XLII- Revelaciones

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La leucemia es un tipo de cáncer de la sangre que comienza en la médula ósea, el tejido blando que se encuentra en el centro de los huesos, donde se forman las células sanguíneas.

El término leucemia significa sangre blanca. Los glóbulos blancos (leucocitos) son producidos en la médula ósea y el cuerpo los utiliza para combatir infecciones y otras sustancias extrañas.

La leucemia lleva a un aumento incontrolable de la cantidad de glóbulos blancos.

Las células cancerosas impiden que se produzcan glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos maduros (leucocitos) saludables. Entonces, se pueden presentar síntomas potencialmente mortales a medida que disminuyen las células sanguíneas normales.

Las células cancerosas se pueden propagar al torrente sanguíneo y a los ganglios linfáticos. También pueden viajar al cerebro y a la médula espinal (el sistema nervioso central) y otras partes del cuerpo.

La leucemia mielógena aguda (LMA) es un cáncer que comienza dentro de la médula ósea. Esta es el tejido blando en el interior de los huesos que ayuda a formar las células sanguíneas. El cáncer crece a partir de las células que normalmente se convertirían en glóbulos blancos.

Aguda significa que la enfermedad avanza rápidamente y usualmente tiene un curso agresivo.

Síntomas
Colapse sección
Síntomas ha sido extendido.
La LMA no tiene síntomas específicos. Los síntomas que se observan se deben principalmente a las afecciones relacionadas. Los síntomas de LMA pueden incluir cualquiera de los siguientes:

>Hemorragia nasal
>Hemorragia e inflamación (poco común) en las encías
>Hematomas
>Dolor y sensibilidad ósea
>Fiebre y fatiga
>Periodos menstruales abundantes
>Palidez
>Dificultad para respirar (empeora con el ejercicio)
>Pérdida de peso

Explicó el doctor después de entrar a mi cuarto, no esperaba algo menos delicado, no esperaba que me dijera que tenía algo super sencillo de tratar.

Mis síntomas eran claros, pensamos al principio que era anemia, pero después se fue complicando y tuve recurrir a otro doctor para hacer más análisis.

Me fue difícil aceptarlo, pero sin embargo lo hice, estaba enferma y no había una máquina del tiempo que pudiera retrocederlo o evitar que pasara.

No quería decir nada, y tampoco sentía la necesidad de decirlo, era mi enfermedad, era mi problema. No tenía porque preocupar a los demás con cosas mías.

Tenía que tratarme, al principio era difícil tomar los tratamientos sola, pero después te haces a la idea que es lo que tienes que pasar para no hacer sentir mal a los demás y que no carguen con tu problema.

Mis quimioterapias eran dolorosas, mis análisis también, estar sentada casi todo el día en el sillón era incómodo, más por la aguja que pasaba diario un poco. Diario eran mareos, dolores de cabeza, náuseas más que nada después de cada dosis.

Trataba de ocultar todo lo que podía y sentía con los efectos secundarios, para que Aidan y mi familia no sospechara nada.

Era difícil, pero se hizo parte de mi rutina.

Tenía que ver a Aidan en la mañana, pero decidí cambiar nuestro encuentro para más tarde porque necesitaba ir al hospital a otra sesión de tratamiento.

Al entrar al hospital me sentí demasiado nerviosa, como si alguien estuviera viéndome, como si alguien me hubiera seguido. Así que me aseguré que Aidan estaba en casa.

Two Ways © [✔︎completa✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora