Perfecto mentiroso

676 95 47
                                    


NARRA THEO

El hombre se movió hacia un lado dejándome ver como mi niño se acercaba a mí con tristeza, la cabeza gacha mientras evitaba verme a toda costa. No podía creerlo, él... ¿Él me había encerrado aquí? ¿Por qué? No, ésto no podía ser cierto... Él me ama... ¿O fue todo una mentira?...

Liam se quedó estático a unos metros de mí, lo miré intentando encontrar su mirada pero sería imposible, sus ojos estaban clavados en el suelo. El hombre se acercó hasta el rubio y colocó una mano sobre su hombro.

-Bueno, los dejaré un momento para que hablen... Si necesitas algo, llámame. -Murmuró con la vista pegada a Liam.

-No te preocupes, Chris. No creo que esto demore mucho tiempo... -Contestó el menor de ojos claros.

Esperé paciente hasta que nos quedamos solos, el adulto se fue cerrando la enorme puerta de metal. Pasó el tiempo, pero el pequeño no hablaba, no me miraba, no me explicaba nada, así que decidí romper el horrible silencio que se había generado con la partida del tal Chris.

-Cariño... Por favor... Explícame lo que está pasando... -Rogué con tristeza.

-Está pasando lo que tenía que pasar, Theo. Tú eres un monstruo y tienes que estar encerrado para que no puedas lastimar a nadie. -Contestó de forma pacífica sin escrúpulos, era aterrador.

-Pero, sabes que no le haría daño a nadie... Me conoces, Liam. ¡Me conoces mejor que nadie!. -Grité con molestia en mi voz, el aroma en el aire era insulso, no había pena, sólo enojo.

-¿Sabes qué? Me hubiera gustado mucho que me hubieras sido sincero desde un principio, seguramente volviste para hacerme parte de tu manada y no lo seré. 

-¿Manada? Li, yo no tengo una manada. Soy un Omega, ¿Sabes que es eso? Así se les llama a los lobos sin manada. Nunca te hubiera metido en esto porque ni siquiera yo quería estar metido, además, ¿Por qué querría dañar a la persona que amo?... 

Las palabras salían como susurros cortados de mi boca, no podía creer que éste chico fuera el mismo por el cual yo me derretía a diario, y por el que había tomado la decisión de volver a Beacon Hills. Isaac tenía razón, no tenía que haber vuelto.

-¡Ya deja de decir eso! Los monstruos como tú no pueden sentir amor, aquí el único que salió mal parado fui yo, no tú. -Su tono de voz se elevaba más con el pasar del tiempo, no tenía idea de lo que estaba pasando.

-Liam, por dios, ¿Quién te dijo algo tan estúpido?. Para que lo sepas, de hecho es al revés, cuando un Hombre Lobo se enamora, es un amor muy especial, ya que sólo se enamoran una vez en sus vidas. Es como un alma gemela, cuando encontramos a esa persona con la que queremos pasar el resto de nuestras vidas, nuestro corazón no nos permite ver a otra persona, ni de manera física ni sentimental. Y yo, a diferencia de ti, yo sí estoy enamorado de ti. -Expliqué reteniendo las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos.- Y al menos podrías verme a los malditos ojos cuando te estoy hablando. -Seguía sin mirarme, y eso me enfurecía cada vez más.

-¿Cómo sabes que no te amo?. -Preguntó el menor sin despegar la mirada de sus zapatillas.

-Mírame, sólo así te contestaré. -Respondí serio. Con notoria duda, el rubio decidió levantar la vista, al verme pude oler el pánico, la vergüenza y el arrepentimiento que nacía en su interior.- Bien, ahora te contestaré. Sé que no me amas porque me entregaste a unos cazadores que me tienen amarrado y con cables eléctricos incrustados por mi cuerpo. Si me amaras, me hubieras protegido como yo hice contigo...

-Theo... -Murmuró bajo sin dejar de mirar mi electrificado cuerpo.

-No te gastes, Dunbar. Ya por favor deja de hablar. Quiero estar solo... -Murmuré triste y apartando la mirada. Esperé para oír el ruido de la metálica puerta pero éste nunca llegó así que volteé nuevamente para verlo.- ¿Hablo una lengua extraña que no entiendes o eres idiota? Vete. 

Rugí con fuerza intentando mantener la calma, sentía como mi cuerpo hervía de enojo mientras yo caía en cuenta de que probablemente todo lo que habíamos pasado había sido una mentira, una gran y asquerosamente macabra mentira. Pero él seguía ahí, estático, como si quisiera hablar pero no le salieran las palabras de su boca.

-Liam, ya. Quiero que te vayas de una maldita vez. Eres mucho peor que un monstruo, eres la cosa más horrible con lo que me he encontrado, me mentiste en todo y sólo para traerme aquí... Fingiste amarme, me hiciste darte todo de mí, entregarme por completo a esos hermosos ojos celestes y a esa cálida sonrisa pero todo era una mentira... ¿Qué más quieres de mí?. Ya tienes lo que querías, ahora vete y déjame solo de una vez. 

Sabía que lo estaba hiriendo, pero quería que sienta lo que me había hecho sentir a mí. Quería que sufriera como yo lo estaba haciendo, quería hacerlo sentir la peor basura del universo porque es como yo me estaba sintiendo por su culpa.

-Lo lamento tanto, Theo... 

Fue un susurro apenas audible para los oídos humanos, pero yo pude escucharlo tan claro como el agua. No respondí. Me quedé estático ante su disculpa pero aún así no quería creerle, todo se había sentido tan real, pero al parecer él era un perfecto mentiroso el cuál había jugado conmigo desde un principio. me quedé en silencio hasta que oí la puerta de metal cerrarse con un asqueroso chirrido y un golpe que retumbó en mis oídos. bajé la vista y por fin dejé que mis lágrimas cayeran. Ya no podía soportar tanto dolor. El problema es que más temprano que tarde, el dolor físico... Es manejable, pero el verdadero dolor es el dolor emocional. Ese es el tipo de dolor que perdura en el tiempo y te acompaña para el resto de tu vida.

Hasta que te vuelva a ver ||THIAM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora