Two Ways © [✔︎completa✔︎]

XVIII- Noche de confusión y sorpresas

Grey

Dicen que las cosas cuando te están saliendo estupendas hay algo que las llega a arruinar.

Ella, esa chica, la causa de la sonrisa de Aidan, ella era mi algo, era lo que estaba arruinando esto, no sabía quien era, ni me interesaba, sólo me dolía, quería decir que lo de ayer no significó nada para él , la cosa es que lo significó todo para mi.

—Que idiota. —resopló Kiara— deberíamos pasar junto a ellos.

—Obvio no, mejor vayamos a buscar lo que veníamos a buscar.

—Obvio si, que vea que no eres estúpida.

¿Qué se debía pensar en estos casos? Ayer me había confesado lo que sentía por mi, o lo que según sentía, y hoy me lo encontraba con una chica, demasiado bonita, de esas chicas que luego te bajan el autoestima gracias a tu inseguridad, no porque seas menos, sino que una misma nos hacemos sentir inferior a cualquier chica.

—No quiero que me vea. —resoplé— de verdad no me interesa.

—¿Qué le vas a decir a tu madre? —se puso enfrente de mi para taparme el paso.

–Haber que le invento. —me hice a un lado y seguí caminando, tratando de que no me viera Aidan, pero fue inútil, gracias a Kiara.

—Aidan , que milagro. —gritó y lo saludó.

—Hola Kiara. —respondió Aidan con una gran sonrisa en su rostro y me volteó a ver— Hola, Grey.

¿Grey? ¿Ya no era Wawa? No pues no, no podía decirme así en frente de su conquista, novia, o que sé yo.

—Hola. —respondí lo más cruda y antipática que me pude permitir.

—¿Qué hacen por aquí? —preguntó Aidan para calmar la tensión que se había formado en cuestión de segundos.

—Venimos a comprar ropa, ya que hoy mi querida ____, tendrá una cena, porque su mamá quiere presentarle a un tipo, creo que hijo de su jefe, ¿algo así, no Grey? —me volteó a ver.

—Oh que bien. —soltó Aidan— ella es mi...

—Nos vemos, tengo el tiempo contado. —lo interrumpí y empecé a caminar dejando atrás a Kiara junto a la pareja.

Empecé a caminar, no sabía a que maldita tienda entrar, no sabía ni que onda con mi vida, a eso tenía miedo, sabía que las cosas nunca eran como en un libro, sé que las cosas no salían del todo bien, pero de verdad creí que a mi si me saldrían bien, estábamos bien, las cosas pintaban sinceras, tenía miedo a esto, no quiero comparar la realidad con un libro, porque sé que no es así, pero he leído tantos que me es complicado no verles similitud, de los últimos que leí iniciaban odiándose, terminaban intentando algo, pero su final era trágico, o él moría o ella lo hacía, no podía tener un "juntos", uno lo ve como es un libro, pero los libros siempre tienen un toque de realidad, a lo mejor esto me estaba pasando a mi, no sabía si Aidan era el antagonista, pero yo si quería que lo fuera.

La vida tiene muchas maneras tan feas de decirte que no lo es, esta era la manera de decirme que Aidan no era para mi, ni lo sería, de una u otra él se deslizaba al otro lado de donde yo estaba, a lo mejor si sentía cosas por mi, pero no lo suficientemente fuertes, para hacer que él se quedara a mi lado, quería que él fuera quien me protegiera hasta de mi, pero no le correspondía ese lugar, pero yo se lo quería dar, deseaba alterar la máquina del destino con tal de que él se quede.

El otro problema era mi maldita inseguridad, sé que soy mucho, sé que valor tengo, sé que soy una niña maravillosa, lo sé, pero hay veces que se me olvida, me doy por vencida, me dejo convencer por mis pensamientos negativos y mis inseguridades, las cuales salen por tanto daño, por tanta presión, porque me siento inferior a las demás, estoy mal pensando así, porque aunque se me olvide, sé que merezco todo el amor del mundo, mi abuela siempre me dijo algo que siempre me hacía levantarme: Cuando te rompan el corazón, llora, desahogate, grita, pero después limpiate las lagrimas, porque estás a un corazón roto menos de encontrar al verdadero, esa mujer tenía razón, alguien está esperando por mi, en algún lugar, está anhelando con tener una oportunidad, en lo que llega debo equivocarme, debo llorar, debo gritar, debo de vivir, las situaciones así son momentos malos, más no malas vidas.