Two Ways © [✔︎completa✔︎]

XXIII- Sin privacidad no hay relación

Grey

En todo el camino Aidan me va fulminando con la mirada, trataba de evitar mirarlo de reojo, pero él no me quita la mirada de encima, está demasiado enojado. No entiendo cual es su enojo, si sólo me estoy robando tantito, nada del otro mundo que una novia se robe al novio.

—¿A dónde vamos, Grey? —se cruzó de brazos.

—A un lugar demasiado lindo.

—Pregunté a donde.

—Si te digo no será sorpresa. —me alcé de hombros.

—Hoy todo ha sido sorpresa.

—Tus padres van a odiarme.

—Ahorita les aviso. —se metió la mano a su bolsa del pantalón pero no encuentra su teléfono— wawa, ¿tienes mi teléfono?

—No, pero toma el mío.

—¿Dónde está? —enarca la ceja.

—Te lo dí a ti, wawa. —volteó a verlo.

—Yo no traigo ningún teléfono en ninguna bolsa.

—¿Cómo qué no? —traté de no reírme por la cara de pánico que tenía en ese momento.

Ver la cara de Aidan apunto de darle una crisis de pánico, es lo mejor de mi vida, no quiero decirle que yo tengo los teléfonos, porque esa es la idea, que nadie sepa de nosotros, ni nosotros de nadie, por algo decidí robarme a Aidan. Los teléfonos se los quité cuando lo jalé a la hora de pasar por la malla, y por lo que vi, ni cuenta se dió, el plan, está saliendo como lo planeé.

Organicé todo a la medida, nada puede salir mal —ni debe salir mal— no negaré que los malditos nervios me traicionan, escondí los teléfonos muy bien, y los apagué, —obviamente— no quiero que nada de esto se arruine, no quiero que momentos como estos sean arruinados por nadie, adoro que se preocupen por nosotros pero parece que ellos son los que controlan la relación. No hemos repetido lo de la otra noche, lo que pasó en la casa de Aidan, porque no nos dejan para nada solos, y no miento cuando digo que para nada. Tampoco es que me urja, pero hay necesidades, no lo necesito, pero es un gusto que me daría.

La única forma que encontré de estar solos es esta, y casualmente se encuentra en mi lista, entonces no hay problema, se tiene que cumplir al pie de la letra.

—Ya que no me dices a donde vamos, ¿nos vamos a divertir? —voltea a verme

—Más de lo que crees.

—¿Esa diversión incluye calzones de mafalda?

—No, pervertido.

—¿Entonces incluye lencería? —enarca la ceja y me da una mirada pícara.

—¡NO! —digo sin pensarlo.

—Agggg, aburrida —se cruza de brazos— no hay nada de eso ¿entonces para qué quieres que estemos solos?

—Porque quiero pasar tiempo con mi novio, lo ideal era avisar, pero alguien perdió los teléfonos.

—No sé en que momento. —se pasó las manos por el rostro— me preocupa lo que encuentren ahí.

—¿Qué? —lo veo de reojo.

—Tenía unas fotos

—¿Qué fotos?

—De tus calzones. —rié— pero nada malo.

—¿Qué? —parece que es la única palabra que conozco.

—Mentira. —carcajea— pero tengo todo ahí dentro.

—Todo por tu irresponsabilidad. —pongo los ojos en blanco.