Capítulo 41 // Fuegos Artificiales

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La televisión que les había regalado Harry estaba encendida y era la única que emitía ruido mientras ambos organizaban todo para poder ir a la Madriguera, después de una pequeña batalla con Fred, miró a la chica y dijo

— ¿Ya metiste todo a la mochila?

— No se llama mochila, George — rió dulcemente — y todo listo — le guiñó un ojo y jalo del cierre para cerrarla

"Aleene Relish, ya bastante mencionada ¿No lo crees Marc? Nuevamente la pelirroja favorita del arte replica ante injusticias sociales, ahora en el conocido 'Ángel' en la Ciudad de México"

George ya tenía toda la atención puesta desde que mencionaron su nombre, pues nunca lo había escuchado en otra chica, la señora rubia siguió hablando

"Miles de universitarios la acompañaron, el pasado fin de semana, exigiendo reformas para los derechos de la comunidad no heterosexual"

— Wow — murmuró él mayor

— Fue demasiada gente — se acercó sonriente la chica — muy asombroso — con dulzura le acaricio la espalda

George miró con nostalgia la pantalla y la apagó para tratar de calmar su mente.

×

— Estás trabajando mucho, nuevamente — dijo burlón

Aleene lo miro y le saco la lengua

— Tengo una gran plataforma, no puedo quedarme solo así

— Eres extraordinaria — le susurró al odio y le dejo un beso en la mejilla — tomate esto, el sobre dice que descansarás mejor

Aleene murmuró un "Gracias" y sorbió de la bonita taza

— Ya me encargue de tus maletas, mañana podrás salir a descansar tranquila

— Eres un ángel — le gritó cuando el chico salió de la habitación

La pelirroja siguió haciendo garabatos y puntos sumamente específicos para una escultura que tenía planeada, casi sin darse cuenta se quedó dormida sobre el plano.

Despertó por un escalofrío que le recorrió la espalda, tenía manchas de lápiz en las manos y pintura amarilla seca en la mejilla, con un quejido se dirigió a la ducha, le dejo un beso en la frente a su pareja y salió.

El sol de Londres le resplandeció en el cabello, una ligera brisa le inundó la nariz y se sintió como en casa, se dirigió a la misma cafetería de siempre, seguía siendo 24 horas, así que no había ningún problema; cuando iba en la esquina el olor a café y pan con mantequilla hizo que le rugiera el estómago.

— ¡Aleene! — la saludaron a lo lejos y ella volteo confundida — ¿Cómo has estado, linda? Vi que estuviste en México

— Marie — la abrazo cortamente — genial, absolutamente genial, el arte me ha dado todo lo que tengo

— Te ves resplandeciente — contestó con una sonrisa sincera mientras la admiraba

— Voy a desayunar algo ¿Quieres venir?

— Claro que sí — la pelinegra enredo sus brazos — te extrañé mucho, zanahoria

Amabas comenzaron a ponerse al día, Marie parecía prestar mucha atención a lo que su amiga le decía, y la hacía reír de tal forma que Aleene tenía las mejillas casi del mismo color que el de su cabello.

SOUL /// GEORGE WEASLEY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora