Luck mi Guardaespaldas

Pequeña e inocente Nicki

Nuestros labios encajaban a la perfección e íbamos a un ritmo frenético, pero todo no iba a salir bien cuando me tuve que separar de el porque mis piernas me fallaron hasta caer redonda al suelo.

LUCK

Sus labios sabían aun mejor de lo que me esperaba, esta niña me iba a terminar volviendo loco, hasta que la vi desplomada a mis pies.

-       ¿NICKI? – grite asustado no me dio tiempo a reaccionar y cogerla en brazos, asi que ahora también tendría un gran dolor de cabeza cuando despertara.

La lleve al sillón y la arrope lo mejor que pude, toque su frente y estaba ardiendo, esto no iba bien, pero ahora mismo tampoco podía ir a pedir ayuda estaba nevando demasiado.

Eran las cinco de la madrugada y seguía a su lado, la estaba poniendo paños de agua fría en la frente y parecía que la fiebre iba disminuyendo.

Me desperté con la Luz del sol, parecía que ya habia dejado de Nevar asique aprovecharía que Nicki seguía dormida y bajaría al pueblo con la moto de nieve a comprar algunas provisiones, medicinas y a llamar a Charles.

Cerré bien todas las puertas y me encamine al pueblo esperaba que cuando llegara Nicki siguiera dormida y no notara mi presencia, di gracias que con esta nevada el bar estuviera abierto.

-       Que madrugador chico, ni los camineros madrugan tanto – una mujer bastante mayor se dirigió a mi nada mas entrar al establecimiento.

-       ¿Dónde puedo encontrar una farmacia? – ignore su comentario

-       A la vuelta de la esquina la tercera calle a la derecha, pero hasta las ocho no abren, asique te queda una hora por delante – dijo la mujer mientras limpiaba unas tazas

-       Gracias esperare allí sentado – me dirigí a la última mesa del bar que estaba pegada a una ventana. Estaba pensando que quizás debería de haber dejado una nota o algo a Nicki, porque como se despertara y no me viera se iba a asustar, yo no podía estar ocupándome de una niña y menos cuidándola, cuando ni yo mismo se cuidarme a mí.

-       Hola buenos días – una rubia que parecía que se iba a romper iba vestida igual que la señora que ,he había hablado al entrar asique suponía que trabajaría aquí, era una de las que a mí me gustaban, una mujer de plástico, fácil, de una noche y que no pedirían nada más que un buen polvo que era lo que yo necesitaba ahora mismo para dejar de pensar de una maldita vez en Nicki.

-       Y tan buenos – dije mirándola de arriba abajo, ella se dio cuenta y se sonrojo

-       ¿Qué te pongo? – dijo sacando una libreta de su delantal.

-       ¿Tú no estás en el menú? – pegarme por favor eso no podía estar saliendo de mi boca.

-       Bueno dentro de cinco minutos lo puedo estar para ti – dijo apoyándose en la mesa de tal manera que sus pechos apretados en esa camiseta de botones parecían que iban a estallar.

-       ¿Y dónde puedo tomar mi desayuno? – la pregunte con una sonrisa y acercándome a su oído.

No me respondió, se separo de mi mesa y se dirigió a los baños mientras caminaba su hermoso culo era admirado por los tres camioneros que acababan de entrar. En la puerta se paro me miro y me hizo una señal con la cabeza, para disimular espere un poco me levante y me dirigí a los baños cerrando la puerta con seguro detrás de mí.