Capítulo 34 // Estúpida cabeza

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George y Aleene estaba recostados en la cama, solo cubiertos por las suaves sábanas, el mayor le brindaba caricias en el cabello mientras que ella tarareaba una canción casi en voz baja.

— ¿Bajamos a desayunar? — preguntó con cierto toque de ternura, la pelirroja solo asintió con la cabeza y se dirigió a la ducha

George se levantó y dejó un par de cosas muggles que había recuperado de la casa de Christian, las dejó sobre el tocador de la pelirroja y esperó su reacción. Cuando ella salió se vistió con un vestido azúl, bastante casual, y cuando se dirigió a cepillarse el cabello soltó un ligero gritó y abrió los ojos de manera sorprendente.

— ¡¿Esto es?! — se giró para ver a George con el material en las manos

— Así, es — alardeo — como ya te he contando podemos hacer apariciones, no es por presumir, pero soy muy bueno en eso, así que las traje ahora ese maldito ya no tiene nada

Aleene no encontró las palabras para agradecer, pero cualquiera que se atreviera a mirarle los ojos sabría que estaba más que agradecida por lo que el pelirrojo había hecho, se lanzó a sus abrazos sintiendo como la refugiaban y George le dejo un beso sobre su cabello.

— No tienes nada de qué preocuparte, ahora — le susurró

×

— Siéntate — señaló la silla delante del escritorio después de dejar el vaso con coñac — no me mal intérpretes, no quiero ver a Clarise contigo, pero te ordeno que me traigas todo lo que grabaste

— Por favor, señor, están en buenas manos

El mayor rió sin una gota de gracia

— Eres incapaz como todos los de este maldito, lugar

— ¿Entonces por qué la quiere casar conmigo?

Edward volvió a reír

— ¿Lo ves? Solo es un trato, dinero, McGregor, no me importas tú ni ella, pero esto nos beneficiará a ambos

— En eso tiene razón, mi cuenta ha estado brindándome mucho — le guiñó un ojo — pero ¿para qué quiere el material?

El pelirrojo enmarcó una ceja y bebió de su trago con molestia

— Ya te lo dije, observarlo tú mismo

Le dejó caer un sobre con fotografías un tanto borrosas, se veía la luz encendida de la habitación y la silueta de un hombre alto buscando algo, McGregor alzó ambas cejas, no sabía que eso había sucedido

— No lo sabías ¿verdad? — dijo sarcástico — ¿Alguna idea McGregor?

— Pues — rascó su nuca con nerviosismo — aquella vez llegó un sujeto, también era alto, pero...

— Tienes que recuperarlas a más tardar el 25 de diciembre ¿Entendiste? De lo contrario ya sabes a dónde llegará tu estúpida cabeza 

El joven se levantó, sintiendo como toda la espina dorsal dolía del miedo, antes de cerrar la puerta la idea le iluminó la cabeza, volvió a asomar su rostro y el mayor lo miro con desprecio esperando lo que sea que fuera a decir

— Era Harry, señor, Harry Potter

×

— Volvieron a llamar, Edward — explicaba mientras servía el té — esto se está saliendo de control

SOUL /// GEORGE WEASLEY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora