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|Capitulo 15|

Capítulo 15

—¿Eso es sangre?

La voz curiosa de Owen me hizo girar la cabeza hacia él. En efecto, y como lo supuse, la mirada de Owen estaba fija en ese lugar en mi cama donde estuvo la cabeza de Jason la noche anterior. Mi primera intención fue mentirle, pero, de hecho, mi cerebro me recordó lo que ambos estábamos haciendo para tener la atención de las personas que nos gustaban, y quise ser sincera con él.

Nunca imaginé que me llevaría de aquella forma con Owen, pero se sentía un tanto liberador. Es decir, Adela tenía otras prioridades como su novio, y no quería que las cosas se pusieran incómodas entre nosotros, por lo que, decidí darle su espacio.

Me removí incómoda en la silla giratoria y dejé el lápiz que estaba usando de lado, para centrar toda mi atención en el chico que miraba con curiosidad ese sitio en mi cama: su posición era bastante cómica. Owen estaba encima de mi cama, casi agachado mirando la mancha. Mentalmente me pregunté en qué momento habíamos adquirido tanta confianza para que él estuviese en mi habitación, a plena luz del día de un domingo.

Pero me gustaba. Nunca había tenido una figura masculina como amistad, y me gustaba que Owen estuviese cambiando eso.

Owen había llegado a mi casa como si yo lo hubiese invitado. Entró, subió las escaleras y se lanzó en mi cama apenas abrí la puerta. Le pregunté con mala cara quien carajos lo dejó entrar como perro por su casa, e hinchado de orgullo me dijo que la chica de servicio lo dejó subir a penas le dijo que era mi novio. Lo golpeé en la cabeza y le dije que debía dejar de ir diciendo por ahí que éramos novios, si medio mundo lo sabía sería más difícil cuando llegara el momento de "romper"

Trayéndome de nuevo hacia la realidad Owen carraspeó y me miró tipo: «sigo esperando una respuesta, querida», suspiré como si fuese a decir la cosa más secreta del mundo antes de hablar.

—Mmmm, —murmuré, Owen enarcó las cejas invitándome a hablar, el desespero claro en su rostro, dejando caer mis hombros dije, —es de Jason. Estuvo aquí anoche...

Owen hundió ligeramente las cejas y luego, como si hubiese descubierto el mayor de los secretos, se echó a reír. Y eso me confundió, y como sucedía siempre que Owen se reía sin motivo y en mi cara, como si se estuviese riendo de mí, me cabree.

—Joder... lo sabía... —su voz sonó cargada de gracia, me miró, y seguro que mi miraba fue muy interrogante y molesta porque sin dejar de reírse él añadió, —me encontré con Jason cuando llegó a casa esta mañana. Llegó con golpes, pero limpios, y déjame decirte que Jason es bastante perezoso para haber limpiado las heridas él.

Entrecerré los ojos.

—Y dedujiste que quien las limpio fui yo, —solté solo para ver si había entendido. Owen me miró y negó riendo. Por mi mente pasó la idea rápida de levantarme de donde estaba, solo para golpear a Owen en la cabeza y hacer que se dejara de reír de esa forma tan... molesta.

—La verdad fue bastante obvio, Jason tenía tu aroma impregnado en todo el cuerpo, —fue su simple respuesta. Quise decirle que saber mi aroma lo hacía lucir como una persona terrorífica, pero Owen, me regañó una vez más, —deja de distraerte.

Rodé los ojos y volví la vista a las hojas que tenía delante. Y casi me reí, porque había dicho eso último solo para que yo no soltara un comentario con relación a lo de mí, "aroma".

—Tú me estás preguntando cosas, —murmure de mala gana. Owen se rió, y escuché como se dejó caer en la cama. Por el rabillo del ojo miré cómo se alejó de la sangre y me hice una nota mental de cambiar las sábanas.