Capítulo 28 // Botella

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— Y — McGregor se frotó las manos — mi querido Ben, dime la verdad ¿disfrutaron la cena?

— Por supuesto, sabes que a Eleonor le encanta la pasta

— No me refiero a Eleonor

Ben sintió un escalofrío que le recorrió toda la espina dorsal, pero que con suerte puedo disimular fácilmente

— A mí también me encanta y lo sabes

— Dime la verdad Beni, Beni

— ¿A qué te refieres?

El castaño se acercó lentamente a él, colocó una de sus manos sobre su hombro y soltó una risa burlona que generó incomodidad en las demás personas que estaban en la sala

— No soy un imbécil — le susurró al oído — sé que llevaste más invitados

— Tonterías — contestó tratando de mantener la calma

— Entonces me dirás que esto no es de un, amigo tuyo — se rebuscó en el saco y le mostró una pequeña botella, tenía forma rectangular, era gris y brillaba de forma encantadora, sobre todo la "W" inscrita en el medio

— La respuesta ya la sabes, eso no es mío

Ben le dió unas palmadas en el hombro y se fue directamente a su oficina, cerró la puerta a sus espaldas y dejó escapar un suspiro, aflojó su corbata con un dedo mientras marcaba el número de su hermana

— ¿Sí?

— Tengo que preguntarte algo

×

Aleene daba vueltas por su departamento pensando en lo que McGregor y su padre eran capaces de hacer, le parecía absurdo como todos parecían derretirse ante la presencia del mayor de los Relish, y como todos parecían saber de su supuesto desarrollo en la cama gracias a los relatos contados por la ineptitud del castaño.

Ahora tenía que encontrar de nuevo al pelirrojo que parecía conocerla tanto como ella misma, no había dejado ninguna pista de cómo encontrarlo y no sabía por dónde empezar. Se recargó sobre la barra de la cocina y echó con pesadez la cabeza hacia atrás, su vida colgaba de una cuerda como unos años atrás y todo era culpa del mismo sujeto ¿cómo puede pasarte lo mismo una y otra vez?

Salió de su departamento para caminar por las calles deseando encontrarse de nuevo con George y poder resolver el problema que sus cosas habían dejado; al dar la vuelta a la esquina chocó con una morena que le dedico una cara de asco que nunca había visto en la vida.

— Lo siento — murmuró

La rizada pareció verla de pies a cabeza, deleitando su mirada al verla tan confundida, solitaria y triste

— Deberías

Aleene quedó confundida ante su respuesta y siguió con su camino, algo de ella le parecía familiar, tal vez los rizos que tenía se parecían un poco a los de su tía favorita, o el color de su chaqueta alguna vez lo vio en alguna prenda de Lily, pero no, ninguna de sus especulaciones le llenaba la duda.

Pronto llegó a la cafetería donde antes trabajaba, un chico estaba detrás del mostrador, antes de entrar lanzó una moneda al aire, cruz se quedaba a tomar algo, cara volvía a su casa. Cruz.

El ambiente cálido la abrazo, y el aroma a café y dulce inundó su nariz, pidió su bebida favorita y se sentó con vista plena hacia la calle, pero como siempre se distrajo haciendo un par de dibujitos en una servilleta.

SOUL /// GEORGE WEASLEY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora