EXTRA +18 -PARTE I

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SUCESOS UBICADOS DOS AÑOS ANTES DEL PRIMER CAPITULO

DOS AÑOS ATRÁS.

ALICE

No sabía porque me sentía tan mal si la verdad sabía que algo como aquello iba a suceder. No sé qué esperé. O que deseé. Pero, obviamente, no fue lo que sucedió.

Me había rechazado. Viéndome a la cara me había dicho que no me veía como nada más que su hermana pequeña. Y, bueno, de cierta forma lo era.

Me tragué todas las ganas que tenia de llorar. Y alcé la cabeza. Me guardé las manos en los bolsillos de mi sudadera y suspiré.

— ¿Estas bien? —inquirió Adela. Giré la cabeza para verla saliendo de su habitación. Tenía su cuaderno de dibujo y su ropa holgada, esa que usaba cuando iba a salir al jardín a dibujar.

En los últimos días había descubierto que eso le gustaba.

—Sí, —le dije, alejándome de la puerta de Ayden. Ella me miró, y luego miró la puerta detrás de mí.

— ¿Segura? ¿El desgraciado te hizo algo? —lanzó la pregunta como si estuviese muy dispuesta a romperle la cara a su hermano. Lo había estado llamando de aquella forma los últimos meses. No era que lo odiase a muerte, pero, la verdad era que no se llevaban también como se suponía debían llevarse los hermanos.

Ella achicó los ojos, llamando mi atención. Sonreí sin poder evitarlo y negué la cabeza respondiendo su pregunta de que él me había hecho algo.

Quería decirle que sí. Quería decirle que su hermano me había roto el corazón. Quería decirle que el único chico que me había interesado me había dicho que no me veía como nada más que una hermana. Quería lanzarme a sus brazos y llorar porque el nudo en mi garganta era lo único que me sugería.

Yo no le gustaba. Nunca le iba a gustar. Y eso dolía.

—No me hizo nada, relájate, —murmuré, tragándome mi propia mentira, —solo le estaba preguntando si podía invitar unos amigos a la fiesta.

Adela arrugó la cara, como si no me creyese nada, pero luego, y finalmente, ella asintió con la cabeza y se despidió de mí diciéndome que nos veríamos dentro de un rato. Cuando la fiesta iniciase.

La fiesta que había mencionado era una despedida. Ayden se iría a vivir a Londres dentro de tres días. Y sus amigos, y sus padres, habían insistido en hacerle una fiesta para despedirlo como se merecía. Por supuesto que Adela y yo íbamos a asistir porque éramos de la familia. No porque todos sus amigos fuesen de nuestro círculo. Aunque al final de cuentas si sabía que Adela podía invitar a quien le diese la gana.

Pero no lo haría porque los últimos meses habían sido...difíciles y ella no había estado relacionándose con nadie.

Adela sí que los conocía y era amiga de alguno que otro. Pero yo no tenía nada que ver con ellos. Al menos con la mayoría porque sí que conocía a algunos.

Como al mejor amigo de Ayden.

El mismo con el que me topé cuando iba bajando las escaleras. Estaba apoyado en uno de los sofás con un envase de Starbucks entre las manos. Tenía la pajilla entre los labios, y sorbía gustoso del líquido.

Tenía el cabello castaño, casi negro. Y le caía en pequeñas cascadas por la frente y por las orejas. Era tan alto como Ayden, aunque un poco más flacucho, pero la verdad, eso último lo hacía lucir bastante bien. Más que nada porque tenía un estilo bastante peculiar y llamativo.

Siempre iba en ropa formal. Pero este tipo de ropa que ves en Pinterest y deseas que el próximo chico que te robe el corazón se vea justo así.

Por ejemplo aquel día llevaba una sudadera negra con el cuello alto debajo. Y encima, una chaqueta azul oscuro a juego con una pequeña pero llamativa cadena rodeándole el cuello. Y luego tenía un pantalón de vestir negro, y unos tenis a juego con todo lo mencionado ya.

Impulsos ©️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora