Feliz navidad princesita.

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- ¿Te gusta lo que ves princesita? - la voz de Luck me saco de mis pensamientos, idiota ya me habia pillado otra vez mirándole.

- Tampoco eres nada del otro mundo Luck- dije sentándome al lado de su asiento, los aviones me daban un poco de pánico, y tener a Luck al lado vestido asi no ayudaba nada a mis nervios, el se levanto en cuanto vio a la única azafata del avión y se fue detrás de ella, podía oir risitas y los sonidos de los besos, el avión era grande pero silencioso, asi que decidi ponerme mis cascos, y al cabo de la media hora, salía Luck con el pelo alborotado y abrochándose los pantalones y la azafata intentando arreglar su desastroso uniforme y pelo.

- Como sigas asi vas a hacer un agujero en el suelo princesita - mi pie no se podía estar quieto y normal que lo hubiera notado

- No me gustan los aviones - dije mirándome las manos porque me daba vergüenza reconocerlo.

- Ya lo puedo notar... pero Nicki tu padre yo creo que no se arriesgaría a volar en un avión que fuera a chocar, así que estate tranquila que no te va a pasar nada.- me acaricio la mano y eso me puso más nerviosa no podía entender sus cambios de humor es que no sabía por donde cogerle.

- Si... tienes razón... - le dije con una sonrisa no muy convencida.- era un maldito avión estábamos en el aire cualquier cosa podría pasar, era un avión de un narcotraficante ni me quiero imaginar la de enemigos que tiene mi padre.-

- Pónganse los cinturones vamos a aterrizar y la pista esta helada y puede ser algo peligroso. - Dijo la azafata comiéndose con la mirada a Luck, pero este ya había conseguido lo que quería y ni la miro, la cara de la pobre mujer era épica.

- Eres un asqueroso. - le dije

- ¿Pero y ahora que mosca te ha picado? - dijo ofendido.

- Te acabas de tirar a la pobre azafata, y no eres capaz ni de mirarla. - le dije defendiendo a la mujer aun que me hervía la sangre lo que habia echo no me gustaría que me hicieran lo mismo.

- ¿Qué pasa estas celosa, por no ser tu? - dijo con una sonrisa picara

- Me das asco Luck, ni en tus mejores sueño me vas a tocar - se acerco a mi oído y podía notar su respiración chocar con mi cuello y poniéndome la piel de gallina.

- Te puedo asegurar que vas a ser tú la que me acabe suplicando que te toque princesita. - iba a contestarle pero un enorme golpe que hizo temblar todo dentro del avión me asusto demasiado. Cerre los ojos y apreté aun mas mis manos al asiento si eso era posible.

Cuando bajamos del avión, nos esperaba un Range Rover con las ventanas poralizadas, estaba todo nevado un hombre, supongo amigo de mi padre y que raramente conocía a Luck nos dio indicaciones de cómo llegar a nuestra casa y el bar restaurante mas cercano que habia.

Subimos al coche Luck conducía era de noche no se veía nada por esas carreteras en el camino no hablamos, llegamos a las puertas enormes, apretó un botón del coche y las puertas se empezaron a abrir con dificultad, entramos y habia una gran fuente en mitad con un inmenso patio ahora cubierto simplemente por nieve y hielo. Luck aparco al lado de la puerta, bajamos del coche y me quede impresionada de lo bonita que era la mansión era la primera vez que venia aquí, no tenia ni la menos idea de que mi padre tuviera esta propiededad aquí en Canadá. Decidimos entrar, abrimos la puerta y mi boca toco el suelo, estaba acostumbrada a vivir en casas lujosas pero esta se llevaba la palma de todas mis casas, esta se veía que estaba decorada con amor, en las paredes había fotos de mis padres juntos cuando eran jóvenes, no pude evitar que una lagrima callera por mi mejilla al ver la foto de mi madre y mi padre se los veía muy enamorados. Había un gran recibidor al lado derecho estaba la cocina que era demasiado grande, supongo que sería porque a mi madre siempre le gustaba cocinar. Al lado izquierdo había unas puertas correderas las abrí y dentro pude ver un enorme salón con unos sillones color crema rodeando una gran chimenea de madera y en medio una gran alfombra con una pequeña mesa, era un salón realmente acogedor, al lado derecho del salón había un gran ventanal que ahora no se podía apreciar nada de lo que había por fuera.

Luck mi GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora