Déjame conocerte un poco

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NARRA THEO

-Theo... ¿Por qué tu padre no volvió con ustedes?. 

Liam lo preguntó con tanta inocencia y buenas intenciones que no tuve oportunidad de pensar una mentira. Medité un poco y opté por ser sincero con él, estábamos teniendo una noche tranquila como para arruinarla con un vil engaño. Respiré profundo y me senté de costado para poder ver al pequeño a los ojos, si iba a ser sincero debía verlo bien.

-Bueno, él no quería volver a la ciudad que, según su vista retrógrada, hizo de su hijo un maricón. Cuando les dije que era gay, mi madre se lo tomó muy bien, me dijo que debía seguir siempre a mi corazón y esas cosas pero, mi padre, al contrario me dijo que ser homosexual es lo peor que podía hacer en toda mi vida y que si seguía pensando de esa manera yo dejaría de ser su hijo. Con el tiempo fue así, ya no me hablaba, si lo hacía era para decirme "maricó" antes de cada frase... Algo así como "Oye maricón, ¿Aprobaste tu examen?" o "Maricón, ¿En serio prefieres ser gay que tener una relación con tu padre?" y así a diario. Sólo lo saben Isaac, tus padres y ahora tú, mis amigos creen que simplemente no quería volver porque ellos están separados o algo así, que en parte no es mentira... Mi madre quería volver a Beacon Hills a penas subimos al avión, ella nunca quiso irse pero él no le dio opción a nada porque ella no tenía trabajo aquí y no quería alejarse de mí, pero él nos había prometido volver cada verano aquí... Claramente fue mentira. Toda la pelea con él, la final, se desató cuando le avisé que yo volvería a vivir aquí, no le gustó la idea y me gritó que si me iba, que no volviera, que ya no sería el padre de un maricón, que me imaginara que él murió en un accidente o algo así. Mi mamá cuando lo escuchó se enojó al punto de quitarse el anillo de casados y tirárselo en la cabeza gritándole "Ojalá te pudras solo en el infierno porque MI hijo y yo nos volveremos a nuestro hogar mientras tú te quedas aquí, completamente solo." Al día siguiente él ya no estaba, mamá sacó todo el dinero de sus tarjetas, vendimos algunas cosas y habló con Julia. A la semana ya estábamos en Beacon, aún no sabemos nada de él, tampoco nos interesa, pero el divorcio ya está hecho así que mi madre está muy feliz porque pudo quitarle mucho dinero, y cuando la casa de allí se venda, el dinero estará en su cuenta bancaria y podremos comprar una casa aquí... 

Finalicé mi no tan corto relato con una pequeña sonrisa, se sentía bien soltarlo de una buena vez. El rubio me miró en silencio unos segundos para luego saltar hacia mí y rodearme con sus brazos, tardé unos segundos en corresponder por la sorpresa que sentía en ese momento pero lo hice. Me gustaba sentirlo tan cerca, el calor de su cuerpo era reconfortante, demasiado en realidad, sus brazos en mi cuello, los míos en su cintura... Podría acostumbrarme a esto fácilmente. No quería romper ese hermoso momento pero un recuerdo se incrustó en mi mente sintiéndose como una daga en el corazón. Todo esto era mentira, una gran y horrible mentira. Li sólo me tenía lástima porque él me trató mal desde que llegué sin saber nada de lo de mi padre, y ahora que lo sabe, ¿Me abraza? Claramente me tiene mucha lástima. Respiré profundo quitando mis manos de su delgada cintura para ponerlas sobre sus brazos y alejarlo lo suficiente como para poder verlo a los ojos, se sentía tan amargo tener que decirlo, pero debía hacerlo, era lo correcto.

-Liam, por favor no lo hagas... -Murmuré con tristeza mirando al chico a los ojos dejándolo, al parecer, muy confundido.

-No te entiendo, T... -Contestó mirando mis ojos como si fueran lo más hermoso que había visto nunca, ¿Por qué me haces esto? No puedo alejarse si lo haces, pequeño...

-No me tengas lástima... -Dije finalmente alejándolo por completo de mi cuerpo.

-Yo no te tengo lástima, Theo... Sólo... No lo sé... Quería abrazarte... ¿Qué tiene de malo?. 

Preguntó con tal inocencia que hasta creería que realmente pensaba que no tenía nada de malo abrazarme de esa manera cuando hasta hace unas horas me trataba como basura. Lo miré con una pequeña sonrisa de arrepentimiento pegada a mi rostro, creo que prefería que él me odiara y me ignorara a tener que tener ésta conversación en este momento, pero parece que la pacífica noche iba a terminar en una batalla campal, de nuevo.

-Liam, tiene todo de malo, al menos hubieras cambiado de tema antes de abrazarme. Hasta hace unas horas querías verme muerto y ahora me quieres abrazar sin ningún motivo, o eres muy bipolar o me tienes lástima. Sino no te entiendo... Bueno, realmente no te entiendo... -Suspiré bajo recostando mi cabeza de lado en el respaldar del sofá viendo a Liam.

-No te tengo lástima, en serio... Si te hace sentir mejor, ni siquiera yo me entiendo... -Se sinceró en voz baja apartando la mirada hacia otro lado.- Y no quería verte muerto, no es tan así en mi cabeza, es sólo que... Hay muchas cosas que no sabes aún, sé que debería contártelas, pero no creo que sea el momento adecuado para hacerlo...

-Liam, si el momento no es el adecuado, haz que lo sea. Dijiste que no te conozco ahora, bueno, ayúdame a conocerte. No podemos seguir matándonos mutuamente e insultándonos cada vez que tenemos una conversación. Al menos déjame conocer un poco de lo pasó en mi ausencia, lo que sea, prometo escucharte y apoyarte como siempre lo hice, pero déjame entenderte al menos un poco... Sólo un poco, Li... -Rogué con tristeza tomando con delicadeza el mentón del menor logrando que éste me mirara a los ojos.

-No me mires así... No puedo resistirme a esa mirada... -Bromeó con tristeza para luego de unos segundos suspirar.- Bien, te contaré algo... Creo que es lo justo luego de lo que tú me dijiste...


Hasta que te vuelva a ver ||THIAM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora