Capítulo 25 // Psicópata

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<Lo escrito de esta manera será hablado en francés>

— Lo de la corbata es una excelente idea — trataba de animar Fred

— Ajá, porque una tonta tela le recordara todo — dijo George dejándose caer sobre el sofá para beber de la botella

— Hermano, sabemos que no podrá recordar todo, solo es para hacer todo más fácil

— ¿Más fácil? — alzó las cejas y negó con la cabeza — no tienes ni puta idea de esto Fred

— Trato de ayudarte, sé que podemos hacer esto, siempre hemos podido todo juntos

George parecía no querer escuchar absolutamente nada de lo que decía su gemelo, estaba totalmente cerrado, lo único que era capaz de aceptar eran más botellas y tragos de whisky.

— No funcionará Fred, entiendelo

— Si en realidad la quisieras tanto como dices, ya hubieras ido por ella en lugar de observarla como un maldito psicópata

George lo miro con furia, y trago fuertemente el licor, después de todo su gemelo tenía razón, la última semana solo había visto a la pelirroja de lejos, viéndola regresar del trabajo, o saliendo por helado con los pequeños mellizos.

— Ni siquiera intentes creer que sabes algo de esto, hermano

Fred se quedó callado, trataba de entender por lo que pasaba su hermano y sería capaz de idear más de un millón de planes solo para verlo feliz, pero George parecía seguir escupiendo veneno cada vez que hablaba

— Para ti todo ha sido fácil, Fred la cara pública de los gemelos Weasley, Fred el que encontró el amor en la dulce Marie, Fred el idiota que no sabe nada de corazones rotos, Fred, Fred, Fred, has caminado por el camino sencillo toda la puta vida, tan temperamental como siempre, eres suertudo — volvió a dar un trago — hermanito

George se fue camino a su habitación, mientras las piernas le tambaleaban un poco y su vista se distorsionaba cada vez más, Fred se quedó recargado en la barra de la cocina, las palabras de George le daban vueltas por la cabeza y comenzó a cuestionarse si en realidad merecía todo lo que hasta ahora había conseguido.

×

— ¿No has sabido nada más de los raros de la otra vez?

Aleene dejó escapar una pequeña risa mientras terminaba de guardar un par de carpetas en una mochila

— Nada de nada, el señor Finn tampoco los ha visto, supongo que solo era un error

— No creo, linda, la chica se veía muy decidida, además saben tu nombre

— Bueno, tal vez sea por mi arte

— Tienes razón — la rubia dejo escapar un suspiro largo

Pronto una llamada les interrumpió

—  ¿Aleene?

— Sí ¿qué pasa?

He revisado la oficina de Christian, pero no hay nada así que — Ben se quedó callado un momento — conseguí que nos invitara a su casa para la cena de mañana, como yo no podré revisar nada, Lily y tú podrían infiltrarse y ver su casa

La pelirroja se quedó callada tratando de acomodar toda la información que le había dado su hermano de golpe, soltó una risita nerviosa y aceptó.

— Iremos a la casa de Christian

— ¡¿Qué?! — la rubia quedó en shock

— Revisaremos sus habitaciones y conseguiremos el material

— ¿Y cómo piensas entrar?

— Ben nos ayudará con eso, ahora solo hay que prepararnos

— ¡Nos llevarán a prisión! — soltó exaltada la rubia y su amiga rió

— No pasará nada, saldremos rápidamente

— Estas completamente loca, linda

×

George despertó por un dolor insoportable de cabeza, consecuencia de todo el alcohol que había estado bebiendo los últimos días, se levantó para ir al baño, su reflejo era completamente diferente, se veía cansado y triste, un fino rastro de barba se hacía cada vez más evidente en su rostro. Se dió una ducha rápida y se vistió completamente de negro, de mala gana guardo su varita en el bolsillo izquierdo de su chaqueta y una pequeña botella de alcohol en el derecho.

Recorrió la ruta que había seguido desde que le habían borrado la memoria a Aleene, se sentó en una pequeña banca a unas cuantas calles de su departamento, después de unos minutos la vió pasar en su motocicleta, pero él solo se dedico a admirarla con nostalgia.

— Psicópata — escuchó como se burlaban de él

— ¿Vas a dejar de seguirme?

— Calmado — Fred levantó las manos en son de paz — solo te traje esto, por si quieres dar el paso

Su hermano lo miró con una ceja arriba, rebuscó entre sus bolsillos y pronto el sabor a alcohol volvió a inundar su lengua, de mala gana tomo la pequeña cajita blanca.

— Y ya deja de tomar esa mierda

El pelirrojo mayor dió media vuelta y desapareció en un callejón cercano. George abrió la cajita y se encontró con la corbata, comenzó a cuestionarse el cariño que le tenía a la chica, por ninguna otra se había puesto tan mal, y con ninguna otra había sentido lo que Aleene le provocaba, había sido feliz con ella.

— Buenos días — se acercó una dulce anciana — lo hemos visto por aquí y queremos ofrecerle nuestros servicios

George la miró sin entender nada de lo que le decía, ella le extendió un pequeño folleto en el que se podía leer "¿Alcoholismo? No arruines tu vida, acércate a Jesús"

— No necesito su ayuda, muchas gracias

— No se ofenda, joven, pero todos creemos que sí, ahí están los horarios, para registrarse solo necesitamos su identificación

George trató de persuadirla, pero al ver la insistencia se levantó y se fue separando lentamente, sin darse cuenta llegó a las puertas del edificio donde vivía la pelirroja, se quedó parado viendo al fondo hasta que una rubia lo hizo a un lado con una fuerza inimaginable, mientras corría se disculpo como pudo; George tuvo un pequeño presentimiento, pero no se atrevió a subir, el portero lo miró raro, así que el pelirrojo decidió caminar hacia la casa donde Aleene daba clases.

Paso el día caminando por el parque y la antigua cafetería donde todo había comenzado, si cuerpo parecía lleno de alcohol, y  apenas había comido un pequeño sandwich por la tarde, pensó en regresar a su departamento, pero decidió pasar por el edificio de la pelirroja antes de irse, a lo lejos vió como el par de amigas subían apuradas a un taxi, ambas iban de negro y la pelirroja llevaba una pequeña mochila del mismo color, ese presentimiento volvió a retumbar en él y decidió seguirlas, en el camino casi pudo escuchar la voz de Fred diciéndole "psicópata" y riéndose de él, pero no podía quejarse, pues en ese momento sí que parecía uno.

SOUL /// GEORGE WEASLEY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora