Ramé: en esta vida y la que sigue [Completa]

Capítulo 26

Nuevamente despertaba en el hospital, éste último mes me había convertido en un imán de desastres. Mi cabeza dolía, abrí los ojos y me encontré con los de mi querido mejor amigo que jugaba con mi cabello.

—Despertaste — Exclamó.

—Por favor no me digas que llevo dos días dormida. No creo poder soportar a Marlon — soltó una carcajada.

—Descuida, solo fueron unas horas. Sufriste fuertes golpes pero todo está bien.

Me aliviaba saber que al menos seguía viva, pero eso no me preocupaba solo quería saber si mi pequeño esfuerzo había servido de algo o al menos hubiera sido de ayuda para ganar tiempo. Me levanté de la camilla para salir y buscar a los de la Torre pero me detuvo, no dijo nada solo hizo que regresara a la cama.

— ¿Cómo están? ¿Marlon y Shelby están bien? ¿Los de la Torre? — no me interesaba nada más.

—Estables, tanto Julián y Damián sobrevivirán todo gracias a que una ingenua y terca chica atacó a un asesino sabiendo que podría terminar muerta. Me sorprendes Rose — dijo con una sonrisa — ahora quédate aquí para avisar al doctor que despertaste.

Él salió de la habitación dejándome sola, quería ir a ver a Damián, a Tessa pero sabía que si me levantaba tal vez no me dejarían ir pronto y necesitaba un poco de libertad sin mencionar que éste lugar no me hacía sentir segura en lo más mínimo. El doctor entró y detrás de él Marlon, me examino para después dictar mi sentencia "quédate todo lo que resta de la noche, ya mañana podremos darte de alta" lo único bueno de estar ahí de noche es que solo se quedaban dos guardias y enfermeros en una habitación que siempre está cerrada, no salen a menos que un paciente requiera asistencia.

—No vuelvas a hacer algo así — advirtió Marlon.

—Era eso o que murieran dos o tres personas, creo que prefiero que solo una muera — dije intentando bromear. No le dio gracia.

—Yo prefiero que nadie muera, déjame esas cosas a mí y tú concéntrate en dejar de atraer a la muerte — no sé porque pero me reí — no es gracioso.

—Nosotros ya debemos irnos pero si quieres podemos escondernos debajo de la cama para que no te quedes sola — sabía que ni escondiéndose los dejarían quedarse.

—No se preocupen, voy a estar bien sola.

Se marcharon, unas pocas luces quedaron encendidas después del cierre, vi a varios enfermeros dirigiéndose a la habitación para no saber nada de los pacientes hasta el día siguiente.

La recepcionista se levantó de su asiento para ir escaleras abajo, salí a toda prisa de mi habitación y comencé a buscar en su computadora el apellido de la Torre, necesitaba verlos para tener un poco de paz mental o tan solo para poder conciliar el sueño aunque si no estaban bien eso sería prácticamente imposible.

Escuché pasos por las escaleras, tomé una pluma del escritorio y escribí el número de cada cuarto antes de correr a mi habitación pero fui demasiado lenta. La enfermera me detuvo preguntando qué hacía ahí, por suerte no vio mi brazo rayado con pluma, explique que tenía sed y me regreso a mi cuarto, sin agua ¿Qué clase de enfermera no le da agua a sus pacientes?

Me quedé en mi cama esperando a que la recepcionista se fuera o distrajera para que yo pudiera salir en busca de aquellas personas tan importantes para mí. Estaba asomada por la pequeña abertura de las persianas, la recepcionista estaba volteada hacia mi habitación, no había forma de salir sin que me viera. De pronto una persona con ropa oscura pasó con tanta tranquilidad detrás de la enfermera como si no le preocupara ser atrapada, pocos segundos después de que desapareció de mi vista la alarma que avisaba cuando un paciente se encontraba mal comenzó a sonar, los tres enfermeros junto a la recepcionista corrieron a la habitación de dónde provenía el sonido.