La chica frente a Catherine la miró a los ojos con una confianza que solo una reina debería tener. La Reina quería sacársela de una bofetada.
-¿Que estabas haciendo en mi jardin,niña?- Gruño ella
Alicia ladeó la cabeza antes de ponerse de pie. -Estaba siguiendo a alguien.-Dijo de manera simple.
Catherine arqueó una ceja, su labio superior se curvó para revelar sus dientes perfectamente blancos, -¿Así que traspasaste a otro intruso?- Preguntó la mayor mientras le dirigia una mirada feroz, con el unico objetivo de asustar a la pequeña.
Alicia entrecerró un poco los ojos, -No exactamente, aparentemente él es parte de su corte.-Dijo mientras jugueteaba con sus dedos
Catherine ladeó la cabeza también, -¿Y a quién seguiste?- Preguntó buscando con la mirada puesta en el consejo para intentar sacarles una confesión.
La niña del hermoso e impecable vestido azul aclaro la garganta. -De hecho fue aquel conejo,su majestad- declaró mientras empujaba su cabeza hacia a criatura. El conejo tragó saliva en cuanto sintió el disparo de una mirada furiosa hacia su dirección, por parte de su "adorada" Reina. -¿Asi que, cierto conejo mio fue a dar un paseo en lugar de atender su trabajo?, ¿Y cuando pasó eso?-Preguntó levantando una ceja perfectamente esculpida.
Alicia trató de hablar -Fue...-
-¡No te hablaba a ti,asquerosa criatura!- Chasqueó para lanzar una mirada expectante hacia el conejo.
-E-e-esta mañana, S-su m-majestad- Ante el terror que le causaba la soberana, comenzó a golpear una de sus patas contra el suelo rapidamente.
-¿Esta mañana cuando supuestamente estabas cuidando a los niños?-
La pata del conejo no dejó de golpear rápidamente con miedo -Su majestad, estaba recolectando dientes de león del Otro Mundo para Diamante y Espada cuando esta plaga de niña me siguió- Dijó el animal, abriendo y cerrando su reloj de bolsillo de manera nerviosa.
Catherine levantó la barbilla -De cualquier manera, conduces a un criminal a mi reino y por eso te arrancarán 100 cabellos de la espalda.- Hizó un gesto a un guardia para que viniera y se lo llevara.
La miró y se sintió aliviado -Muchas gracias por su amabilidad, su majestad-
Ella puso los ojos en blanco -Tómalo antes de que cambie de opinión.- Dijo frunciendo el labio.
Se volvió hacia Alicia, -En cuanto a ti, te sentencio a diez azotes mañana por la mañana. Llevencela-. Los centinelas de las cartas asintieron y se la llevaron. Catherine a menudo se sorprendia de cómo los hombres hechos de papel eran tan fuertes.
Miró el reloj y notó que era hora de tener una reunión diaria con sus hijos. Luego, tendría que prepararse para el baile de esta noche. -Ustedes están despedidos.- Les dijo a los miembros del gabinete antes de darse la vuelta y marcharse, una plétora de tela roja de su vestido deslizándose delante de ella.
☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙❧☙
Catherine sabia perfectamente de su gran atractivo, lo notaba por como la veían los sirvientes cada que caminaba por el pasillo.Había pensado en tomar a algunos de ellos como amantes, pero la idea de que esas criaturas de clase baja la tocaran le daba nauseas.Sin embargo, le encanta coquetear con ellos y verlos mirarla con los ojos muy abiertos.Le guiñó un ojo a un alce que temblaba mientras llevaba una bandeja de comida a medio comer. Los ojos del alce se agrandaron cuando pasó junto a él y entró en la biblioteca,rozando la tela de su vestido contra su casco. Ella sonrió cuando lo escuchó dejar caer su bandeja detrás de ella. Esta gente estaba desesperada.
Sus hijos se sentaron acurrucados juntos sobre un libro en la biblioteca. A los siete años, sus gemelos, Diamante y Espada, eran, por mucho, los niños más inteligentes y atractivos del reino de Corazones. Le encantaba demostrar su superioridad en todos los sentidos; incluso a través de su linaje.
Los gemelos habían heredado el cabello oscuro, la piel clara, y por supuesto los claros e igualmente bellos ojos de su madre, lo que los hacía muy agradables a la vista. Razon por la cual,la pequeña Diamante ya recibia propuestas de matrimonio de reyes y príncipes de muchos países, los cuales rechazaba, dejando asi, una fila de corazones rotos.
El único inconveniente para los hermanos era el hecho de que no podían hablar. O, al menos, no harian. A los hijos de Catherine y el Rey no les pasaba nada desde el punto de vista de la salud, pero nada salió de sus bocas cuando las abrieron al momento de nacer. Una parte de ella sabía que podían hablar. De cualquier manera, no le importaba si decian una palabra o no, siempre y cuando se mantuvieran fuera de su camino y la obedecieran.
Se sentó junto a ellos y tomó el libro para hojearlo por sí misma. Dedicaba 30 minutos al dia para pasar con sus hijos, la mayoría de las veces consistía en que ellos leyeran libros separados. Puede que no tenga corazón, pero comprendió la importancia de que una madre se vincule con sus hijos. Después de un tiempo, se aburrió del libro que estaba leyendo. Trataba sobre un romance, ¿y de qué te sirve el romance cuando no tienes corazón?
-No se olviden de el baile de esta noche. Esten listos a las 6:30 en punto.- Dijo la mayor cerrando su libro para luego salir.
Los dos la miraron al mismo tiempo y asintieron en sincronía. Se levantaron en silencio y salieron por la puerta de su habitación. Catherine suspiró y puso una mano sobre su pecho palpitante. Se iba haciendo más prominente a lo largo del día. Supusó que era solo estrés.
Esa noche fue un recordatorio de lo que había dejado diez años atras. No quería conmemorar la noche en que perdió a Jest, pensó para todos los demás que era el día en que había salvado al reino del Jabberwocky. De cualquier manera, ella estaba enojada. ¿Era demasiado para pasar una noche relajante con una botella de vino?
Se dirigió a su habitación donde comenzó a prepararse para el baile y afrontar la noche. Simplemente no estaba muy segura de cómo iba a hacerlo todavía.
ESTÁS LEYENDO
Hopeful (Secuela de Heartless) [ En construccion]
FanfictionCatherine perdió su corazón hace años por las hermanas del pozo y no ha vuelto a pensar en el Espejo desde entonces. Su vida como reina estuvo llena de odio y resentimiento por el reino que le quitó todo y la vida que decidió que nunca merecía. Ella...