XII- Pinky promise

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Grey

Me levanté temprano, me cepillé los dientes, me hice una coleta baja, y me puse una ropa cómoda, hoy tenía una cita con el doctor, ya que tenía que revisar mis análisis de la vez pasada y hacer otros si eran necesarios, no quería preocuparme ya que no me sentía mal, pero a la vez si me daba miedo el tener algo, no había hecho nada de lo que quería, recuerdo que tenía un pequeño diario donde anotaba todo tipo de cosas y en ese diario tenía una hoja en forma de lista, con cosas que quería realizar antes de crecer lo suficiente, antes de ser una adulta, lamentablemente no pude cumplir ninguna y era un poco vergonzoso hacerlo ahora a mis 19 años de edad.

Retomando lo del médico, me tocaba ir sola a la cita, mis papás tenían demasiado trabajo para poder acompañarme y ya era normal.

Salí de la casa, esperando tener una actitud positiva bajo los rayos del sol, pero no fue así, el día estaba nublado, el día estaba igual que yo, muy negativo y con cero ganas de vivir.

Me subí a mi carro y conecté mi teléfono al estéreo, se reprodujo Happier de Olivia y fue en el momento menos indicado, recordé a Aidan con Karla, la canción se acoplaba perfectamente a mis sentimientos, quería decirle todo eso pero no podía, no ahora.

Y ahí me veías, conduciendo por las calles, que para acabarla estaban completamente solas por el maldito clima, empezó a llover, lo que faltaba para que mi día fuera más deprimente, tenía demasiada hambre, pero pensar en comida me daban unas náuseas enormes, entonces preferí llegar al médico antes de almorzar para que me dijera que onda con mi estómago.

La mera verdad iba pendejeando, que ni me di cuenta que casi atropello a un tipo, frené lo más rápido que pude y gracias al santísimo, pude hacerlo a tiempo, cuando me bajé para ver de quien se trataba, reconocí la silueta.

Era Aidan.

—¿Estás bien? —pregunté acercándome para ayudarlo a ponerse de pie.

—Si, gracias. —alzó su mirada.

-¿Qué te pasó en el pie? —lo miré confundida.

—Me acabo de caer, antes de que casi me atropellaras. —rió quejándose del dolor

—Sube, vamos al hospital. —recargué su brazo en mi hombro y él ayudó a impulsarse para que no me cayera todo su peso.

—Raro que pases por estas calles. —se subió al carro con un toque de jadeos por el dolor.

—Siempre recorro rutas nuevas. —subí a mi vehículo y me coloqué el cinturón.

—Perdón. —pasó su mano por su nunca.

—No, perdóname tú a mi, casi te quito la vida. —solté una risa nerviosa.

—No me refiero a eso. —suspiró— no pude ir a visitarte, salí y luego perdí mi teléfono.

Eso explicaba demasiadas cosas, y la verdad me llenaba de mucha tranquilidad escucharlo de su boca, era algo que necesitaba escuchar.

—No te preocupes, entiendo, aparte no tienes porque preocuparte. —alcé los hombros.

—Obvio si. —replicó— eres demasiado importante para mí.

Y así es, estaba sucediendo, estaba con él, nada ni nadie al rededor, más que la lluvia haciendo el coro de esa canción que sonaba por mi cabeza, nuestra canción.

—Bien, pues vamonos.

Él asintió.

Después de un rato llegamos al hospital, lo metí a una sala y le dije que iría a recoger unos papeles, él me miró con un tono de preocupación pero asintió, así que salí de su sala y me dirigí a ver a mi médico.

—Buenas tardes, vengo a ver al médico Jack. —sonreí a la encargada de la recepción.

—¿Tiene cita?

—Si, soy _____ Grey Bernard.

—Pase, la estaba esperando.

Asentí y entré a su consultorio, al verme puso una cara de preocupación que al instante también me preocupó a mi.

—Esos son tus análisis Grey. —extendió el sobre— tú sabrás que hacer.

—¿Son fatales, verdad?

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Salí del consultorio y regresé a la sala donde se encontraba Aidan y su pie todo roto.

—Listo, regresé. —dediqué una sonrisa de lado.

—¿Todo está bien, verdad? —me tomó la mano.

—Super bien, sólo el doctor me dijo que tengo problemas con la ansiedad y la presión baja, pero de ahí en fuera todo genial. —guiñé el ojo para darle seguridad

—Me alegra demasiado escuchar eso. —besó mis nudillos con delicadeza.

—Muchas gracias. —sonreí

—¿El equipo Grey Gallagher, regresó? —musitó con entusiasmo.

—Es lo que parece, ya que regresaste, quiero que me ayudes a cumplir una lista. —sonreí de forma divertida.

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—Estás completamente loca, yo no haré eso.

—Dijiste que harías cualquier cosa conmigo. —crucé los brazos.

—No pensé que fueran ese tipo de cosas. —bufó

—¿Te da miedo? —carcajeé— por dios, no es tan malo.

—¿No lo es?Si tus papás leyeran esta lista te querrían matar. —volvió a resoplar— es malisima esta lista.

—Aggggg, es que son cosas que quiero vivir.

—Bien. —suspiró— lo haremos, pero con la condición de que hagamos también una lista con mis ideas,bueno lo que yo quiero vivir.

—Me parece perfecto. —sonreí de oreja a oreja– lo tuyo será lo fuera del peligro, lo mío será lo peligroso.

—Acepto el trato. —estiró la mano.

–No creo en las apretadas de manos, ¿pinky promise? —me besé el meñique y se lo extendí esperando respuesta.

—Pinky promise. —llevó su mequiñe a la comisura de sus labios, lo entrelazó con el mío para cerrar nuestra promesa.

Ahí me di cuenta que él era lo único que necesitaba para poder estar completa y feliz, no importaba nada más, no ahora.

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Nota de la autora<3
Me he cansado de editar queridos humanos. Jajajaja
Todo por mi ignorancia anterior.

☕︎𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒊𝒄𝒂𝒓𝒂 𝑮𝒂𝒍𝒍𝒂𝒈𝒉𝒆𝒓☕︎

"Si me comí una letra, perdón, tenía mucha hambre.(;"

Vota,me ayudaría mucho, plis.

Two Ways © [✔︎completa✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora