Lo poco que he vivido había evitado a toda costa terminar en un hospital pero nada sale como quiero y aquí estoy en una cama que no es la mía. Por fin se acabaron los días de reposo y regresaré a casa, aunque estuve en cama 4 días inconsciente y otros 3 consciente, parece que mi fuerza sigue ausente, algo tan simple como levantarme de la cama es difícil, me sigo sintiendo débil y no me gusta.
—Muy bien Rose, si sientes que te vas a caer solo avísame y te cargo hasta el carro— Avisó Marlon mientras tomaba con fuerza mi mano al bajar de la cama.
—Marlon puedo caminar, no exageres.
—Rose sigues débil.
Solté su mano y caminé erguida hasta mi padre. Sí, sentía que las piernas me dejarían caer pero había dicho que estaba lo suficientemente fuerte para hacer cualquier cosa, lo cual era mentira. No había caminado durante 7 días, estaba claro que sería difícil y la última vez que me levanté me sirvió bastante.
No podía dejar de pensar en esa última vez.
Gabriel me sostenía de la cintura con fuerza para evitar que cayera, me había casi cargado por toda la habitación hasta que reducimos el ritmo.
Estaba perdida en él, sus ojos brillaban, las pupilas estaban dilatadas, su respiración acelerada y yo solo podía pensar en lo bien que se sentía estar con él. No sabía lo que sentía por él pero era hermoso, olvidé las pesadillas, las amenazas, el intento de asesinato. Ahora solo era él y esos ojos grises que me gustaban tanto, mis ojos se pasearon por ese cabello rojizo, siguieron con sus ojos hasta parar en sus labios, esos gruesos labios que me moría por probar.
Él se acercaba más sin desviar la vista de mis labios y siendo honesta estaba igual, quería terminar con esa distancia que nos separaba pero no quería verme tan desesperada, se acercó un poco más y casi por inercia cerré los ojos besándolo. Nuestros labios encajaban a la perfección, estaba sintiendo algo por él, era tan fuerte que me asustaba, haciendo que me separara de él.
Tan solo recordarlo hacía que mi corazón latiera con intensidad, fue ese beso el que hizo que me diera cuenta. Desde que lo conocí, esa pequeña de 6 años que vivía para molestar a su hermana mayor y su mejor amigo (Lucas) sentía cierta atracción por el callado hermano de Lucas, no hablaba solo observaba y siempre me alejaba cuando quería hablarle, fui insistente hasta que me di cuenta de que perdía el tiempo. Tal vez esa era la razón por la que me negaba a sentir, por la que me prohibía tener relación alguna con él.
Unas largas escaleras y mi cuerpo rodando por ellas me sacaron de mis pensamientos ¿Cómo diablos fue que no vi las escaleras?
—Joder, malditas escaleras— maldije por lo bajo.
Mi padre llegó corriendo a mi lado con una cara de preocupación muy evidente, me levanto con mucho cuidado, la cabeza me dolía igual que la mayoría de mi cuerpo. Marlon no me permitió caminar por mi cuenta y me cargó en su espalda hasta el auto.
El viaje comenzó y note que ese no era el camino hacia nuestra casa, nos dirigíamos a casa de los abuelos, los quería ver, pero en estos momentos solo quería sentarme, comer y tratar de recordar lo que pasó en la fiesta.
Me había quedado dormida, cuando abrí los ojos estábamos a un lado de la casa. Marlon me cargó en su espalda hasta entrar a la casa.
—Marlon, bájame. Puedo caminar perfectamente.
—Eres demasiado torpe y te caíste de las escaleras, no te bajaré hasta entrar.
Cumplió su palabra, me bajó a unos pocos metros de la entrada a la sala, había un gran silencio que me daba desconfianza. Entré con Marlon a mi lado cuidando que no tuviera otro accidente, por suerte podía caminar bien aunque seguía sintiéndome débil.
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Ramé: en esta vida y la que sigue [Completa]
Novela JuvenilLa vida da muchas vueltas, en un momento lo odias y al otro lo amas. En un momento eres feliz y al otro prefieres la muerte. Esta es la historia de como enfrente a la muerte cara a cara sin saber si sobreviviría o no, lo que no sabía era que mi verd...