Capítulo 15

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Una suave mano rozaba mi brazo, poco a poco abrí los ojos que seguían hinchados por lo sucedido el día anterior. Marlon estaba con una sonrisa triste, me senté sobre mi cama observando a mí alrededor, Eloisa estaba parada detrás de Marlon con una bandeja donde tenía mi desayuno.

-Buenas noches, bella durmiente - dijo mi hermano con una sonrisa.

-¿Qué hora es? - Tenía un insoportable dolor de cabeza.

-Medio día, lloraste casi toda la noche.

Marlon se metió en la cama y Eloisa dejó la bandeja sobre mi regazo, en el plato había un omelette con algunas verduras y un batido de fresas, sonreí al verlo, agradecí a Eloisa y salió de la habitación. Comencé a comer sin muchas ganas, pero sabía que si no comía Marlon terminaría metiéndome la comida a la boca por él mismo y la idea no era muy agradable, él cantaba por lo bajo mientras terminaba mi plato.

-Te recuerdo que en unas horas vienen por nosotros.

-Marlon, no tengo ánimos para nada - aún me dolía pero las lágrimas habían parado.

-Rose, sé que necesitabas desahogarte. Cuando algo malo pasa simplemente dejas que pase y sigues con tu vida, pero sé que te duele solo que no quieres que nadie te vea así, no quieres mostrar vulnerabilidad y está bien, hay personas horribles que usan eso en tu contra. Pero soy tu hermano jamás te lastimaría y mucho menos utilizaría tu dolor para dañarte aún más, llora todo lo que quieras, no te dejaré sola y lo sabes. Dime todo lo que quieras pero no vuelvas a guardarte nada, no me gusta verte así, tus gritos eran tan desgarradores, por favor Rose, no vuelvas a reprimir tus sentimientos.

No me había dado cuenta de que las lágrimas hacían un recorrido por mis mejillas, hice a un lado la bandeja y lo abracé con fuerza.

-Después de hablar con Lucas simplemente no resistí más, recordé todo lo que había estado soportando y era demasiado, duele tanto.

-Lo sé, pero para evitar esto tienes que expresarlo y yo estaré aquí para saltar contigo desde lo más alto. No estás sola - plantó un beso en mi frente y salió de mi cama - Ahora cámbiate que no dejaré que te quedes en esa cama para deprimirte todo el día.

Me levanté de la cama intentando ser fuerte y no derrumbarme de nuevo, tomé unos jeans claros junto a la sudadera que me había regalado Gabriel, me quedaba un poco grande pero así era perfecta, me puse una playera térmica debajo, unos lentes de sol y me subí la capucha, sabía que mi estado físico era el peor, al menos los lentes ocultarían mis ojos rojos e hinchados.

Bajé las escaleras y al final de ellas me esperaba mi madre, caminamos hasta su oficina, sabía de lo que quería hablar pero no sabía si estaba preparada para contarle todo o al menos algunas de las razones.

Gabriel Chadburn

Los fuertes golpes en la puerta me obligaron a levantarme, bajé hasta la puerta, la abrí de golpe y ahí estaba. Paula entró en cuanto abrí la puerta.

- ¿Me extrañaste? - Me dio un abrazo y se separó buscando algo.

-Prácticamente vives aquí, claro que no te extrañe.

-Yo también te quiero ¿Dónde está el inútil de tu hermano? - preguntó en voz alta.

-En la cocina.

Caminamos a la cocina donde Lucas se preparaba un sándwich con rabia, anoche había llegado casi con lágrimas saliendo de sus ojos, intenté preguntar pero solo dijo "pregúntale a tu noviecita. Debes dejarla, ahora" no habíamos vuelto a hablar después de eso, se encerró y no le abrió a nadie. Fui hasta él, lo abrace y para mi sorpresa no me aparto sino al contrario, me lo devolvió. Paula se reía de nuestro abrazo y de la sudadera que llevaba puesta, era la misma que me había regalado Elissa cuando aceptó ser mi novia. Lucas se separó un momento arrastrando a Paula al abrazo, se quejó un poco pero terminó aceptandolo.

Ramé: en esta vida y la que sigue [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora