Capítulo 32 // Sin magia

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— ¡George, dámelo ya! — gritaba Aleene entre risas

— ¡Me lo tendrás que quitar! — le contesto del mismo modo

Ambos pelirrojos corrían por el estudio, evitando tirar los materiales, hace unos momentos el mayor le había quitado el traje que ocupaba para esculpir y había salido corriendo

— ¡Lo necesito ya!

— ¿El traje?

— ¡George!

El pelirrojo soltó una carcajada levantó el traje con una sola mano

— Anda, si lo tomas es tuyo

— ¿En serio?

— Es fácil, solo tienes que tomarlo y ya — explicó burlón

— Fácil para ti, eres una jirafa

El mayor volvió a reír, y Aleene comenzó a dar saltos tratando de tomar el traje, faltaba poco tiempo para que comenzaran la clases, pero por más que trataba solo llegaba a tocarlo con sus dedos, y aunque no era muy bajita, no podía quitarle el traje a George.

— Te lo regreso con una condición

— ¿Cuál? — cuestionó para después sacarle la le gus en gesto infantil

— Un beso, ese es mi precio

Aleene rodó los ojos divertida y se acercó para darle un corto beso, en la mejilla

— Me refería a uno de estos — dijo George con voz grave muy cerca de sus labios

La tomó firmemente del cuello y la acercó a él para comenzar a besarla lentamente, delineó sus labios ligeramente con su lengua, y después comenzaron a bailar ambas en un exquisito compas.

George dejó caer el traje y con su mano libre comenzó a acariciarle la cintura, después bajo juguetonamente por su cadera, y termino en uno de sus glúteos para comenzar a amasarlo lentamente.

— George, ya casi llegan mis alumnas — anunció con voz entrecortada la pelirroja

— Déjame ser uno de tus alumnos — susurró besándole el cuello

Al escuchar el sonido de pasos acercándose, ambos se separaron rápidamente, George se relamio los labios para quitar el poco brillo de labios que había quedado y le dedicó un guiño a la pelirroja.

— ¡Buenos días! — saludó alegremente Adrián — esta clase me emociona

— Me alegro, Adrián, permiteme un momento

Aleene hizo un movimiento de cabeza y George entendió que fuera detrás de ella, mientras iban caminando, George le tomo el trasero disimuladamente, y movió ágilmente un par de sus dedos para rozar burlonamente la entrepierna de la chica.

— ¡George! — se quejó disimuladamente, aunque con las mejillas rojas

— Dime, preciosa — contestó sin cinismo — ¿Algún problema?

La pelirroja negó con la cabeza, y una sonrisa apareció en su rostro, cuando llegaron a la puerta, se encontraron con Diana, Ross y Nora, quienes saludaron y se dirigieron directamente al estudio donde esculpirian.

— Creí que serían más jóvenes

— El más joven es Adrián

— Y el más alegre — dijo riendo George

— Buenos días — saludó Bastian con la mano a los dos — Bastian un gusto

— George — le contesto sonriente — te veo después — George le dedicó un pequeño guiño y se retiró

SOUL /// GEORGE WEASLEY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora