La fiesta.

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Me incorpore muy lentamente sin mover mucho la cama, quien estuviese ahí tenía un arma podía oír perfectamente el sonido del seguro como lo ponía y como lo quitaba, cogí una almohada y de un movimiento la puse en su cara y tire de el hacia atrás quedando yo debajo de el aprisionándole la cabeza.

-       LUCK!!!!! – Empecé a gritar el hombre de debajo de la almohada intentaba decir algo pero no podía entenderle le tenia casi asfixiado – ¡Luck maldito imbécil quieres mover tu culo y venir! – De repente la pistola soltó un disparo me asuste y desaflojé el agarre dejando que el hombre saliera de mi agarre

-       ¿¡ESTAS LOCA O QUE!? ¡Casi me asfixias niñata! – Grito Luck encendiendo la luz

-       ¿Pero tu eres tonto o que te pasa? ¿Qué cojones hacías ahí, con una puta pistola? ¿Tú sabes el susto que me has dado? – le grite

-        ¿Y tu sabes que casi me matas? – claro que la almohada era mil veces más eficaz matando que una almohada, notese mi ironia.

-       ¿Quieres dejar de responderme con otra pregunta y dignarte a contestarme? – odiaba que siempre evadiera mis preguntas.

-       Escuche unos ruidos en el tejado y cuando entre habia alguien con una linterna por el patio, mirando por las ventanas, me dio tiempo a cerrar las cortinas para que no vieran lo que había dentro, y me quede aquí sentado tranquilamente hasta que tu me atacaste. – dijo mirando todo el rato al suelo y su pistola, seguía sentado a los pies de la cama sin mirarme yo estaba sentada como un indio escuchando su explicación.

-       Oh… vaya… entonces lo siento… pero me asustaste, la próxima vez avísame de que estas ahí… - dije avergonzada por mi actitud.

-       Bueno por lo menos se que la princesita se sabe defender, sin mucho éxito pero algo es algo – pude notar una sonrisa ronca de su parte.

-       Por lo menos algo te importo – mierda eso no podía haber salido de mi boca, no lo podía haber dicho en alto, la había cagado y todavía no era ni de día.

-       Mira Nicki – se levanto y se puso frente a mí – no te confundas, tu no me importas, no estoy aquí por gusto, y tu no me caes bien, simplemente me limito a hacer mi trabajo, porque si no tu querido padre me matara si le pasa algo a su niñita, así que no confundas las cosas. – No me dio tiempo a contestarle porque cuando iba a hablar ya había salido por la puerta dando un gran portazo.

Después de todo lo que me había dicho, me había dado cuenta de que tenía razón no le importaba una mierda, simplemente lo hacía por obligación encima teniéndose que venir a Canadá porque a mi padre le parezca lo más seguro, no tiene que ser de mucho agrado que te obliguen a ir con la hija de tu jefe a la que no aguantas, pero mira que se joda que no se hubiera metido en las mierdas de mi padre.

Había pasado una semana  desde la aclaración de Luck, yo salía de mi habitación lo justo, simplemente para bajar a comer algo, y el seguramente estaba en su habitación porque oía la televisión con algún juego de disparos en la play, yo me arrepentía de no haberme traído la mía, pero es lo que tiene que tiroteen tu casa y tengas que salir con lo puesto.

Estaba tumbada en la cama con los pies en el cabezaro de la cama, cuando la puerta se abrió de golpe, me sobresalte del susto.

-       Podías aprender a llamar inútil, podría haber estado desnuda – le espete.

-       No me gustaría estar delante si eso pasara creeme– dijo como si estuviera espantado con esa idea.

-       Gilipollas – le mire con cara de odio

-       ¿Podías dejar de ser tan mal hablada?-  contesto apoyado en la puerta, no llevaba camiseta, y me dejaba ver todos los tatuajes que tenia por sus brazos y cuello, a otro le quedarían mal, pero os juro que esos tatuajes estaban hechos para quedar perfectos en su cuerpo.

-       Podría, pero no me apetece y menos si es para dirigirme a ti. – yo también sabia ser una estudia y ponerme a su altura.

