Capítulo 26 // Barda

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— ¿Saltar la barda?

— ¿Pensabas que sería por la puerta?

La rubia se encogió de hombros, y Aleene negó con la cabeza, ambas se acercaron a la barda que cubría la propiedad, Aleene ayudó a su amiga para subir primero, y después ambas cayeron sobre el césped del otro lado. Corrieron hacia una pequeña enredadera que subía por la planta baja hasta un pequeño balcón en el primer piso, ambas subieron con cuidado y rápidamente, mientras tanto George se levantaba del césped, a lo lejos pudo verlas subir y no pudo resistir soltar una pequeña risa, no tenía ni la menor idea de qué era lo que planeaban las amigas, pero sabía que estaría para Aleene si es que lo llegara a necesitar.

— Bien, ahora hay que ser rápidas — Lily hizo una pose de espía que provocó la risa de ambas — yo iré a su oficina y tú quédate aquí para revisar

— Si encuentras algo no me digas nada, solo guárdalo y le revisamos en mi apartamento

Ambas chocaron los cinco y comenzaron a revisar el lugar, Aleene rebuscó entre los cajones del clóset, la cabecera y debajo de la cama, sin encontrar nada se llevó ambas manos a la cabeza y respiro pesadamente, la desesperación la destrozaba por dentro, pero debía mantener la calma para que su futuro no se acabara.

Rápidamente dió una escaneada a la habitación, paso sus dedos por el borde del espejo y encontró un ligero borde, con cuidado levantó el espejo para llevarlo a la cama, donde antes estaba se podía ver una pequeña puerta con una cerradura que pedía una combinación de letras. Comenzó con unas cuantas palabras, pero ninguna daba resultado, de repente escuchó risas que se acercaban a la habitación, Lily se acercó corriendo amabas sabían que tenían que irse, la adrenalina les corría por las venas, de repente George entró a la habitación vió al par colocando el espejo de nuevo en su lugar, al establecer contacto los tres se quedaron petrificados, pero el sonido de las personas afuera se hacía cada vez más evidente, sin decir nada los tres bajaron y se escabulleron por el jardín hasta llegar cerca de la barda.

— Creí haber escuchado algo — menciono Christian abriendo la puerta de su habitación

— No creo que fuera nada, tal vez uno de esos gatos molestos — dijo Ben

— No, creo que yo también escuché algo — refutó Eleonor con una cara pensativa — deberías revisar tus cosas, nunca se sabe con esa gente malandra

— Vamos, no se pongan histéricos seguro que todo está más que bien — intervino Ben — ¿No quieren bajar a tomar otra copa?

— No lo sé, Beni, Beni — contestó burlón McGregor — algo me huele mal por aquí

El pelirrojo no dijo nada, solo miró de reojo a su esposa quien mantenía una mueca extraña, tenía un mal presentimiento de su acompañante, pero la amaba, así que lo dejo pasar, y antes de hablar, Christian se aclaró la garganta

— Creo que es hora de descansar — se frotó las manos — los acompaño con gusto

El trío salió de la casa por el camino rocoso que atravesaban el jardín, Ben trato de buscar a su hermana disimuladamente, pero sus acompañantes miraban con detenimiento cada uno de los movimientos que hacía, el pelirrojo agradeció la atención y subió al auto con su esposa.

— Ya se fueron — anunció George

— ¿Quieres decirnos quien demonios eres? — susurró enojada Aleene

— Yo soy...

El pelirrojo las hizo agacharse con un movimiento de mano, ya que pudo ver cómo Christian miraba a su dirección, las miró y se encontró con miradas de enojo y confusión

— Tenemos que irnos

— Es obvio — dijo Lily rodando los ojos

George solo hizo una mueca que provocó la risa de Aleene, se quedaron quietos por un momento y cuando McGregor se alejó el pelirrojo se ofreció para subir a Lily primero, ya que era la que menos condición tenía para hacer ese tipo de cosas , después hizo un escalón con sus manos para que Aleene subiera, ella lo miró con una ceja arriba y George le dedicó un guiño, provocando el sonrojo que hace mucho no veía.

— No me mires así — se quejó la pelirroja mientras subía

— ¿A qué te refieres? — rió George

— Como si me quisieras

Aleene saltó del otro lado y comenzó su huida con su amiga, mientras que George se quedó parado sentía un revoltijo de emociones en el estómago y en el pecho, extrañaba estar con ella, le había hecho sentir lo que en realidad era el amor, se fue a juicio por quererla y ahora más que nunca quería recuperarla.

— ¡Hey!

George volteo para ver detrás de su espalda, a lo lejos estaba Christian entrecerrando los ojos

— ¡Te tengo! — soltó un disparo que provocó un pequeño salto por parte de George — ¡Maldito vuelve aquí!

George comenzó a correr, pero pronto la vista se le comenzó a desvirtuar, sentía el cansancio que tiraba de sus piernas, a pesar de todo eso pudo esconderse detrás de un pequeño arbolillo del jardín y realizar una aparición, abrió los ojos con pesadez y la esperanza de encontrarse con los sillones acogedores de la madriguera, pero no fue así, con la vista borrosa y el cuerpo adolorido apenas pudo distinguir una luz ligeramente lejana y los pies de lo que parecía una banca, soltó un quejido y maldijo el momento en que tomo la primera botella de whisky.

— ¡Ey! — sintió como lo golpearon — ¡No puede dormir aquí!

Abrió los ojos con pesadez, el rayo del sol casi lo deja sin vista, su estómago dolía del hambre y las piernas parecían no responderle

— ¡Levantese, el refugio para vagos está a tres cuadras!

George distinguió a una señora que llevaba una escoba en mano, misma con la que le había despertado, avergonzado se levantó como pudo, la mujer le siguió reprochando cosas mientras él se alejaba, cuando llegó a la esquina de la calle se tanteó los bolsillos, su varita seguía ahí, lo que le provocó alivio, pero pronto sintió como la preocupación le recorrió cada milímetro del cuerpo, volvió a revisar cada uno de los bolsillos meticulosamente, pero era seguro, durante la noche había perdido dos cosas, la pequeña botella de alcohol, y la corbata que le había regalado Aleene.

SOUL /// GEORGE WEASLEY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora