Capítulo 12- El plan maestro

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A la mañana siguiente, todos se sentaron en una gran mesa redonda discutiendo sus planes mientras los conejos de Mariah servían el desayuno. Cath había dormido lo suficientemente bien la noche anterior, pero un sentimiento terrible se había asentado en sus entrañas en el momento en que se despertó.

El plan que se les ocurrió sobre tazones marrones de lo que parecía avena y sabía a salchicha era complicado, pero ¿quién mejor para hacer un plan loco que un loco real, una reina y sus cómplices? El primer paso del plan sería el más difícil; sacar a Jest de la prisión. Necesitarían su ayuda para localizar a las trillizas y recuperar el corazón de Cath. Habían considerado dar el que estaba creciendo en Catherine en ese mismo momento, pero aún no era un corazón completo y no haría el trabajo.

Mariah se sentó en el plan mirando a Cath con sus ojos brillantes y su mirada resbaladiza. Había decidido anoche que no le gustaba esta mujer y que confiar en ella era una mala idea. Mariah no dijo nada mientras bebía su té y los escuchaba hablar, pero cuando todos se levantaron para ir al castillo, hizo una profunda reverencia y dijo con una voz que sonaba más como una burla que como una demostración de respeto, "Viva la Reina".

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Lo último que Jest esperaba esa mañana era ver al Capitán de la Guardia llegando a su celda y dejándolo salir. Tarareó todo el tiempo que abrió la puerta y le hizo un gesto a Jest para que saliera con una amplia sonrisa.

-Has sido convocado, Jester.- Dijo con voz profunda.

Había pasado mucho tiempo desde que Jest había sido convocado para ver a la reina, y cada vez era peor que estar en prisión. Ella era muy exigente.

El Capitán abrió las puertas con una sonrisa triunfante y lo acompañó hasta el frente del trono de la Reina. La reina miró a Jest con su mirada gélida y le espetó al Capitán.

-Déjanos.- Dijo simplemente. 

El duque se sonrojó y asintió antes de irse. Los guardias tomaron eso como una señal para darles algo de espacio. Esta era la parte que Jest más odiaba. La reina se levantó de su trono y caminó lentamente hacia Jest como un depredador acechando a su presa. Ella levantó la mano para acariciar su mejilla.

 -¿Cómo es que has estado en esa celda durante una década y aún no ha aparecido ni una pizca de barba en tu mejilla?- Ella preguntó.

Jest sabía que era una pregunta retórica y respondió apretando la mandíbula. La reina sonrió y lo abofeteó suavemente. Jest sabía a lo que estaba jugando, la reina no ocultó que se sentía atraída por él.

La reina era deslumbrante, de eso no había duda. Tenía el pelo largo y plateado siempre peinado a la perfección con una corona de diamantes blancos en la cabeza y su vestido hecho literalmente de luz de estrellas.

Jest odiaba a la mujer que tenía delante más que a nada de este lado del espejo. Ella sonrió como si leyera sus pensamientos y arrastró su mano hasta su hombro. 

-Me temo que he estado bastante aburrida. La guerra se vuelve tan agotadora después de un tiempo. Desearía que esos estúpidos bufones del Reino Negro se rindieran.- Dijo rodando los ojos. -¿Crees que podrías hacer algo al respecto? ¿Hacer un truco para curar mi aburrimiento?- Lo dijo arrastrando su mano por su pecho.

 Jest apretó el puño.

 -Sí, su majestad- Le respondió. Retrocedió y agarró el sombrero de un guardia. Se lo puso en la cabeza y suspiró:

 -¿En qué se parecen un cuervo y un escritorio?- Apagó el odio y sacó una baraja de cartas. 

La reina sonrió. 

-Pareces recitar mucho ese acertijo, mi querido bromista.- Dijo ella. -Sin embargo, nunca pareces saber realmente la respuesta.- Dijo levantando una ceja.

 Jest asintió y suspiró. 

-Eso es porque no hay respuesta, su majestad-. Él dijo. 

-¿Sin respuesta? Por qué ,Jest. Me temo que eso es una tontería.-

Jest apretó la mandíbula de nuevo.

 -De hecho, su majestad.- Dijo firmemente.

Ella suspiró.

 -Bien, ya que eres tan ignorante, te disculparás en confinamiento solitario, tal vez un poco de tiempo a solas te ayude a encontrar la respuesta que estás buscando.- Dijo la reina moviendo su dedo hacia el guardia a su lado. -Llévalo a la Cámara Especial.- Jest palideció cuando se lo llevaron.

Solo había estado en la 'Cámara Especial' una vez, y de todos los lugares más horribles del mundo, Jest nunca se había encontrado con algo tan horrible.

Desde que comenzaron los ataques con los soldados negros biológicamente modificados, los químicos que trabajan bajo el control de la reina han estado tratando de encontrar un antídoto para las modificaciones y usarlo en la batalla para poder ganar.

Y la única forma de averiguarlo era tener en sus manos el líquido cambiante, por lo que la 'Cámara especial' estaba llena de soldados negros caníbales.

Y Jest tuvo que pasar toda la noche en una habitación llena de ellos.

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Hopeful (Secuela de Heartless) [ En construccion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora