de nata, le echo un poco por el cuello y empiezo a lamerlo él se estremece y me aprieta el culo haciendo que suelte un pequeño gemido. Jamás había disfrutado tanto de unas fresas con nata.

-       Luck… - gimo

Una carcajada me despierta sobresaltada. Mierda. Mierda. Mierda. Estaba soñando.

-       ¿Se… se…  puede sabes que estabas soñando? – dijo riéndose todavía más.

-       ¿A ti que te importa? – mi cara ardía de la vergüenza y de la rabia.

-       Yo creo que más que importar interesar, porque parecía que nos lo estábamos pasando muy bien, por lo menos tú – se acerco peligrosamente a mi acorralándome en mi sillón.

-       Pues si nos lo estábamos pasando bien o mal es mi problema. – le espete.

-       Después de un sueño así Nicki tienes que estar… muy… caliente – susurro en mi oreja dejando un pequeño mordisco en el cuello, me deshacía poco a poco y casi cedo, pero me retuve.

-       Vete, con tu amiguita la azafata que la has dejado peor de lo que estoy yo seguramente – me quede estática por lo que acababa de salir de mi boca.

-       ¿Pero sabes que la tenemos que dar la razón no? – dijo alejándose.

-       ¿La razón de que? – me perdí en la conversación.

-       Que yo no necesi… bueno no quiero fallármela a ella precisamente, bueno ni a ti tampoco claro está – dijo perdido en sus pensamientos.

-       ¿Y por eso me dices lo de quitarme el calentón? – se volvió a acercar a mi peligrosamente.

-       Lo primero es que tú me importas y no te fallaría tu primera vez en un avión, primero creo que te haría el amor, o lo podría intentar porque yo no soy de hacer eso, y luego, pues… bueno luego ya veríamos – me guiño un ojo y se fue a sentar al asiento.

-         Ahora duérmete princesita y no sueñes cosas guarras, y si las sueñas por lo menos no hables en sueños porque si no, no me voy a poder contener, de saber que estas con esas ganas, y nos vamos a tener que saltar todos los pasos de hacer el amor y esas mierdas.

Luck mi GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora