Elsie, Tillie y Lacie se sentaron en un círculo alrededor de un lugar especial y se rieron entre sí mientras miraban el corazón de Cath. Lo habían enterrado en una caja hecha de diamantes y lo desenterraban todos los días para mirarlo y reírse de él. Pensaron que era la cosa más divertida que habían visto en su vida. ¿Por qué demonios querrían los mortales un saco tan feo de sangre y músculos? Sin embargo, era lo único que los mantenía con vida. Les encantaba turnarse para sostenerlo y sentir cómo bombeaba en sus manos. Era casi cosquilloso. Les emocionó saber que mientras todos morían y peleaban por él, ellos lo tenían guardado de manera segura para su diversión.
A veces les carcomía que su bromista, el mismo que las chicas consideraban el más valiente y digno de todos, estaba encerrado en una celda para vivir por toda la eternidad. Las chicas sabían que tenían poco tiempo y que también podían salvar a Jest si querían, pero su emoción a menudo las superaba. Además, probablemente morirían si lo hicieran.
Pero tal vez era hora de morir. Habían vivido tanto tiempo y aunque sus cuerpos aún eran jóvenes, sus mentes eran muy viejas y estaban dispuestas a aceptar el descanso eterno. Ese era un pensamiento profundo que a menudo dejaban de lado.
"Mañana se lo daremos", decían a diario. Se había convertido en una broma, porque en su prado no había mañana, porque el sol nunca se ponía ni salía.
Lacie frunció el ceño al corazón frente a ella. A ella en particular le gustaba mucho Jest y había tratado de olvidarlo, pero fue en vano. Mirar el corazón solo hacía que el de ella doliera por él.
-Mi hermana, tal vez es hora de darle el corazón a nuestro bromista- dijo Lacie.
Ambas chicas se congelaron y miraron hacia arriba desde el corazón.
-¿Por qué haríamos algo así?- Elsie y Tillie preguntaron en sincronía.
Lacie se acercó y tomó suavemente el corazón de sus manos, -Porque nuestro Jest lo necesita más que nosotros.-
Elsie y Tillie intercambiaron miradas y suspiraron juntas. Finalmente abordarían el pensamiento que habían tratado de ahuyentar.
-Tal vez sea el momento.- Elsie dijo con tristeza.
Tillie asintió, -Estoy de acuerdo.- Dijo. -Especialmente si eso significa ayudar a Jest.-
-Está bien, pero ¿podemos al menos esperar a mañana?- preguntó Tillie, con una amplia sonrisa extendiéndose por su rostro. Las 3 chicas comenzaron a reírse incontrolablemente antes de calmarse y escuchar cómo la respiración de cada una se ralentizaba un poco. Extrañarían este pequeño pedazo de alegría.
-Vámonos ahora, antes de que salga el sol en Ajedrez, tal vez podamos ver a nuestro Bufón favorito.-
---------------------------------------------
Jest dormía inquieto en el suelo y soñaba con el laberinto que lo conducía al espejo. Soñaba con sostener a su Cath mientras viajaba por los giros y vueltas del laberinto.
Eran sueños como este los que hacían su vida un poco más llevadera.
A menudo se preguntaba si ella también soñaba con él. Sobre las rosas blancas, las fiestas de té y la forma en que sus ojos coincidían con los limoneros que Cath había invocado en sus propios sueños una vez. Deseaba poder convocarla a través de sus sueños como ella podía. Y en cierto modo, lo hizo.
Lo último que esperaba esa noche en sus sueños era la visita de las hermanas, especialmente con un paquete envuelto en sus manos.
-Sir Bufón Jest, ¿cómo está? Lo hemos extrañado.- Dijeron con su inquietante y dulce voz.
Jest frunció el ceño mientras dormía, ¿qué querían? En su sueño, Cath estaba a su lado mientras hablaba con las chicas, pero estaba quieta, como si estuviera congelada en el tiempo. Frunció el ceño y miró el paquete en sus manos.
-¿Qué es?- Preguntó más curioso que enojado.
Se rieron.
-Es un regalo de tu amada.-
Su corazón dio un brinco, se acercó a las chicas con una mirada desesperada en su rostro.
-¿Ella está bien? ¿Está herida? ¿Qué pasa? ¿Me recuerda?- Todas las preguntas salieron a borbotones cuando puso las manos sobre los hombros de Tillie.
Las chicas soltaron una carcajada que sonó más como un siseo.
-Oh querido Jest, tu Cath está bien, un poco problemática, pero saludable de todos modos.- Su respuesta fue como música para los oídos del prisionero, incluso si las chicas tenían un tono de burla.
Miró el paquete y luego a las chicas.
-¿Esto es para mí?- Preguntó.
Las chicas asintieron al unísono.
-Sí, puedes abrirlo bromista.-
Jest asintió y casi rasgó el paquete por la mitad. Esto fue lo primero que escuchó sobre Cath en varios años, y estaba más que desesperado por abrirlo si tenía algo que ver con ella.
Lo que había dentro hizo que Jest jadeara y sostuviera la caja con el brazo extendido. Dentro, encima de una capa de seda, yacía el corazón de Cath.
Sacudió la cabeza y se lo devolvió rápidamente.
-No, deben llevárselo. No puedo aceptar esto.- Dijo entregándoselos apresuradamente.
Las chicas parecían confundidas cuando él se lo devolvió.
-¿Por qué? ¿No quieres recuperar tu vida?- Jest negó con la cabeza.
-Solo llévenlo lejos, muy lejos de aquí.- Pronunció alejándose de ellas.
Parpadearon y lo miraron por un minuto.
-Oh Jester, si no guardas esto, te arrepentirás profundamente.- Dijeron juntas.
Jest las miró.
-¿Y por qué dices eso?-
Las chicas sonrieron y se miraron entre sí antes de volverse hacia Jest:
-Porque, nuestro querido bromista, Cath está de camino hacia ti, y si quieres salvarle la vida, te sugiero que mantengas este corazón a salvo contigo para cuando llegue.-
----------
ESTÁS LEYENDO
Hopeful (Secuela de Heartless) [ En construccion]
FanfictionCatherine perdió su corazón hace años por las hermanas del pozo y no ha vuelto a pensar en el Espejo desde entonces. Su vida como reina estuvo llena de odio y resentimiento por el reino que le quitó todo y la vida que decidió que nunca merecía. Ella...