-       Que mal te sienta que te rechacen princesita, pero claro es lo que tiene no estar acostumbrada a escuchar un ‘no’ por respuesta. – se estaba burlando de mi lo podía notar en su voz.

-       ¿Qué quieres? – no iba a responderle porque con el era gastar saliva.

-       Esta noche en el bar hay una fiesta de fin de año –

-       ¿Y? – le respondí confusa

-       Pues eso que te vistas que vamos a ir – No tenia ni la menor idea de cuándo Luck había ido al bar, pero supongo que eso de no salir una semana de mi cuarto solo para comer y no verle ni hablarle seguramente eso tenía algo que ver.

-       Puedes ir perfectamente sin mí, por lo que veo has ido más de una vez, a demás no hemos ido a comprar mi ropa, así que tampoco tengo nada que ponerme, ves tú y diviértete solo, así no tendrás que cuidar de mi, ni seré un estorbo, para que empieces bien tu año. – le dije volviéndome a tumbar en la cama.

-       Te estoy diciendo que vas a venir conmigo a la fiesta, me da igual si no quieres ir – me amenazo tirándome unas grandes bolsas a los pies de la cama – con eso tienes más que suficiente, supongo que esa será tu talla, busca algo en dos horas nos vamos, también tienes que utilizar esto – me lo tiro y callo a mi lado de la cama – prepárate o si no, nos van a dar las  uvas. – y cerro la puerta.

Que graciosillo estaba hoy Luck. Abrí la bolsa que tenia a mi lado y dentro había una cajita de tinte, supongo que serian cosas de mi padre, según el papel decía que era chocolate intenso, no rechiste no dije nada, simplemente me metí al baño y empecé a hacer la mezcla, lo unte todo por mi pelo y mientras pasaban los minutos, no sabía que ponerme porque la fiesta tampoco sabía de qué tema iba a ir. Me metí en la ducha para aclarar el tinte Salí puse una toalla en mi pelo y comencé a mirar en las bolsas de ropa, diez bolsas hasta arriba de ropa, y un muy buen gusto quien lo hubiera elegido, había acertado también con la talla a  la perfección, opte por un vestido negro con adornos en dorado y unos zapatos del mismo color que los adornos eran bastante altos, un abrigo de paño negro me taparía hasta llegar, porque claramente aquí no hacia temperatura de salir con un vestido, lo deje todo preparado encima de la cama y me fui a arreglar el pelo, el color era realmente bonito me resaltaba mis ojos verdes así que lo deje liso con el flequillo a un lado y de maquillaje no quería ponerme mucho así que puse un poco de base, colorete, rímel, y mi pintalabios de brillo.

Cuando estuve lista Salí de la habitación poniéndome los tacones, y abajo en las escaleras ya podía ver a un Luck muy bien vestido, llevaba unos pantalones negros una camiseta blanca con una corbata dorada, cualquiera diría que sabía que me iba a poner este vestido entre los cincuenta que había en esas bolsas, y en la mano tenia la chaqueta del traje, cuando iba por mitad de las escaleras se percato de mi presencia, me empezó a mirar los pies subiendo lentamente por mis piernas, subiendo por mi cuerpo y quedarse en mis pechos que este vestido los hacía bastante grandes, y subiendo a mi cara haciendo una breve pausa en mis labios, y de mis labios a mis ojos, estaba cohibida porque su cara era inexpresiva no sabía si le gustaba o no así que me decidí a hablar

-       Es que no sabia … Bueno como teníamos que ir… si voy mal dímelo… me cambio o me quedo en casa – me costo hablar porque Luck no dejaba de mirarme extrañado, incluso mientras hablaba juraría haber visto una sonrisa en sus labios, pero supongo que serian imaginaciones mías de los nervios por tenerle tan cerca, porque ahora estaba tocándome el pelo.

-       Estas perfecta princesita, me gusta tu color de pelo – puso un mechon detrás de mi oreja. – y el vestido sabia que te iba a gustar – no sabia que decir me agarro de la cintura y me llevo hasta el garaje me abrió la puerta y me sentó al lado del copiloto.

Y aquí estaba el Luck simpático agradable, el que se me caían las bragas cuando estaba a su lado, el perfecto Luck. 

Luck mi GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora