La verdad de Theo

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NARRA THEO

-Hola Li... -Murmuré con una pequeña sonrisa, no pude leer su rostro, no sabía si estaba enojado o simplemente confundido.

-Hola Theo... -Susurró sentándose junto a mí con su vista en el estrellado cielo.

-¿Quieres hablar?...  -Indagué sintiendo mi corazón latir a la velocidad de la luz, como si fuera a salir de mi pecho ante el miedo que sentía en aquel  momento por la reacción del rubio.

-Creo que eso debería preguntarte yo a ti. ¿A caso quieres hablar sobre lo que ibas a decirme antes o sobre tus extraños amigos?. 

Aunque su mirada y su voz eran suaves y dulces, podía notar un deje de molestia y amargura. Sabía que debía ser sincero con él pero tenía miedo de como podría reaccionar el pequeño y bello chico junto a mí, no quería decepcionarlo, mucho menos que se aleje de mí por pensar que estaba completamente loco, porque si la situación fuera al revés, si Liam fuera el que me dijera que era un hombre lobo, yo lo tomaría como un desquiciado, un maldito loco de remate del cual debería alejarme a toda costa. Por primera vez, desde que se sentó a mi lado, volteó a verme con esos hermosos orbes azules que tanto me hacían suspirar, cuando vi sus ojos mirando tan fijamente hacia los míos, supe que tenía que ser sincero, basta de mentiras y engaños absurdos, era hora de ser completamente real y decir la verdad de todo, aunque crea que debía internarme en un hospital psiquiátrico o me mandara al anillo más bajo del infierno. 

-Sí, creo que debo ser contigo... Pero necesito que me prometas que vas a escucharme hasta el final y no me dejarás tirado en la Casa Eichen. Por favor, prométemelo... 

Lo miré suplicante mientras tomaba con suavidad sus manos entre las mías y las acariciaba sintiendo como una corriente eléctrica recorría todo mi cuerpo por el sólo hecho de tocarlo, era tan suave y cálido que me hacía perderme en las diversas sensaciones que mandaba por todo mi cuerpo. Comencé a oler un aroma dulce, no era el suyo, pero provenía de él, no sé porque pero comencé a sentir un leve deje de alegría rodearme por completo, desde los pies a la cabeza.

-Lo prometo, Theo... -Murmuró con una pequeña sonrisa sin apartar su mirada de mis ojos.

-Está bien... Lo mejor será comenzar desde el principio... -Tomé una gran bocana de aire sintiendo como mis pulmones se llenaban por completo, fui soltando el aire de a poco y decidí comenzar a relatar aquello que me había esforzado por olvidar.- A veces la vida no es justa, Li. A veces creemos que si luchamos por algo en algún momento podremos conseguirlo, que sólo debemos tener fe en que pasará pero en realidad no sucede... A veces se va todo directamente al invierno dejándote sin habla y quizás la persona que menos esperas es la que te hace sufrir más que nadie. Los padres están para cuidarte, protegerte, ayudarte y guiarte, no para denigrarte, tirarte abajo con comentarios idiotas, ignorarte y decirte que eres lo peor que le pasó en su vida. Para mi mala suerte, mi padre es lo segundo... Él odió tanto mi orientación sexual que decidió contratar a un tipo raro llamado Deucalion para hacer de mi vida un infierno, aunque nunca creí que iba a pasarme algo tan espantoso como lo que él hizo... Yo volvía de una fiesta un par de semanas antes de volver a Beacon, era muy tarde e iba caminando solo sin pensar en nada que no sea en volver a casa. Doblé en una esquina y... Y topé con un hombre, tenía las manos llenas de sangre lo que consiguió preocuparme, así me detuve preguntándole si necesitaba ayuda o algo pero cuando levantó la cabeza pude verlo... No era humano, Liam, él no era humano... Sus ojos rojos y brillantes como la sangre, esos malditos ojos carmesí que jamás podré quitarme de la cabeza, tenía colmillos tan afilados como para desgarrar a alguien con ellos. Bajé un poco más la vista y pude notarlo, sus manos no eran normales, de sus dedos salían filosas y largas garras, era un monstruo, un demonio. Intenté correr pero no pude, un tipo me agarró con fuerza por la espalda sentí una corriente de pánico y horror recorrer todo mi cuerpo. Cuando él por fin habló pude notar que estaba tranquilo, no era posible que ese tipo fuera real, mucho menos una persona. Hablamos un poco hasta que me dijo que era un hombre lobo, ¿Puedes creerlo?. -Reí sin gracia y algo de miedo. Tomé un poco de aire e intenté seguir hablando, era difícil hacerlo bajo su extraña mirada de confusión sobre mí.- Bueno, yo no podía creerlo así que me reí de él en su propia cara intentando no ser dominado por el pavor que sentía en aquel momento. Todo mi intento de heroísmo se fue por el caño cuando él abrió su boca dejándome ver su perfecta y puntiaguda dentadura. Mordió mi brazo, y no despacio para ser sinceros. Fue una mordida rápida y muy dolosa. El tipo que me sostenía me soltó dejándome caer al suelo mientras sostenía mi brazo con gran dolor, brazo el cuál brotaba una gran cantidad de sangre. Nunca olvidaré las palabras que me dijo aquel hombre antes de desaparecer de mi vista... "Agradécelo a tu padre, esto es culpa suya... Que tengas buena vida, Theo, si es que a ésto se le puede llamar vida...". -Repetí aquellas palabras con miedo, mi voz temblaba ante el horripilante recuerdo de aquella noche.- Llegué a mi casa corriendo cuando logré levantarme del suelo, tenía miedo, mucho miedo a decir verdad. Entré a mi cuarto quitándome la sudadera que traía puesta para luego correr hacia el espejo, pero lo que vi allí me aterrorizó aún más que el aspecto de aquel hombre... Tenía sangre por todo mi cuerpo pero... No estaba herido... La marca de la mordida no estaba allí, sólo había sangre fresca en mi ropa y manos. Me di una ducha y me decidí a dormirme creyendo que aquello había sido una horrible pesadilla pero... No lo fue... -Murmuré triste con lágrimas en los ojos.

Hasta que te vuelva a ver ||THIAM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora