XLI- Burbuja

97 19 3
                                    

Se me fue la tarde, no hice nada más que llegar a acomodar un poco mi cuarto y tomar un licuado que se me antojó. No faltaba mucho para ver a Aidan, y eso me alegraba bastante.

Si lo veía hoy, no tenía que verlo mañana y eso me dejaba con una gran tranquilidad, no porque no quiera verlo, pero mañana me tocan análisis en el hospital y él aún no sabe nada, entonces no quiero preocuparlo, no lo vale.

Mis papás no estaban al tanto de mis estudios, ni de nada respecto a mi salud, Valerio sabía una que otra cosa, Christopher estaba totalmente centrado en mi, pero no sabía nada, el único que sabía era Joel, él sabía todo, tenía mi vida en sus manos, literal.

—¿Hoy vendrá Aidan?

—Si, tenemos cosas que hacer.

—No quiero un sobrino.

—Por dios Joel, claro que no, siempre nos cuidamos. —confieso.

—Pensé que me dirías que tú y mi primo nada que ver en esos aspectos.

—Ya que sabes mi vida, pues sólo una vez, pero fue lo mejor de mi vida.

—Deberías de hacerlo más seguido. —alza y baja las cejas— él estará encantado.

—No lo dudo. —me sonrojo de sólo pensarlo.

—Pero no te sonrojes corazón, total, supongo que después de la boda tendrán una familia.

Quiero suponerlo.

—No hemos tocado ese tema, estamos todavía muy "chicos". —hice comillas en el aire— para que tengamos hijos, si de por sí la boda es precipitada.

—¿Precipitada? —pregunta una tercera voz.

Y ahí estaba él, parado y recargado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una ceja enarcada. Mi intención no era decir eso y que se escuchara de esa forma, claro que quiero casarme y más con él.

—No lo dije con esa intención. —me acerqué a él.

—Yo los dejo solos. —dijo Joel y salió del otro lado donde estaba Aidan.

—Aidan, escúchame... —me acerqué más para tomarle la mano.

—No, ya lo dejaste claro. —se quitó de mí agarre- nos vemos luego, ¿vale?

—No lo dije en ese sentido, claro que quiero casarme, Aidan. —lo volví a agarrar— y más contigo.

—Estás diciendo que es precipitado.

—Porque lo es, no me puedes negar que lo es, sabes que es muy pronto, sin embargo nos estamos arriesgando y es genial arriesgarme a tu lado. —lo abracé de la cintura— Te amo mucho y espero lo sepas.

—También te amo y mucho. Perdón si me precipité pero es que de verdad quiero compartir toda mi vida y el resto de ésta contigo, despertar cada mañana y verte a mi lado. —me regresa el abrazo.

Créeme que también quiero, pero...

—Así será amor. —alzo la mirada y le doy un beso.

Es de esos besos que no son con lasciva, ni deseo, sino con amor, cariño, dulzura, es de esos besos que son tan tiernos que sientes derramar miel.

—Pensé que ya no iba a ver boda. —dice Joel entrando a la sala— Me había espantado porque ya había gastado en lo de mi parte.

Nos separamos y volteo a ver a Aidan que trae todo el labial rojo que decidí ponerme el día de hoy, embarrado al rededor de los labios.

—La boda no se iba a cancelar, así tuviera que amarrarla se iba a casar conmigo. —confiesa Aidan.

Two Ways © [✔︎completa✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora