Capítulo 24 // Recuerditos

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Aleene había recibido una caja nuevamente, está solo contenía una tarjeta en el fondo, colocaba una hora y lugar específicos, titubeó para decidir si asisitir o no a dicho lugar, lo consulto con su mejor amiga, y ambas acordaron estar ahí, solamente que mantendrían la distancia.

La pelirroja llevaba un conjunto de color lila, sobre el saco llevaba una gabardina negra en la que se refugio sus brazos, buscando con la mirada encontró el restaurante, italiano, algunas personas comían afuera, y dentro solo se encontraban parejas y algunas personas sobre la barra.

— ¡Linda, linda vista!

— McGregor

— Cálmate, solo estoy saludando — se sentó y sonrió burlonamente — sinceramente creí que no vendrías, ya sabes tú nunca llegabas

Él soltó una carcajada que inundó todo el lugar, Aleene solo apretó sus puños y la ira invadió su cuerpo completamente

— ¡Vamos, sabemos que solo es una broma! — volvió a reír — no me digas que sigues siendo la misma niña sin gracia

— Dime qué es lo que quieres y deja de enviar tus estupideces a mi casa

— Wow, calmada nena — alzó las manos — no será así de fácil, y menos ahora que tienes todo este nuevo éxito en tus manos

— Nunca creí que además de imbécil fueras un zángano extorsionador

El castaño volvió a reír, y Aleene sintió náuseas al escuchar su estúpida risa de nuevo

— Será mejor que me hables con más cariño — Aleene le miró confundida — ah, ya no eres tan fierecilla, eh — se burló mientras sacaba unos papeles — ¿Alguna vez escuchaste de los matrimonios arreglados?

— Ya no es el siglo pasado

— No, pero resulta que tu padre y algunos amigos en común pueden hacerlo... ya sabes, legal — le guiñó el ojo

— ¿O qué?

— O simplemente puedes firmar esto — extendió un archivo sobre la mesa

— No haré nada de eso mientras esté viva, idiota

Aleene se levantó enfurecida, pero McGregor la tomó de la muñeca para impedir que se fuera

— Tendrás qué — la tomó con más fuerza —aun tengo un par de recuerditos

La pelirroja sintió como la piernas le temblaban, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo y se sentó nuevamente para escuchar lo que su acompañante tenía que decir

— Sabes, desde la boda de Ben te note un poco cambiada, subiste un poco de peso — sonrió con malicia — no me lo tomes a mal, esos muslos se ven más deseables que nunca — el castaño se aclaró la garganta — lo único que necesitas hacer es firmar esto, nena, tus fotografías y vídeos estarán resguardados mientras la cantidad escrita se cumpla cada mes

Aleene leyó las clausulas que estaban escritas, McGregor recibiría una buena cantidad de dinero cada mes por las obras que ella realizara, además que contaba con derechos sobre algunas otras.

— No puedes negarte — se burló — no creo que quieras que todas las personas vean como te ves follando

×

— ¿Sabes dónde puede guardar esas fotos?

— No lo sé — contestó envuelta en llanto — mi vida se va a la mierda por cada momento que me va bien

SOUL /// GEORGE WEASLEY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora