Capítulo 43 // Rodeos

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— Tus óleos nuevos llegaron en la tarde — anunció Bastian señalando un mueble

Aleene no contestó nada, solo se acercó a tomar la caja, y se encerró en el estudio que compartían, no había cruzado más que dos palabras con su pareja en el día y no tenía cara ni vergüenza para poder decirle lo que había hecho.

Las pinceladas comenzaron a llenar el lienzo, casi no pensaba ninguno de sus movimientos, era como sentirse flotando, tal vez era por el vino que había estado tomando, o tal vez solo era así como se sentía desahogarse después de tanto tiempo; aún recordaba todo con claridad, no habían permitido a George y Marie volver a dar los recuerdos a su familia y amigos, por lo que desde ese momento todo lo que había logrado se había esfumado, tuvo que trabajar como nunca para seguir haciendo lo que amaba, sabía que no estaba sola, conocía a todos los Weasley, pero simplemente no quería su ayuda.

Fue gracias a la columna de un periódico que supo el futuro del pobre señor Finn, había caído en manos de los contrarios a su familia; por otro lado su padre en un juicio que parecía interminable; en un viaje a Francia le pareció ver a su madre, y a Ben lo veía salir y entrar del despacho, por lo que pensaba que para el todo seguía con normalidad. La familia de los Goldman jamás volvió a comunicarse, y el futuro de los mellizos no se hizo presente en el de ella; había perdido la vida, y ahora que volvía a reencontrarse con George parecía que su futuro tomaría esa misma rienda.

Un estruendo la hizo girar para ver la puerta, Bastian estaba despeinado y se miraba desesperado, pero la mente de la pelirroja no lograba hilar las ideas, la pintura roja que estaba vaciando en un pequeño bote se derramó por su mano y corrió por su pierna derecha, soltó el pincel cuando vió a Bastian correr hacia ella, con preocupación le decía cosas que ella no lograba escuchar, el moreno la tomó del rostro con ambas manos

— ¡¿Aleene?! — decía preocupado — ¿Qué está pasando?

La pelirroja tartamudeo, con su mano tocó la de él y en un roce se dio cuenta que de sus ojos brotaban lágrimas

— N-Bas-Na Nada no pasa nada — contestó tartamudeando con voz entrecortada

— Linda, estás llorando, te encerraste, no has tocado tu comida y — Bastian se removió un rulo de la frente manchando su piel de rojo — ¿Así te sientes?

Ambos miraron la pieza enfrente a ellos, las palabras jamás alcanzarían para describir lo que ese incendio transmitía; Aleene se lanzó a sus brazos y ambos cayeron de rodillas abrazados

— Perdóname — pedía sollozando — no merecías eso, nadie merecía eso, y-yo soy una mierda

Bastian la apego más a su pecho, Aleene no dejaba de llorar, la cabeza le dolía y sus ojos ardían

— No has hecho nada malo — decía con voz dulce mientras le acariciaba el cabello — tranquila, respira linda, estoy aquí contigo

— Bastian no me entiendes — Aleene se mancho la cara al limpiarse las lágrimas — y-yo hi-hice algo

Bastian sintió una onda tan pesada que le recorrió el cuerpo, desde la nuca hasta la boca del estómago, sus ojos se aguaron en el momento en que vio a la pelirroja, manchada con el overol viejo y el cabello revuelto, sabía lo que había hecho

— Lo sé — susurró

— Lo siento, yo sé que está mal — seguía sollozando — tú eres tan bueno, y yo solo cometo errores desde que tengo memoria

— Solo — Bastian se tomó el rostro con desesperación y suspiro dejando caer su cabeza hacia abajo — dormiré en el sofá, mañana te llevo a tu departamento, ven a dormir

Bastian le acaricio la mejilla y preparó la tina para bañarse, alistó sus cosas en un par de maletas que dejó en la sala y se fue a dormir. Aleene con vergüenza tomo las comodidades que le había proporcionado y se quedó dormida nuevamente en un sofá.

×

George sentía como lo carcomia la culpa, arrullaba al pequeño Fred de un lado a otro de la habitación en completo silencio, de repente Marie entró a la habitación.

— Deberías decírselo — dijo sin más — fueron crueles y egoístas

— Solo fue un error, Marie, no lo planeamos

— ¿Y tu familia? — cuestionó duramente — ¿La olvidaste y ya?

George rodó los ojos

— No sé, no lo sé — contestó desesperado — nunca creí que haría algo así

La pelinegra solamente le miró cuestionable

— Lo sabes bien Marie, esto no es algo que hice, ni siquiera en Hogwarts

— Eres un adulto George Weasley, deberías de comenzar a comportarte como tal

La tensión en la habitación permaneció incluso después de que Marie saliera de ella ¿Cómo se supone que le diría tal cosa a Angelina? Por supuesto que no lo merecía, era amable y divertida, prestaba toda su atención a Fred, siempre lo había apoyado y ahora él era quien había arruinado todo.

La noche había caído y la pequeña familia aún no dejaba la Madriguera, Molly había insistido en seguir tejiendo bellos trajes para el pequeño, tanto fue su gozo que quedó dormida en uno de los sofas, y el menor de sus gemelos la llevo hacia la cama.

— ¿Ya vendrás a dormir, cariño? — cuestionó Angelina recostando a su hijo en la cuna — has estado muy raro, y quiero pasar el mayor tiempo posible antes de irme

— Serás tan brillante como siempre, tienes todos los partidos ganados — contestó el mientras guardaba algunas cosas

— Sí... Bueno, tengo que entrenar más, no quiero ser la tabla del equipo

Angelina rió nerviosa y George la acompañó

— No te preocupes, eres talentosa

Cuando ambos se recortaron en la cama, Angelina ya había recogido todo el valor que podía producir su cuerpo, sabía que algo estaba pasando y no lo dejaría sin resolver, ese no era su estilo. Después de tomar aire y ver cada detalle y peca en el rostro de su esposo por fin habló.

— Si tienes algo que decirme hazlo ahora

George, por su parte, sintió como si le hubieran tirado agua con hielos directamente en la cabeza

— ¿Marie te dijo algo?

Angelina sintió algo horrible en su estómago, casi veía a lo lejos la tormenta

— No fue necesario — ambos guardaron silencio pesado — has estado muy extraño desde la reunión

— Yo — el pelirrojo dejó salir un poco de aire — lo siento mucho

Las lágrimas comenzaron a llenar los ojos de ella, y para evitar derramarlas solo se incorporó y comenzó a tensar su mandíbula, ella era fuerte y creía saber demostrarlo

— Sé que soy un completo imbecil — George intentó tomar sus manos, pero ella las retiro casi instantáneamente — hice algo que nunca recibirá tu perdón

— Dímelo ahora — replicó con dureza — si lo hiciste sin rodeos, puedes decírmelo sin rodeos, habla ya George Weasley

— Bese a Aleene la noche pasada

SOUL /// GEORGE WEASLEY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora